Los Niñeros [EDITANDO]

Verdad o reto

Narras tú

— Verdad o reto— pregunté en un susurro, fingiendo leer mi libro.

— Reto— respondió Brian.

Sonreí de forma traviesa, y aunque no lo podía ver directamente a los ojos, sabía que mi hermano no tardó mucho en arrepentirse por haber decidido la segunda, queriendo corregirse casi de inmediato pero yo me adelanté a interrumpirlo.

— Te reto a...— miré a mi alrededor de manera discreta. — Interrumpir al profesor con un piropo— mi sonrisa se ensanchó un poco más luego de haber murmurado aquello.

— Oye, sabes lo que va a pasar si hago eso; es el profesor de química— su queja no tardó en hacerse presente. — Mejor otro reto— dijo molesto, en un tono casi demandante.

— Bien. Entonces un beso con alguno de nuestros compañeros— me corregí en expresión neutral, a sabiendas de que las dos opciones eran igual de mala. — ¿Cuál eliges?— me burlé.

— Eres odiosa...

Volteé por un momento mi mirada y pude ver a Brian fruncir el ceño, antes de suspirar con molestia y levantarse, cosa que me sorprendió pues no pensé que él realmente fuera a cumplir aquello. Por un segundo me había dado lástima, sólo un segundo.

— Profesor— interrumpió su clase en lo que levantaba la mano para que el viejo le diera permiso de seguir hablando, cosa que al parecer no le agradó al fósil viviente.

— ¿Qué quiere, joven Brian? Más vale que sea importante— cedió con esa amargura y enojo de siempre.

— Solo quería decir, que me perdí— sonrió de manera apenada mientras pasaba una de sus manos por su nuca.

El profesor solo se molestó un poco más y resopló con irritación, como si el echo de que un alumno pregunte le molestara demasiado.

— ¿Y se puede saber en donde se perdió?— por lo menos trató de que su tono fuera casi amable.

... Esperen, yo conozco esta broma.

— En su mirada guapo— respondió mi hermano, regalándole un guiño junto a una sonrisa coqueta y lo señalaba con una de sus manos en forma de pistola al mismo tiempo que pasaba su otra mano para acomodar su cabello, ese último gesto siendo como una especie de tic cada vez que se ponía nervioso.

La clase entera parecía haberse envuelto en un incómodo silencio, y el profe con cada segundo mantenía un semblante cada vez más furioso. Solamente en ese instante fue que me compadecí de mi mellizo... Pero por otra parte, tuve que reunir toda mi fuerza de voluntad para no reírme en ese momento y ser la segunda víctima de la ira del profesor.

— ¡Dos horas de castigo después de clases!— explotó del enojo.

Mi hermano se sentó resignado en su lugar, queriendo mantenerse impasible en lo que yo intentaba recuperarme de mi risa interna, antes de dirigirle de nuevo la palabra.

— ¿Seguimos?— susurré en un tono más bajo que la primera vez.

Me atreví a mirarlo de nuevo, y él hizo lo mismo, con ese rostro enojado que transmitía odio por mi reto.

— Por eso es que odio jugar contigo— me reprendió, y yo solamente podía ocultar mis ganas de reírme de él.

— ¿Entonces ya no?

— ... ¿Verdad o reto?

...

...

...

—Maldito Brian, me las pagará...  Ya verá, no le hablaré en todo lo que resta del mes a ese idiota...— seguía maldiciendo entre susurros mientras observaba por la ventana cómo mi hermano se iba con Osomatsu.