Capítulo XIX

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Dejamos la moto en lo que fue el campamento improvisado y volvimos rápidamente sobre nuestros pasos hacia nuestro hogar. Es horrible el hecho de ver que unos lunáticos tienen en manos la tierra y nosotros a quien siempre nos perteneció tenemos que andar bajo tierra como si fuésemos gusanos porque nos están cazando. Espero que la situación no esté así en todo el mundo, sería realmente aterrador saber que todo es un caos pero dado el hecho de que han pasado diez años en estas condiciones... no creo que en otros lugares este mejor que aquí.

- Hogar dulce hogar-. Digo con una gran carga de rabia al regresar a esa maldita cueva.

Hayl acaricia mi espalda- Con eso tal vez logremos la diferencia-. Dice entusiasmada- ¿Por qué odias mi hogar?-. Pregunta algo decepcionada.

Yo sacudo mi cabeza- No es tu hogar en si... es el hecho de ver a que nos han llevado esos malditos-. Miro con rabia todo a mi alrededor.

- Si unos días te tienen así, imagina que la vida de toda mi gente ha sido ésta desde que la desecharon-. Termina diciendo algo dolida.

Por un momento siento una gran culpa al respecto. Nosotros fuimos los generadores de esto y cualquier otro daño colateral que haya surgido de esta maldita situación. Ahora estamos jugando al héroe para poder revertir todo en una misión recontra imposible, aunque tal vez este pequeño aparato nos de un ayuda.

Apenas ponemos un pie al otro lado de la cascada, Abele está ahí con el radio en mano, como una madre que mira a sus hijos por llegar luego de la hora pactada.

- Por qué no respondían-. Comenta irritado- No sabía qué hacer, casi me da algo...- su voz es insoportablemente irritante.

- Ya relaja tus hormonas-. Le dice Hayl con un tono campirano y no puedo evitar largar una carcajada.

Él niega con la cabeza- ¿Para ti éste maldito apocalipsis es un juego?-. Me pregunta molesto ignorando a Hayl- ¿Crees que estamos jugando a quien muere primero?- nos mira con rabia y comienza a enojarme- ¿Acaso piensas en alguien que no seas tú?, Henry murió creyendo que nos protegerías-. Listo, mala elección de palabras amigo.

Lo tomo por el cuello y lo empujo contra las rocas- ¿Crees que no pienso en alguien que no sea yo?-. Lo miro desafiante, el trata de moverse pero no puede tiene mi antebrazo apoyado en su cuello- Henry murió creyendo eso... tienes razón, ¿Sabes, adivina?- le pregunto hecha una furia- no soy él... nadie será como él pero si me eligió fue por algo-. Le digo mientras extiendo mi mano hacia Hayl para que me de la maldita caja blanca- Sabes tal vez si sea un juego para mí este maldito apocalipsis- le digo con sarcasmo- pero al menos no me quedo de brazos cruzados- le digo cuando quito mi brazo de su cuello- aquí tienes tu salvación maldita rata cobarde-. Le termino de decir con bronca cuando me marcho hacia lo de Doyle.

Comienzo a caminar velozmente y puedo sentir que detrás de mí, ambos vienen con paso acelerado. No doy tregua a esperar ya sé que es lo que haré, sé cuál es mi siguiente movimiento, si Lara cree que puede ser quien toma las medidas la sorprenderá cuando ese día yo haya tomado la mía.

Llego al lugar y encuentro a Doyle que ha logrado encender los monitores lo que me arranca una sonrisa de oreja a oreja, al parecer la balanza se inclina a nuestro favor.

Volteo a ver hacia Abele aún molesta- Escucha, aquí tendrás tu salvación-. Le quito el artefacto de sus manos y lo coloco sobre el escritorio, el muchacho colorado queda totalmente sorprendido.

- Wow que rápido lo han conseguido, bueno yo también pude poner en marcha los sistemas sin que Lara lo sepa-. Habla tan rápido que lo ignoro, solo quiero que haga lo que le pido. Me molesta Abele, aunque debo reconocer que solo nosotros cuatros sabremos del plan.

Miro a Abele con rabia- Pues así es la salvación- pongo énfasis en esta palabra- Doyle te intentarás comunicar con esos militares, si tienes éxito le dirás que pasen a retirarnos- entonces logro apreciar que tiene unos mapas sobre la mesa, los abro, busco con rapidez la planta de fabricación y la central eléctrica- Aquí- marco con el dedo- de hecho Doyle tú serás quien encenderá la bengala si ellos vienen a rescatarnos ese día, darás la señal-. Termino de explicar esa parte.

- Y por qué no solo nos marchamos y ya-. Comenta Abele- Si conseguimos un helicóptero podríamos irnos-. Agrega.

Muerdo mi labio para no querer golpearlo- Si quieres vete, nadie te obliga a combatir-. Lo desafío.

- ¿Qué haremos nosotros ese día?-. Pregunta Hayl algo confusa.

Yo la miro directamente a los ojos- No sé que planea Lara con respecto a quienes lucharán pero yo pienso ir a la planta y voy a necesitar que cuides mi espalda como siempre-. Sonrío de boca cerrada.

- Pues yo iré-. Resuena su fastidiosa voz, hoy se ha ganado que lo odie... a veces lo quiero... y a veces lo estrangularía.

- Haz lo que quieras, si le mencionas algo a Lara yo mismo te envío con Henry-. Por alguna extraña razón el sonríe, creo que le ha dado gracia.

- Me gusta hacer algo que no sea estar reparando cosas-. Comenta Doyle- Es decir nunca estuve en ninguna misión de campo-. Habla de la nada con gran entusiasmo, eso me garantiza su apoyo.

- Pues esta vez amigo... necesitamos de casi toda tu ayuda como ves-. Le digo y el sonríe ya poniéndose a trabajar con el aparato que le traje- Apenas tengas novedades buscas a uno de nosotros-. Le aviso y él asiente sin titubeos.

Nos retiramos para dejarlo trabajar tranquilo y veo que Abele se digna a no dejarnos solas. Genial. Arruina momentos.

Aparece Zaldana por un pasillo y cada vez que ella aparece algo sucede- ¿Qué sucede?-. Le pregunto antes que hable, ella sabe absolutamente todo, no sé por qué Henry no la dejó a ella a cargo.

Ella me mira sorprendida al ver que ya sabía que algo diría- Iritza, Lara se quiere reunir con nosotros... al parecer ya llegaron de la expedición y hay novedades-. Termina diciendo cuando ya va en dirección hacia el sector de Lara.

Parece que no tendré ningún momento de tranquilidad. Allá vamos Lara.


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