Capítulo XXIV

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Me adentro nuevamente en las alcantarillas para poder interceptar al equipo bravo, así los denominó Lara, nosotros éramos el alfa. Quiero llegar antes, anticiparme a Hede. Sé que él es el más fiel sirviente de Lara, seguro lleva a mis amigos, los tres mejores de los humanos que cree que le pueden traer complicaciones a una muerte segura y ellos no lo sospechan.

Corro algo coja por todos los acueductos los que por suerte en diferentes sectores cuentan con algo de luz y no resulta tan peligroso andar así para llegar a ellos. Tengo que anticiparme a Lara, tengo que hacerlo me insisto para convencer a mi cuerpo de que aligere el paso a pesar del intenso dolor.

Mientras corro a gran velocidad o a la que puedo al menos, trato de no pensar en cómo siento que mi pierna es desgarrada en cada paso y tomo el radio probando los canales de sintonía que tiene, los cuales no son más de cinco. Conociendo a Lara seguro tiene su propio canal. Yo lo tenía con Doyle. Entonces me doy cuenta del gran parecido que tenemos, pensamos muy igual e incluso a pesar de que yo si sea humana y nuestra especie la creó, hicimos un muy buen trabajo... su forma de pensar es como la mía, como la de un humano. Incluso, noto el parecido que tengo con Hayl, su gran capacidad empática aunque no tenga la habilidad de sentir, algo en ella la torna más humana y creo que ese es el punto por el que Lara la quiere con vida. Qué la hace tan humana.

Uno de los canales del radio, el dos exactamente, comienza a emitir una señal- Hede, me copias-. Le pregunta Lara.

- Escucho-. Responde de inmediato

- Tengo a Hayl, trae a esos malditos, ¿acabaste con los otros clase cuatro de tu grupo?-. Pregunta y por un momento es como si susurrara en mi oído.

- Así es, no hay eslabones. ¿Qué hay de la maldita humana?-. Arremete él con una pregunta, está claro que yo soy "la maldita humana".

- Se quedó en donde debía con su coleguita complicado, todos van a explotar, ellos y los de la cueva... Adiós clase cuatro y humanos, la jugada salió estupenda. Solo costó sacrificar unas piezas pero con el tesorito que tengo de rehén creo que podremos evolucionar un paso más-. Su voz tiene tanta malicia. Hayl es la clave.

Confirmó todas mis teorías. Solo jugó con nosotros, fuimos cuerpos que movió en un tablero y manipuló a costa de nuestra desesperación pero no sabe que aún tengo mi última carta, ya estoy jugando tu mismo juego maldita.

Coloco el canal cinco del radio- Abele, Doyle... Vayan cuanto antes a los lugares de extracción, Lara es una de ellos y planea hacer volar esos puntos en los que se encuentran. Evacúen ahora mismo-. Termino diciendo con énfasis.

- Copiado-. Responde Doyle.

- Es que no podemos confiar en nadie- Habla Abele con furia- Te copié Iritza, ten cuidado-. Termina diciendo con dulzura en su voz aunque me resulta muy incómoda luego de que avanzara de esa forma conmigo cuando sabe perfectamente mi situación.

- Copiado-. Respondo cortante, mientras coloco el canal dos.

Mientras corro en dirección a la planta escucho por el radio que Hede establece su ubicación, para mi suerte no es más que a unos diez metros en esta oscuridad. Apago el radio. Fingiré sorpresa.

Apenas los alcanzo, bajo mi arma y digo entusiasta- Zaldana, Hede, chicos-. Ellos voltean muy alarmados mientras que la expresión de Hede es de total sorpresa y no de esas que vienen con un coche nuevo de regalo.

- ¿Qué haces aquí?-. Me pregunta mientras baja apenas la guardia con su arma.

- Vine a ayudar-. Digo mientras camino sobreactuando mi movimiento cojo hacia él para parecer débil.

Cuando llego a su par él me toma del brazo- Deberías de haberte quedado en la central para proteger a los generación cuatro-. Comenta con un tono calmo. Ambos fingimos, las caras de mis compañeros tratan de advertirme pero ya sé lo que sucede, solo busco la oportunidad.

- Ellos son como tú y Lara, no necesitan protección- miro alrededor- igual que los otros clase cuatro que vendrían contigo-. Comento fingiendo sorpresa.

- Les ordené que cuidaran a tú gente-. Afirma seguro mientras mira hacia mis compañeros.

Con una gran velocidad tomo mi arma y apunto a su pecho aprovechando su descuido- Pues Hede, gracias por tus servicios-. Presiono el arma en el centro de su pecho y este cae seco en el suelo.

Los chicos rápidamente le quitan las armas al maldito cuerpo robótico y me envuelven en un fraterno abrazo que me da mucha calidez.

- Vayan al punto de extracción-. Les pido.

Zaldana me muestra una sonrisa torcida- Iri, estamos juntos en estos, quedarnos no es una opción, Henry hubiera querido que hagamos esto como una familia-. Sus oscuros ojos muestran una cálida ternura.

- Que nos protejamos las espaldas-. Agrega Landon.

- Terminemos con estos bastardos-. Acota Sean con una mirada muy divertida y perversa con esos ojos verdes iguales a los de su primo Landon.

Comenzamos a correr el último tramo hacia la planta por los acueductos y entonces llegamos al punto que subimos a la superficie, justo en la entrada frente a la planta.

Es una gran fábrica, muy parecida a la de ensamblaje de vehículos con una reja electrónica al frente que recorre todo el perímetro, solo que ahora está vacía y a oscuras.

Esto no me da buena espina.

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