Capítulo XVIII

121 22 5
                                    


Llegar hasta el campamento improvisado no fue problema, el problema fue seguir luego de ver sobre la tierra los cuerpos sin vidas de toda la gente que era parte de nuestro hogar, caí sobre mis rodillas de forma inmediata, rendida, solo encontraba el llanto como forma de expresar el dolor. Tal vez al fin y al cabo me estoy haciendo adicta a llorar... a dejar desbordar mis emociones. Para mi suerte Hayl estaba ahí conmigo e inmediatamente me envolvió entre sus delgados y largos brazos, quién diría que una apariencia tan débil... sería tan fuerte.

Cuando logré componerme luego de que ella me tranquilizara, secara mis lágrimas y me susurrara que todo estaba bien, que ella estaba ahí conmigo para protegerme fue entonces que me calmé. Ella es mi calma y mi ansiedad. 

Seguimos con nuestra misión de ir por ese maldito amplificador y para eso tuvimos que lograr encender un coche que tenía algo de combustible, de hecho tuve que pasar por la oficina improvisada de Henry a buscar la llave y todas sus cosas estaban intactas como si el siguiese ahí con su maldita forma de ordenar todo... resulta ser que esa maldita forma de orden le dio la capacidad de líder que jamás nunca tendré. Soy demasiado temperamental para tener todo en orden, soy un maldito caos.

Ahora estamos en el vehículo camino a mi base original, a la resistencia original donde yo crecí y me moldeó a esto que hoy soy. Empecé como una simple francotiradora, me convertí con ayuda de ese magnífico hombre en una de las mejores defensoras que hubo en esa base y hoy ese mismo hombre me dejó a cargo de un grupo de sobrevivientes, aliada con una mujer que no confío, con una misión imposiblemente imposible, contra quienes ya son extremadamente fuertes para vencer y a cargo de un sujeto que me conoce y sabe como pienso. Tengo que ser un poco más Henry (ordenada) si quiero ganar.

Una mano acaricia mi muslo- ¿Qué piensas?-. Me pregunta con una sonrisa que no se si muestra indiferencia o convalecencia.

- Todo-. Le digo- La misión, Lara, Henry, mi gente, los tuyos, en ti y en mí-. Termino diciendo y ella se sienta más derecha en el asiento y voltea a verme- ¿Qué sucedió con Lara?-. Pregunto curiosa para alivianar el final del anterior comentario.

- Pues me dijo la verdad de porque me borró los recuerdos, eso de que ella no confiaba en ustedes y yo los defendía... me pidió disculpas...- se detiene algo reflexiva- que no puede devolvérmelos, así que soy una hoja en blanco donde escribir-. Termina- Tranquila, puedes escribir sobre ella-. Ríe con picardía.

En ese momento que estoy por responder veo la base, también en ese mismo momento el auto se detiene. Sin combustible. Genial.

- Nos quedamos sin combustible-. Digo algo más que cansada de tanta mala suerte.

Ella abre la puerta de su auto- Pues toca ir a pie-. Se acerca a mi cara más de la cuenta con una mueca graciosa.

Entonces la beso.

Pongo mi mano detrás de su cabeza mientras la beso y mis dedos se enredan en su sedosa y ondulada cabellera oscura. Ella solo mueve sus labios con una delicadeza que resulta hermosa, mientras yo deseo no separarme de ella. El sabor de sus besos, su fresco aroma resultan ser extremadamente placenteros. Entonces nos separamos.

Ella me mira algo sorprendida al igual que yo lo estoy. Jamás consideré esto, jamás consideré que me gustara una chica y aún más, que esa chica sea artificial. Vaya descubrimiento Iritza.

- Lo siento-. Digo avergonzada por si ella se ha sentido invadida.

- Jamás creí que besaría a alguien, nunca nadie lo había hecho y se siente increíble... de hecho no sé si puedo sentir cosas... pero... ni siquiera sé que se siente sentir...-. Está tan emocionada que balbucea.

Entonces la silencio con otro beso.

Ella se aparte entre sonrisas- No esperaba que este fuese el inicio en mi hoja en blanco-. Dice contenta- Por qué no me dijiste de esto- comenta- hay algo en mi que cuando te ve enciende una especie de recuerdo que no quiere salir y sé que te vincula-. Culmina.

- Es que no podía decirte lo que sientes tú por mí para no condicionarte, tenías que descubrirlo tu, incluso yo tuve que descubrirlo-. Termino diciendo.

Antes de bajar del auto me vuelve a robar un rápido beso.

...................................................................................

Luego de caminar unas pocas manzanas estamos en la base, está totalmente abandonada o eso parece a simple vista pero no nos confiamos fuimos emboscados varias veces, ya uno se acostumbra a vivir así. Caminamos por los bordes de las paredes, con los cuerpos pegados a los edificios para no vernos en ninguna clase de riesgo y poder refugiarnos con velocidad.

- Dónde tienen el amplificador-. Comenta Hayl en voz baja.

- Allí-. Señalo a la tienda que aún permanece armada entre todo el caos de la destrucción que ha quedado.

Hayl se dirige caminando a gran ritmo a ese lugar.

- ¡Qué haces!-. Exclamo un grito susurrado.

Ella extiende sus manos- No hay nada cerca, puedo sentirlo como cualquiera de la generación mía de artificiales, lo más cercano está a dos manzanas y son varios, así que apresúrate-. Comenta mientras va en dirección a la tienda.

Una vez dentro comienzo a revolver todo y no aparece por ningún lado. Me dirijo a unos estantes móviles y comienzo a rebuscar hasta que doy con la tecla. Un aparatito blanco con forma de cajita con una antena a cada extremo para ampliar la señal.

- Avísale a Abele-. Le pido a Hayl.

- Dame el radio-. Me pide ella.

Comienzo a chequear que no tenemos el radio, luego del beso nos lo dejamos olvidado.

- Debemos volver antes de que Abele se preocupe-. Le digo y ambas nos reímos con complicidad.

- Corramos-. Dice ella- Quien sea que viene, puede sentirnos, están en nuestra dirección-. Toma mi mano y salimos pitando del lugar.

Corremos a máxima velocidad, Hayl va al frente, me lleva tomada de la mano y a pesar de que corro rápido me cuesta seguirle su ritmo. Mientras vamos corriendo nos encontramos con una moto caída sobre el medio de la calle y me detengo cuando alcanzo a ver que aún tiene las llaves puestas.

- Ayúdame-. Le pido.

En tanto me ayuda dice- Están cerca, no podemos detenernos si ni siquiera funcionará-. No termina de decir eso cuando la moto enciende.

- Funcionó-. Digo y arrancamos justo cuando una lluvia de balas se escucha que intentan dar con nosotros.

Nos alejamos a gran velocidad del lugar con el amplificador en la mano, con las esperanzas intactas y ambas ilesas.

Mientras vamos en la moto siento como ella me rodea con sus brazos y recuesta su cabeza en mi espalda.

<<Si Hayl, quiero empezar a escribir sobre ti>>.


CUERPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora