Capítulo 21: Eso es lo que eras

727 97 38
                                    

Votos y comentarios, por favor



Niall recogió todas sus cosas, aunque entraban en su mochila. No había llevado casi nada a la residencia.

Seis menos diez. Louis debía estar a punto de llegar.

Se escuchó un par de golpes en la puerta.

¿Y ahora que mierda...?

Abrió la puerta y Louis le devolvió una sonrisa espléndida. Iba vestido con un traje gris brillante y una camisa azul que hacía juego con sus ojos.

-¿Estás listo?

-Louis...

Llevaba un ramo de rosas con él. Louis se lo alargó.

-¿Nos vamos?

-Vas muy elegante, no se me ocurrió... voy en jeans.

-A mí me gustas.

-Todos están mirando... ¿verdad?

-Sí. –Louis elevó la voz –ESTAN MIRANDO COMO VENGO A POR MI NOVIO.

Niall contuvo el aire y agarró su mochila.

Louis le sujetó de la cintura y le sacó del cuarto.

-Ya sé que te enfadaste conmigo pero ahora vas a volver a nuestro apartamento. Perdóname, mi amor.

-Yo... claro, Louis. Vamos.

-Te olvidaste tu teléfono –dijo Louis sacando un iPhone 7 Plus de su bolsillo.

-Pero éste no es mi...

-Ya no me hagas sufrir más. Vamos.

Niall dejó que Louis le llevara por el pasillo hasta la puerta de salida.

-¿Dónde está tu coche?

-He traído éste que acabo de sacar del concesionario... ¿te gusta?

-¿Un Porsche? ¡A quién no le gusta!

-Me encanta que te guste, no sabía si era tu estilo. –dijo dándole las llaves.

-Mierda, Louis... –Niall le besó y Louis le susurró al oído.

-Perdón.

-Vamos –dijo Niall subiendo al coche. - ¿dónde vamos a ir a cenar?

-A mi casa.

Niall encendió el vehículo.

-Pues vamos entonces.



Harry pidió una cerveza y se sentó en la mesa que ocupaba habitualmente.

Esperó con cierto nerviosismo. Liam tenía que aparecer de un momento al otro y si no se acercaba a hablar con él, al menos que le viese.

Puso el billete de diez libras sobre la mesa y la camarera le miró extrañada.

-Sueles pagar al final.

Le devolvió seis libras y Harry gimió. No iba a darle para comer nada.



Se sintió un revuelo al fondo del local y Harry adivinó que habían entrado los futbolistas.

Trató de ver si Liam estaba entre ellos y sí estaba.

Su estómago dio una pirueta pero se mentalizó  de actuar con tranquilidad.



Niall detuvo el coche frente a la casa de Louis.

-Ponte ésto –dijo Louis pasándole un pañuelo. –quiero sorprenderte.

-¿Más?

-Más.



Harry miró su vaso vacío. Había pasado una hora y tenía sed y hambre y seis putas libras.

Se dio por rendido y pidió la segunda cerveza.

Liam seguía entre sus amigos. En un par de ocasiones habían hecho contacto visual y Harry se sentía observado.

Pero Liam estaba rodeado de amigos y no iba a ceder fácilmente. 

Harry miró la televisión con melancolía. Se acercaban las Navidades y después del veinticinco su padre haría un viaje con su novia, como siempre.

Antes Harry iba a Estados Unidos pero las relaciones con su madre no eran las mejores y desde la mayoría de edad no iba.

Podría hacer un pequeño viaje él.





Liam estaba tenso.

Quería acercarse a Harry, sentarse con él, conversar, que le contase cosas de su vida porque hasta ese momento apenas habían hablado.

Besarle.

-Liam.

Uno de los chicos más jóvenes del equipo le hablaba.

-¿Ese es el hijo de Des?

-Sí.

-Debe odiarte por lo que pasó ese día aquí.

-Es un buen chico.

-Dicen que siempre va a los entrenamientos. Debe ser que le gusta ver a chicos guapos en short. Menuda loca –dijo riéndose. Otro de los compañeros le coreó la risa.

-Deberías ir y tratar de ligártelo –le dijo ese otro compañero al más joven – seguro que lo está deseando, parece una mezcla entre nerd y princesita.

-Dejadle en paz –dijo Liam sintiendo una rabia horrible nacer de su pecho – él no os ha molestado. 

-No sé pero a mí me incomoda que Tomlinson se cambie cuando nosotros. Él es también.... ya sabéis...

Liam tuvo una visión horrible, la certeza de que él mismo hubiera dicho esas cosas y reído de esas bromas apenas unos días atrás.

Las palabras de Harry le golpearon fuerte.

"Tú no puedes entender el daño que hace una broma".

Ahora lo entendía.

Y también que sus compañeros no aceptaban a Louis Tomlinson y mucho menos lo aceptarían a él.

Quería morirse. Quería emborracharse. Quería...

Quería ir con el chico de ojos verdes.

-Voy al baño –dijo al fin.

Allí se mojó la cara con agua fría y se miró, buscando el modo, la forma, de salir de esa especie de ratonera emocional.

Volvió al bar y lo vio todo rojo.

Porque su compañero estaba sentado frente a Harry.

Minuto 91 |Nouis| Lirry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora