Capítulo X

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Inmediatamente atino a envolverla en un apretado abrazo el cual jamás creí que le daría a un artificial, bueno eso creía antes de conocerla a ella. El llanto deja de ser un llanto de tristeza y pasa a ser simplemente felicidad, brota de mi interior una risa nerviosa, alegre y feliz. Sobre todo esto último. Hemos recuperado nuestra oportunidad y a ella.

- ¿Cómo te sientes?-. Pregunto preocupada cuando la veo a sus ojos.

Ella mira a Henry, luego voltea hacia mi- Bueno... mi sistema luego de verse lesionado entró en la fase de reinicio y debe de haber encontrado una forma de reactivar mi circuitos algún sector no dañado que se pueda autocorregir- se explica con su característica dulzura y puedo apreciar la hermosa y genuina sonrisa de siempre- pero mi brazo izquierdo quedó sin movilidad al igual que el giro de mi cuello noventa grados hacia la izquierda, igual los míos pueden repararlos-. Termina de explicar dirigiéndose "a los míos" con que los artificiales la ayudarán.

Entonces escucho su voz un poco más compuesta- Ya que mencionas a los tuyos, cree que podamos ir a visitarlos-. Comenta Henry.

Ella asiente.

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Me encuentro de pie sobre el techo del ómnibus junto a Henry y con mi brazo rodeo a Hayl para protegerla de algún otro ataque y ella no deja de observarme e ignora cualquier abucheo momentáneo hacia ella.

Cuando comienzo a ver a nuestra comunidad la idea de que no superamos las quinientas personas es sumamente devastadora. Éramos un inmenso grupo, ni siquiera los conocía a todos y ahora somos un puñado de sobrevivientes que pueden ser exterminado por Rocket en cualquier momento.

Cuando Henry logra callar los murmullos comienza con su discurso- Como ya saben la situación, la artificial...-.

- Hayl-. Susurro por lo bajo.

- Hayl- retoma el cuándo me lanza una mirada para que no me entrometa- ha sobrevivido y nos ofrece la posibilidad de unirnos a su comunidad con la finalidad y solo esa finalidad de atacar la planta de ensamblaje robótica que hay en nuestra ciudad. Antes de que ustedes se opongan o acepten, yo he tomado la decisión no como su líder, sino como persona individual que soy, de ir con esta chica, es mi única oportunidad. Los que acepten pueden sumarse al grupo de no más de siete hombres que iremos como delegados de nuestro grupo, los que no acepten esta medida pueden retirarse y para cuando volvamos espero ya hayan partido porque quiero una comunidad que tenga una sola directriz... no quiero una comunidad de rebeldes-. Entonces le hace una señal a Abele para que suba a Reyn al techo del vehículo.

Una vez arriba la pone de rodilla frente a Hayl y a mí.

Quita el arma de su funda y se la pasa a la mano con movimiento de Hayl- Como ejemplo de que no queremos actos de desacato que generen disturbios en nuestra comunidad- prosigue Henry y me asusta lo que está planteando, creo que se está cegando por el dolor- le daré la posibilidad a la victima Hayl de que pueda castigar a Reyn como desee... para demostrar que estamos en posición de ser cooperativos-. Termina de decir cuando el silencio rodea el lugar y las caras de asombro por tal medida, son un verdadero paisaje de desconcierto.

Lo que me sorprende es ver que Hayl apunta a la frente de la chica y ella solo pide que le dispare, en mi mente no puedo dejar de pensar en todo lo que he compartido con Reyn, es mi amiga a pesar de todo no puedo dejar que suceda esto. Hay algo que tenemos en común Henry, Reyn y yo... los tres fuimos cegados por el dolor y la venganza.

- ¡¡Mátame!!!-. Le pide Reyn con mucha calma- Muestra tu verdadera naturaleza-. Insiste.

Luego de varios minutos en los que solamente cruzaron miradas yo voltee hacia atrás para no ver lo que sucedería... era inevitable.

- Te perdono-. Escucho decir a Hayl.

Estoy desconcertada.

- Tu naturaleza no te permite matarnos-. Agrega Reyn.

Con una finura característica de Hayl solamente responde- Si podría asesinarte, pero te estoy mostrando mi verdadera naturaleza... Te perdono-. Insiste Hayl cuando deja caer el arma.

La cara de odio en Reyn aumenta y toma del suelo con una velocidad impresionante el revólver que yacía delante de ella para atacar, cuando una voz que en mi mente suena en off dice- No hay segundas oportunidades-.

¡Boom!.

Su cuerpo cae con todo el peso hacia el lado izquierdo y rápidamente se cubre en un charco de sangre. Se escuchan las exclamaciones, el eco del disparo y los gritos ahogados aún retumban entre todos los árboles y yo no puedo evitar llorar cuando un millón de momentos junto a ella vienen a mi mente. Entonces me detengo a ver la cara de Henry que no muestra más que la misma expresión que las rocas y aún tiene su brazo extendido en la posición que disparó. Está intacto. Como pudo matarla luego de prácticamente haber sido nuestro padre, eso me deja en claro que no dudaría en matarme si tuviera que hacerlo. Una desconfianza inmediata comienza a brotar en mi interior.

- Abele, apronta a los delegados, ellas y tú vienen conmigo-. Termina de decir cuando se va del techo.

Abele solo asiente aún en un estado de estupefacción increíble, al igual que todos nosotros... creo que si había alguien que jamás creí que mataría a un humano sería Henry... de hecho, creo poder decir con total seguridad que todos creíamos eso pero algo en él ya cambió... Ya no es mi Henry.

Hayl toma mi mano, la aprieta con fuerza para darme animo y pronto comenzamos a caminar para bajar del transporte y al pasar por al lado de Abele este me mira con preocupación.

- Cup... Debemos tener cuidado-. Sus claros ojos muestran el reflejo de una oscuridad que lo preocupa. Cuando dijo eso inmediatamente pensé en los artificiales, en la misión a la cual partiremos... pero cuando analizo bien su cara de preocupación creo que lo ha dicho por Henry y eso es lo que me aterra aún más.

La multitud comienza a dispersarse y yo me dirijo con Hayl al interior de uno de los autobuses, ambas nos sentamos una al lado de la otra en un par de asientos y nos quedamos ahí solo mirándonos. Aún me retumban las palabras de Abele en la cabeza.

- ¿Qué se siente morir?-. Me pregunta Hayl.

La verdad no tengo la menor idea... jamás he muerto o sea que no podría saberlo- Qué se siente apagarse y no volver a encender jamás-. Comento con una pregunta que sé que no podrá responder.

- Buen punto-. Responde ella con su bella sonrisa- ¿Cómo sabes cuando quieres a alguien?-. Sus preguntas me incomodan, la seriedad en su voz vuelve el momento incomodo.

- Pues no sé, solo lo sabes, supongo que piensas mucho en esa persona y quieres protegerla y asegurarte de que viva incluso si eso te cuesta la vida-. Respondo despreocupada.

- Entonces te quiero-. Dice sin ninguna gota de ironía en su voz. Lo cual me toma por sorpresa- Por lo que veo tú también me quieres entonces-. Termina diciendo y yo solo la miro.

Tiene razón... solo eso tengo para pensar... ella dio su vida por mí y yo... lo haría por ella- Yo también te quiero-. Termino diciendo.

Se acerca a mi mejilla y la besa.

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