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Des se fue a dormir y Liam cerró la puerta de la habitación de Harry.
La cena había sido tranquila, demasiado correcta. Karen y Des habían hablado de cosas sin importancia, bordeando el verdadero tema de lo sucedido entre sus hijos y la prensa.
-No puedo esperar a que pasemos esa semana sólos aquí en tu casa... necesito pasar tiempo sólo contigo.
-Liam, mi madre... ella me ha pedido que vaya a Estados Unidos. Nunca me lo pide. Le dije que de acuerdo.
-¿A Estados Unidos?
-Sí, me iría pasado mañana...
-Pero íbamos a pasar esos días solos.
-Puedes venir. Ven.
-¿A Estados Unidos?
-Sí, una semana en Nueva York, alguna fiesta, un poco de turismo, tú y yo.
-Y tu madre, con la que casi no te hablas.
-Me ha conseguido un trabajo en la Semana de la Moda, ni siquiera le he dicho que quiero ser entrenador, no me dejes sólo.
-Eh... no, no te dejaré sólo, bebé –Liam le sujetó la barbilla y le besó – iré a Nueva York contigo.
-No sé cómo decirle...
-Tú me has enseñado estos días a ser valiente. Ahora te toca serlo a ti.
Harry le besó y Liam le acostó sobre la cama.
-Vamos a celebrar la Nochebuena cómo se debe...
Harry emitió uno de esos suspiros bajos que enloquecían a Liam. No se cansaba de Harry. No sabía cómo había podido vivir a escondidas de su propia sexualidad durante tantos años aunque quizás tenía que llegar Harry para despertar eso en él.
La ropa cayó al suelo y se metieron dentro de esa cama adoselada que Liam ya consideraba su refugio. Harry y su modo de ser, sus gustos estéticos, todo en él era exactamente lo contrario a lo que Liam siempre había gustado, pero precisamente eso le hacía aún más atractivo a sus ojos.
Y esa cama era una prueba. Cuando Liam dormía con Harry, éste siempre ponía el dosel. Liam se sentía protegido y como en el mundo que era sólo de los dos.
Amaba su cuerpo. Y Harry parecía amar el suyo.
Giraron en la cama, y acabaron en cucharita. Liam buscó el lubricante y tras aplicárselo, entró de una vez en ese sitio que tanto había aprendido a amar esos días. Empujó haciendo a Harry gemir, moviendo la cadera y golpeando contra sus nalgas en ese delicioso baile instintivo que era hacer el amor.
-Eres... te amo...
Harry alargó el brazo para sostenerle la cara y que le besase. Liam lo hizo mientras seguía bombeando, su miembro vibrante llenando su interior del resultado de su orgasmo, Harry temblando con el placer y corriéndose contra su mano, que Liam estaba utilizando para acariciar y presionarle el pene.
Se quedaron jadeando, abrazados uno al otro, respirando uno encima del otro. Felices, satisfechos. Completos.
-¡Os dije que no le... acabará dejándome! –gritó Niall a su madre.
-Mañana hablaré con tu padre y tus tíos.
-Le han preguntado de todo. No paran de hablar, de gritar. Le están hablando en irlandés. Y he visto que papá le está dando de ese whisky que agujerea estómagos.
-Vamos, tu padre sólo trata de ser amable...
-¿Niall? - la puerta trasera de la casa de Maura se abrió. Louis se apoyó contra la puerta. Había visto a Niall salir al patio trasero con su madre – apenas hemos podido estar juntos...
-Lo se, mi amor...
Niall se acercó y Louis dejó caer su peso contra él.
-Quería pasar mi cumpleaños contigo...
-Louis, cariño...
-Te amo pero tu familia hoy me tiene harto.
Niall le apretó la base de la espalda para mantenerle recto. Louis apoyó su cara contra la de Niall.
-Me caen bien pero en dosis pequeñas.
-Lo sé, lo sé...
-Tu padre no hace más que llenarme el vaso.
-Será mejor que nos despidamos y vayamos a dormir.
-Pero le he demostrado que soy un hombre, no un muchacho.
-Siempre lo demuestras, Louis.
-Niall, creo que voy a desmayarme.
-Vamos a la cama. Ya.
Le agarró por la cintura y entraron a la sala. Todos les miraron con una curiosidad que hizo a Niall sentirse mitad orgulloso de su hombre mitad avergonzado por la enorme curiosidad de su familia.
-Louis está muy cansado.
-Típico de nuevas parejas, irse antes que todos los demás a dormir –dijo uno de sus tíos.
Niall se puso rojo.
-Ya, por favor. Lo estáis asustando.
-No estoy asustado –rebatió Louis – además aguantaría esto y más por ti.
-Niall, no te enfades –dijo su padre –sólo queríamos ser hospitalarios al modo irlandés.
-Louis, siéntate y come algo, te vendrá bien...
-Si me suelto de Niall me caigo. La habitación está dando muchas vueltas ahora mismo.
-Será mejor que le acompañe a la cama.
-Está bien, Niall, llévale.
-Pero... ¿le voy a dejar sólo en su cama?
Maura suspiró.
-Supongo que está bien que durmáis juntos.
Niall asintió, sonriendo.
-Sí, será lo mejor.
Harry entró en la cocina y calentó un poco de leche.
No esperaba que Des entrase también.
-Harry, estoy preocupado. Tu madre me ha llamado. Me ha contado lo de la Semana de la Moda.
-Papá, sé que le tengo que decir que abandoné Diseño pero no sé cómo.
-Me gusta que seas tú mismo. Quiero que se lo digas en cuánto pongas un pie en Estados Unidos.
-Con mamá nada es tan fácil.
-Lo se –Des le abrazó – pero quiero que seas feliz.
Louis se derrumbó bocabajo sobre la cama.
-De verdad, perdóname –dijo Niall quitándole los zapatos – mis amigos, mi ex, mi familia... todos son muy intensos. Y además mi padre te emborracha.
Louis se apoyó en la cama.
-No pasa nada...
-Sí, si pasa –Niall se quitó el suéter hablando sin parar – te pedí muchísimo y es como que... si sales corriendo no te culparía.
-¿Correr? Ni siquiera puedo caminar.
-Perdóname. De verdad, mañana haré que se disculpen todos.
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Minuto 91 |Nouis| Lirry||
FanfictionNiall está viviendo su primer año universitario lejos de su casa, y logra el trabajo que cualquier chico sueña: trabajar en un gran equipo de fútbol . El fútbol siempre ha sido su sueño y su pasión, pero nunca pudo lograr ser profesional. En las can...