Capítulo XIV

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Los brazos de Abele me rodean en medio de un silencio sepulcral ayudándome a ponerme de pie lo cual es una hazaña. Duele moverme, duele levantarme, duele estar bien... duele verlo ahí... solo permanece ahí. Intacto. Tieso. Muerto.

Me quedé sin el hombre que me salvó la vida en más de una ocasión, me quedé sin el hombre que me crió, que me enseñó a sobrevivir, él que me convirtió en esta mujer valiente que hoy soy... me quedé sin mi mejor amigo... sin mi Henry... sin mi familia.

- Por favor sus manos-. Escucho una voz que les habla a mis otros colegas para esposarlos evidentemente.

Comienzo a negar con la cabeza- No se las den-. Me separo de Abele con un llanto que no tiene planes de cesar- No seremos sus prisioneros de nuevo, si quieren tendrán que matarnos a todos-. Lo desafío e inmediatamente recibo una respuesta de apoyo de mis compañeros poniéndose par a par conmigo- Este día solo tenemos dos opciones... o salimos de aquí y ustedes siguen con sus malditas vidas de cobardes que se ocultan, o nos tendrán que matar-. Hablo hecha un saco de ansiedad. Siento que no pienso con claridad.

<<Henry me pidió que los salve y solo los estoy condenando... nuevamente te equivocas conmigo Henry>>.

- Soy flexible-. Responde el artificial poniéndome la punta de su automática en mi frente.

Siento la punta del cañón aún tibia por quien sabe cuántas balas que ha disparado, entonces miro la cara de Zaldana con todo su delineador corrido, está totalmente destruida.

- Sabes una cosa... mátanos-. Le pido- Al fin y al cabo nosotros los creamos para que sean nuestros esclavos, nosotros los desechamos y los marginamos a estos lugares-. Alzo mis manos para hacer gráfico lo que digo- ¿Por qué merecemos seguir viviendo?, no somos mejores que ustedes y ustedes jamás serán como nosotros-. Lo miro sonriendo mientras siento la atención de todos los presentes- Arrasen con este mundo, no dejen nada sobre él... de todas formas si nos aniquilan... ustedes morirán... – dejo escapar una risa nerviosa- tienen fecha de vencimiento... y llegará el día que el último de ustedes se apague y en la tierra ya no habrá nada...- me rio irónicamente escondiendo mi tristeza- es cierto, nosotros los creamos, indirectamente generamos este exterminio humano pero para cuando ya no quedemos nosotros y solo habiten ustedes... siempre y cuando no los exterminen por qué veo que esos artificiales- señalo en dirección a la explosión- no son sus "besties"... y para cuando el último de ustedes se apague- retomo la idea señalando a uno de ellos aleatoriamente- estaremos seguros de que nosotros no acabamos con todo en la tierra... Fueron ustedes-. Afirmo señalándolos.

- ¿Y qué te hace pensar que no podremos seguir sin ustedes?-. Pregunta su líder con tono curioso, dejó de lado su constante sarcasmo. Incluso han dejado de apuntarme.

- Ustedes están aquí por nosotros... sin nosotros no hubieran existido- comienzo a responder; el silencio es infinito- y los humanos siempre quisimos la inmortalidad y como no la obtuvimos creamos máquinas con la simple intención de facilitar nuestras vidas... y créeme... si esos artificiales que nos intentaron asesinar ya fuesen inmortales... dejarían de crear otros y aún así siguen mejorándose con la intención de crear la máquina inmortal...-. Termino de decir-. Es más- continúo- sabes por qué más no podrían seguir sin nosotros...-. Espero unos segundos- Nosotros somos su propósito... sea para salvaguardarnos – busco a Hayl y me mira a los ojos por primera vez con esa mirada comprensiva que ya no veía- como ustedes solían hacerlo y lo hacen porque jamás se levantaron contra nosotros, o sea para cazarnos como ellos lo hacen-. Señalo nuevamente hacia el lugar donde supuestamente murieron los artificiales- cuando nosotros no estemos... ¿Qué harán?...-. Pregunto- No necesitan criar animales o cosechar porque no necesitan comer, no necesitan trabajar, porque no necesitan comprar nada, no necesitan saneamiento, porque no van al baño y no beben agua... ¿Cuál será su propósito solos en la tierra?-. Les instalo la incertidumbre.

Luego de ver varias caras de reflexión durante unos minutos... alguien habla...

Ella.

- ¿Qué propones?-. Pregunta Hayl con su tono de voz dulce... aún es indiferente a quien soy.

Niego con la cabeza- Nada. A ustedes nada- escucho exclamaciones de sorpresa- Solo que nos dejen ir... con mi gente trataré de hacer la diferencia... ustedes hicieron mucho por nosotros cuando nos sirvieron, además no se aliaron a ningún bando para no generar más caos... no puedo exigirles nada más; solo que nos dejen ir con nuestras armas y con la garantía que nuestra guerra no es contra ustedes, podríamos compartir el mundo-. Termino con énfasis.

- Tiene razón-. Su voz. Su líder me da la razón y me sorprende- Nos ocultamos aquí por miedo a que nos exterminen, nosotros fuimos creados para ayudar a los humanos, nos crearon sin la falla homicida- eleva su voz parándose a mi lado para hablarle a todos- porque sabían que seríamos mejores... nos consideraron mejores y nosotros traicionamos a nuestros creadores, preferimos abandonarlos, ocultarnos sin propósito alguno más que buscar alguna pieza por refacciones-. Se detiene un instante- Sé que mucho de ustedes fueron desechados y tal vez no accedan por rencor, nadie será obligado pero ellos nos han traído un propósito... nos necesitan para ganar...-. Disminuye el tono de su voz como si fuese un gran secreto- Hagamos valer nuestro mayor valor y quitemos la tierra de las manos de esos malditos homicidas- toma mi mano y la levanta- ¡¡¡TENEMOS UN PROPÓSITO COMÚN, ¿QUIÉN SERÁ NUESTRO HERMANO?!!-. Termina gritando cuando una multitud es sacudida en único grito de apoyo.

Todos alzan sus manos, armas, saltan, gritan, ríen y mis compañeros se abrazan así como yo recibo un amistoso abrazo de Abele y un beso en la frente de su parte.

- Bien hecho-. Me dice con una bella y amplia sonrisa- Él estaría orgulloso-. Termina diciendo señalando con sus ojos llenos de lágrimas a Henry.

Yo nuevamente me arrodillo a su lado muy angustiada pero feliz a la vez de haber logrado el propósito por el que él y yo veníamos a este lugar, tomo su mano la cual yace fría y tiesa- Lo logramos Hen, sé que tú muerte no será en vano... lucharé por aquello que tú creías posible... Te juro que no me voy a rendir hasta devolverle la tierra y sus vidas a todos aquellos que lo necesitan-. Me seco unas lágrimas furtivas- Sé que combatirás a mi lado, sé que la muerte de los millones de vida que ellos han tomado no será en vano... haremos la diferencia Hen... Lo juro, mientras quede uno de nosotros hay esperanza-. Me pongo de pie a observar la gran motivación que se respira y me lleno de todo eso secando mis lágrimas.

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