Habían pasado dos días desde la última vez que la albina había visto al conejo de cabello turquesa, por más que insistiera a su hermano sobre lo que hubiera pasado con él en el hospital, él se negaba a contestar sus preguntas, solo se dignaba a repetirle "Solo ve al hospital."
Luego de mucho tiempo intentado evitar el asunto, decidió ir con Joy, quien últimamente se veía más cansada de lo usual, a pesar de dormir lo mismo de siempre. Aunque no lo recordara su cansancio se debía al trabajo que debía realizar en el reino con la ausencia del rey.
Al llegar al hospital fue Joy quien se acercó a recepción, donde entregó un trozo de papel que Foxy había insistido que le entregaran a la recepcionista. La mujer ya de edad luego de leer el papel, les dio las indicaciones de donde debían ir.
Las dos chicas subieron por el ascensor hasta el piso ocho, recorrieron con la mirada el pasillo, hasta dar con la habitación 8E. Tocaron la puerta antes de entrar, dispuestas a encontrar a Bon en una camilla, pero no fue esa la vista que obtuvieron.
Bon estaba a un lado de la camilla, su cabeza estaba apoyada en la camilla donde descansaba un chico con vendas por su rostro y brazos. Bon aún soltaba pequeños sollozos, Joy tragó en seco. Sabía del amor de Bon por aquel chico, pero nunca creyó que su pequeña desaparición se debiera al de cabellos morados. Se sintió culpable cuando a su mente llegó un recuerdo de Bon diciéndole algo de Bonnie, y ella no le dio importancia.
— ¿Bon?—Preguntó Joy posando su mano en uno de los hombros del chico que no dejaba de temblar, sonrió con ternura, una sonrisa llena de cariño que solo Joy podía entregarle al chico. Como aquella vez que él le había confesado sus sentimientos por el chico, sin dejar de llorar por todas las estupideces guiadas por amor. —¿Quieres descansar un poco?—
— N-No puedo, Joy. Bonnie me necesita— Habló apenas, sin mirar a la albina que estaba en silencio aun en la puerta.
— Necesitas dormir.— Le dijo más tranquila Joy. — Puedo cuidar a Bonnie por ti, si lo quieres. Y así vas a la cafetería. —
— No lo sé.— Dijo algo triste, no era la primera vez que le daban la misma oferta, una chica de orbes amatista y cabello rubio había acompañado a Foxy en una de las tantas visitas, le dio válidos argumentos de porque debía salir de la habitación, pero no logró sacar al chico de esta.
— Bon. Puedo cuidar de él, por ti. Bonnie se preocupara por su querido maestro si le pasara algo por su culpa.— Le habló con suavidad, tratando de convencerlo de salir de la habitación, no debía hacerle bien ver a la persona que amas en esas condiciones, con el único sonido del constante pitido de la máquina.
— Bon. Fuera.— Habló molesta Meg, no se lo estaba preguntando, el sudor frío en su espalda se lo confirmó, miró a Joy por última vez para sonreírle. Una sonrisa de plástico.
La rubia no era tonta, notó cómo hacía esa sonrisa solo para no preocuparla. Como si no lo conociera. Miró la puerta cerrarse para guiarse a ver al conejo morado.
— Sé que tú no amas a Bon.— Dijo con tristeza, no le importaba si aquellas palabras nunca llegaban a los oídos del chico, se sentó en la silla anteriormente ocupada por el de cabello turquesa. — Y que te sentiste culpable, por eso estás aquí. Bon te ama, no deja de hablar de ti. Aunque supongo que te diste cuenta.—
El conejo morado estaba encerrado en una de esas blancas habitaciones escuchando cada palabra de la rubia, como una voz perteneciente a su imaginación, pero sabía que debía ser la amiga de su maestro. Las palabras no dejaban de hacerlo sentir culpable, debía olvidarlo.
Ese era uno de los tantos motivos de por qué se había lanzado al vacío, pero no podía quitar de su mente esas esmeraldas que lo miraban avergonzado cada práctica de guitarra.
