El bebé

711 100 20
                                    

Narra escritora

— ¿... Cómo conseguiste esta dirección?— cuestionó _______ entre la sorpresa y la intriga de ver a Rei frente a la casa de los sextillizos, totalmente empapado por la lluvia mientras que con sus brazos se aseguraba de tapar con tanto esmero un pequeño bulto resguardado dentro de un impermeable.

— Tu... Tu hermano me-me dió la dirección— tartamudeó, tratando de ocultar su obvio tiriteo provocado los las frías gotas de de la lluvia. — No pensé que fuera a llover tan de-de repente... ¿Pue-Puedo pasar? No quiero que las del bebé se-se estropeen con la lluvia— pidió a duras penas, congelándose con cada segundo que pasaba bajo la tormenta.

— ¿Por qué trajiste las cosas del bebé aquí?— enarcó una ceja _______, solo para reaccionar segundos después al ver cómo el más alto se aferraba a ese pequeño bulto en sus brazos. — No me digas que...— dejó la frase al aire.

— Por favor— insistió el contrario. _______ por su parte, solo resopló con desgano antes de hacerse a un lado.

— Pasa— ordenó sin más. "De todos modos, sería cruel hasta para mí dejarlo afuera" razonaba consigo misma, intentando disimular su ligera preocupación por el chico pelirrosa.

...

...

...

— ¿Trabajo de biología?— preguntaron casi la mayoría de los sextillizos una vez que _______ explicara el motivo del porqué su amigo estaba en la sala con un robot bastante similar a un bebé.

— Sí. Ayer nos lo asignaron y el siguiente viernes lo tenemos que entregar sano y salvo— terminó por explicar _______ para luego volver su vista a su inesperada visita nocturna.

Verlo cabecear a cada rato mientras arrullaba al dichoso bebé le hizo fruncir un poco el ceño. ¿Por qué se esmeraba tanto con ese juguete? Ese era su mayor incógnita; incluso, por un momento llegó a pensar que el chico solo quería molestarla un poco, sino fuera por lo mal que en verdad se veía a pesar de que solo había pasado un día desde la asignación de la actividad.

Además, el temblor aún no se le quitaba. Si seguía así, Rei terminaría por enfermarse y esta vez, _______ no tenía intenciones de volver a cuidarlo y darle sus apuntes.

— Oye, deja esa cosa si te sientes mal— advirtió _______ tratando de esconder su preocupación.

— Está bien, puedo con... Esto.. — respondió, tambaleando un poco la cabeza hacia adelante. — Solo estoy... Algo cansado, no es nada

_______ suspiró de forma pesada antes de dirigirse hacia él. El que Rei se tomara tan enserio el jueguito de los padres comenzaba a inquietarla.

— Mejor dame el muñeco y descansa un poco, idiota— reprochó, sin embargo, un pequeño susto la asaltó en cuanto el de ojos esmeraldas atrapó su mano en reflejo, impidiendo que tomara al bebé de metal.

— No lo hagas llorar— su mirada transmitía cierta preocupación, así como un ligero temor.

— Rei, solo es un muñeco; además, realmente necesitas un descanso— insistió molesta _______, no obstante, al ver que el contrario no cedía, optó por seguirle el juego, resoplando con cierto hastío. — Bien, ¿Qué es lo que debo de hacer? Prometo que lo voy a cuidar muy bien— alzó su mano derecha en un símbolo de que cumpliría su palabra. — Daré mi mayor esfuerzo

Y con ello, la mirada insegura de Rei se ablandó, relajando sus hombros.

— En mi mochila están las instrucciones y su biberón— con cuidado, el más alto trató de quitarse su mochila, procurando en todo momento no despertar al bebé, arruyándolo cada vez que el pequeño se movía o arrugaba su nariz. — _______... El profesor enserio no bromeaba cuando dijo que parecían un bebé de verdad— advirtió, mostrando una genuina preocupación en sus cansados ojos. — Solo tomaré una siesta— murmuró ya sin energía.

Los Niñeros [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora