Los Niñeros [EDITANDO]

Camara de vídeo

Narras tú

— ¿Señor Dekapan, me puede hacer un favor?— pregunté con toda la inocencia que podía expresar, aprovechando de que mi hermano no estaba con nosotros.

El profesor Dekapan solo ladeó la cabeza, y yo sonreí intentando no parecer maliciosa. Esta sería mi última travesura antes de entrar a clases.

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— Bien, ¿están todos?— cuestionó mi hermano en lo que contaba a los niños.

Era curioso saber que ellos volverían a la normalidad un día antes de que yo y Brian entráramos a clases, de lo contrario, hubiese sido difícil cuidarlos y estudiar al mismo tiempo aún con la ayuda de las chicas.

— Me pregunto qué contiene esto...— murmuré para mí misma, observando una cámara de vídeo que Osoko me había pedido que viera junto con Brian tan pronto tuviéramos tiempo. Esa sonrisa que mostró cuando me la entregó me hacía sospechar sobre el contenido del vídeo.

— ¿Por qué estamos aquí?— indagó uno de los niños, no parecían muy confiados que de repente llegáramos a un lugar bastante extraño.

— Oh pues, estamos aquí para... ¡Para probar una nueva bebida!— fue lo único que se me ocurrió decir en ese momento.

Los chicos me miraron algo raro sin siquiera haberme creído una sola palabra.

— Les darán mil yenes a cada uno si lo hacen— soltó Brian como si no fuera la gran cosa.

— ¡¿Enserio?! ¡Haberlo dicho antes!— exclamaron casi todos.

— ¡¿Dónde están las bebidas?!— y al parecer, el más entusiasmado era Osomatsu.

Y sin más, los niños ya se encontraban emocionados por beber la dichosa bebida a causa del supuesto dinero que se les iba a dar, "enserio, hay cosas que nunca cambiaran en ellos" pensé.

— Pero, haber estado casi dos semanas con ellos en nuestra casa... Me sorprende que la señora Matsuyo no haya dicho nada, o se haya preocupado al respecto— murmuré para mí misma procurando que los niños no me escucharan.

— Eso es porque al día siguiente luego de volver a casa yo fui a visitarla, diciéndole que nos íbamos de viaje y que los chicos iban con nosotros para que ellos descansaran un rato de sus hijos— me explicó en susurros Brian tan pronto como se acercó a mí. — Al parecer la idea le encantó tanto que ni siquiera me preguntaron cuándo volvíamos— se encogió de hombros restándole importancia de igual manera.

— Ehh...— por alguna razón me acordé de mis padres y su repentino viaje de trabajo que se había estado prolongando por casi medio año. ¿Es que acaso no pensaban volver?

— Aquí están— luego de unos momentos, Dekapan entró a la sala del laboratorio donde estábamos nosotros. — Con algo de esfuerzo y gracias al joven Brian he podido terminar esto— finalizó Dekapan mostrando un jarrón transparente que parecía contener agua de un extraño color rosa pastel.

— Bien, esa es la nueva bebida que tienen que probar— comentó Brian yendo por unos vasos de plástico.

— _______, aquí tiene lo que me pidió— con su otra mano, el científico me entregó un pequeño frasco con un líquido verde.

— ¡Gracias!— agradecí tomando el frasco como si fuera la cosa más maravillosa del mundo, escondiéndola luego de mi hermano en el bolsillo de mi suéter.

Luego de Brian volviera con los vasos desechables, Dekapan había vació todo el líquido del jarrón en estos para dárselo a cada uno los sextillizos. Estos empezaron a tomarlo, quejándose del mal sabor que les producía y haciendo varias muecas de asco o incluso de querer vomitar.