— Dame una buena razón, para no gritarte ahora mismo.— Dijo Meg, su frialdad era adornada con una sonrisa que pretendía tranquilizar a Bon, pero solo lo ponía más nervioso.
— Se intentó suicidar.— Dijo. La albina se congeló por un segundo. La imagen del brazo con líneas en todas direcciones bañado de sangre la mareó. La rabia la inundó, confundiendo al pobre conejo. — Y-yo me entere por Foxy. Debí avisarte, p-per.—
— No hacen falta mentiras.— Murmuró, casi como si hablara aún perdida desde sus recuerdos.
— ¿Meg?
— ¿¡Por qué no me dijiste que estabas enamorado de ese chico!?— Gritó, llamando la atención de un par de personas que pasaban por el lugar, Bon sintió que perdió todo lo que le quedaba de fuerza, se sintió, débil y pequeño. — Me das asco.—
— ¿Te da asco que me guste un chico?— Preguntó tranquilo, aunque en su interior reinaba el caos.
— Me das asco tú, Bon — Habló con frialdad. — Me da asco que no lo notarás, que digas amarlo cuando no sabías nada. Tu sexualidad es el último de mis preocupaciones, que sea hombre me da igual. Dices amar una persona, pero es eso. Tu forma de amar me da asco. —
— ¿¡De que mierda hablas!?— Explotó Bon, la albina no se sorprendió, de hecho, estaba esperando por aquel grito.
— Los cortes, no lo sabías ¿No? Te enamoraste de una sonrisa de plástico, cuando solo habían lágrimas en su rostro.
— ¿Q-que?— Él no lo sabía, le sorprendió que su amiga lo hubiera notado. Lo noto al primer segundo que lo vio, aquellas vendas no estaban por todo el brazo, solo la parte de sus muñecas, no le costó adivinar.
— No lo sabías ¡Si no hubiera sido porque él se cansó de todo no te hubieras ni enterado! ¿¡Como mierda puedes decir que estás enamorado?!— Bon no pudo evitar soltar lágrimas, Meg tenía razón que cada palabra. — Eso solo me dice que no estás enamorado. Bon, a los que amas nunca se les abandona. —
La albina salió del hospital para dejar a un Bon muy derrumbado en medio de un pasillo.
No demoró en encontrarse otra vez con su hermano. Quien la saludó con una sonrisa. Meg no pudo evitar mirar el brazo descubierto de su hermano.
— Tengo monos en el brazo?
— Ya no hay cicatrices.— Murmuró. — Pero el dolor sigue ¿No?—
Foxy no la miró, pero sabía que su hermana no necesitaba una respuesta. No necesito una respuesta para quitarle aquella cuchilla hace cuatro años, no necesitaría una respuesta ahora.
Hola. Tengo varios puntos que aclarar acerca de este capítulo.
Este es el capítulo del que Meg les habla a sus hijos.
Joy tiene razón en decir que Bonnie no ama a Bon y que se sintió culpable por usarlo. También decir que tenía pensado que Bonnie nunca se enamorara de Bon, pero parece que cierto conejo no puede dejar de pensar en esos ojos verdes de su maestro.
Ella en un principio iba a reaccionar mal por saber que Bon era gay, pero esa idea no me convenció y reescribí la pelea unas mil veces, hasta que llegue a esta, que tampoco me convence del todo, pero bue...
Y si no se entendió; Foxy se cortaba, antes, también eso es parte de la razón de que se hubiera enojado tanto con Bon. Ella casi pierde a una persona amada por no preocuparse con cada falso "estoy bien"
Eso creo que es todo con respecto a este capítulo. Bye!
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Sweet Nightmares [FNAFHSYUME]
Fanfiction-Déjame secar tus lágrimas, me niego a verte sufrir, solo quiero verte sonreír otra vez. «Cuándo un categoría Hope se enamora de un categoría Ghost sus sueños se ligan y su única misión será destruir todas las pesadillas para liberar a la persona am...