Minuto 91 |Nouis| Lirry||

Capítulo 11: Alerta roja

Votos y comentarios. El próximo capítulo será interesante...

Harry entró en el centro comercial decidido a llenar el maletero del taxi de vuelta de cosas bonitas.

Llevaba dos miembros de seguridad que su padre había insistido en que le acompañaran por los últimos y complicados sucesos violentos en el país, pero Harry les animó a que fuesen a la cafetería a relajarse, puesto que dentro del centro comercial no iba a ocurrir absolutamente nada.

Así que se metió en la zona de tiendas de lujo.

Aunque cuando estaba concentrado y a punto de entrar en Yves Saint Laurent sus ojos se posaron en una tienda de artículos deportivos de lujo.

Bueno, primera parada, sería allí.

Liam era consciente de que debía estar mirando regalos que gustasen a su muy femenina y convencional hermana y que desde luego esos regalos no los iba a encontrar en esa tienda de artículos deportivos pero tenían cosas tan bonitas que no podía evitar demorarse dentro.

Estaba a punto de probarse unas deportivas cuando notó una especie de sacudida y un ruido sordo.

Entonces empezaron a sonar alarmas y los responsables de la tienda cerraron una persiana de seguridad. Se sintieron voces, ruidos, y más sonidos que recordaban ligeramente a los disparos de las películas.

Liam se tiró al suelo y entonces le sorprendió encontrarse justo frente a unos profundos ojos verdes que nunca había visto realmente de cerca.

En el rostro del hijo del señor Styles.

-Tienes que meterte debajo de algún mueble, es más seguro –dijo el chico que quince días atrás casi hunde su carrera.

Liam reptó debajo del mueble de zapatos donde Harry Styles se escondía.

-Seguro que ésto tienen que controlarlo rápido –dijo Liam con un hilo de voz y tratando de mantenerse calmado.

-Lo primero que sonaron fueron bombas –dijo Harry con voz más grave de lo que Liam recordaba que tuviese.

Permanecieron quietos y en silencio lo que parecieron horas, pero cuando miró su reloj habían transcurrido cincuenta minutos.

Fue en ese momento cuando unos policías abrieron un pasillo de emergencia lateral, se abrió la persiana y les ayudaron a proceder a una evacuación de emergencia del edificio.

Liam se levantó y alargó la mano para ayudar a levantarse a Harry, que la aceptó tras un momento de duda pero le soltó en cuando estuvo fuera de su hueco.

Siguieron a los otros clientes en la evacuación. Cuando llegaron al exterior todo estaba en una sorprendente calma que no esperaban.

Había policía y ambulancias, pero casi todos los clientes habían sido ya evacuados excepto los heridos y ese grupo que estaba en el ala donde estaban ellos.

-No pueden salir del barrio. Han cerrado los accesos y es peligroso, no hay transporte. Ha habido un ataque terrorista y ahora mismo la prioridad es su seguridad. –dijo un hombre en inglés – nuestro centro comercial les facilitará su estancia en el hotel más cercano esta noche, hasta que puedan volver a su hotel por la mañana.

Harry cerró los ojos pero se armó de valor. Era lo mejor para su seguridad y desde luego no iban a viajar caminando por una ciudad en alerta roja.

Los miembros de la seguridad del hotel les facilitaron una llamada para tranquilizar a sus familiares y luego les acompañaron a un hotel modesto pero limpio que estaba a apenas cinco minutos.

Liam y Harry caminaron juntos hasta allí. Eran los únicos ingleses y la única cara conocida por ambos en medio de toda la confusión.

Así que cuando distribuyeron las habitaciones no resultó extraño que aceptasen compartir la habitación para dos en el último piso que les ofrecieron.

En cuanto entraron siguieron las recomendaciones de seguridad. Bajaron las persianas y aceptaron las hamburguesas que les habían llevado para cenar.

No había televisión, no llevaban los cargadores de los teléfonos y no funcionaba la red de Internet.

-Va a ser una noche muy larga –dijo Liam al fin, rompiendo el silencio.

Harry le miró. Hacía mucho calor. Harry llevaba su camisa arremangada pero notaba el sudor caer por su cara.

-Mucho.

Se sintieron más ruidos fuera. Ruidos sordos y que daban miedo.

-Lamento haberte hecho sentir mal el otro día en el pub –dijo Liam al fin.

-Claro –Harry dejó el papel de la hamburguesa y fue al baño. Desprecintó un cepillo de dientes desechable y Liam entró y se dispuso a lavar los dientes también.

Estaban acabando cuando se cortó el agua.

La luz parpadeó varias veces antes de apagarse definitivamente.

Harry arrojó el cepillo de dientes.

-¡De puta madre!

Liam se le quedó mirando y Harry le afrontó.

-¿Qué pasa?¿Un maricón no puede decir groserías?

-Yo no he dicho nada.

-¡Pero lo piensas!

-De verdad siento haberte hecho sentir mal, pero yo nunca he sido una persona homófoba, siento si creíste eso...

-A veces las personas que no sufrís el rechazo no sois capaces de entender el daño que hace simplemente una broma, pero más allá de eso...

-¿Más allá de qué?

-Es triste que yo te he saludado muchas veces y tú ni siquiera me dijiste nunca hola y cuando lo hiciste fue para decirme eso.

Liam iba a abrir la boca cuando se escuchó un ruido más fuerte que hizo vibrar las lámparas.

-Estoy un poco asustado... –dijo Liam.

Harry entró en el cuarto y se sentó sobre la única cama.

-Yo también.

Liam se sentó a su lado.

-De verdad siento mucho haber sido así contigo. A veces soy un bocazas y no se que me pasa...

Otra explosión. Sirenas.

Harry le miró a la cara. Apenas se veían con la leve oscuridad de la luz de emergencia.

Liam le devolvió la mirada.

Se escuchó algo caerse dentro de la habitación. Una de las luces, precarias por las sacudidas, se cayó golpeando el suelo y ellos se abrazaron por instinto.

Harry fue entonces consciente de que estaba abrazado a Liam Payne.

Que se apartó un poco y miró alrededor.

-Mierda...

Harry se le quedó mirando.

-Sólo fue una luz...

Pero siguió abrazado a él.

Liam se movió levemente.

Harry pensó que de todos modos podría morirse esa noche y nunca había besado a nadie justo por reservarse para él.

Así que levantó la cabeza y le rozó los labios.