Nuestro Destino (Shumdario)

Especial Domberto parte 2

Pov Alberto

¿Había sido tan cabrón? ¿Se había enojado tanto? No había pensado en que Dominic se pondría tan furioso conmigo por lo que le dije, creí que era una de nuestras peleas de siempre en los cuales nos enojamos y teníamos sexo de reconciliación, creí que era una de esas peleas y ya, y cuando se lo sugerí por supuesto que creí que aceptaría, no que me mandaría al infierno y se fuera a dormir quién sabe a dónde, aunque por supuesto podía costar que se había ido a quedar a donde Matthew.

No pude dormir bien y me levanté completamente frustrado, quería arreglar las cosas con Dom ¿por qué no me podía entender?

No me sentía seguro aun para decirle que lo amaba, porque no sabía si lo hacía.

Cuando terminé de ducharme, salí a mi habitación y allí extrañamente, se encontré a Dominic, cuando me vio, lanzó un suspiro agotado.

-Tenemos que hablar.

Yo asentí.

-Sí, tenemos que hacerlo.

-Bien hazlo tú primero –le dije y él negó.

-No, habla tú.

Los dos rodamos los ojos y luego sonreímos.

-No quiero pelear contigo –dijimos los dos al unísono, lo cual no se hizo sonreír abiertamente, yo lo miré con ternura.

- ¿Hablas en serio?

Él asintió.

-Por supuesto que sí, la verdad es que, tienes toda la razón Alberto, yo no puedo seguir presionándote, pero tampoco puedo estar contigo si no me dices lo que sientes en verdad por mí, está bien, si no lo sabes, bien podemos tomarnos un tiempo...

-No, hace unos segundos estaba pensando que tú no me entendías, pero verdad es que si tratas de hacerlo, yo no estoy haciendo nada para entenderte y quiero hacerlo, porque quiero que esto funcione.

- ¿Estás diciendo que me amas? –Preguntó Dominic y pude notar la esperanza en su voz.

-Estoy diciendo que intentaré hacerlo, porque quiero hacerlo.

Y antes de que me diera cuenta, Dominic estaba entre mis brazos.

-Gracias, gracias, gracias –dijo escondiendo su rostro en el hueco de mi hombro.

-Estaremos bien –le prometí.

-Por favor Alberto, por favor bésame, por favor.

Estaba tan desesperado que no pude evitarlo, lo tomé de la mandíbula y alcé su rostro para que me mirara, primero acaricié suavemente sus labios con los míos, pero eso me causó un fuerte escalofrío por lo cual sin poder evitarlo presioné nuestros labios y como si fuera lo más natural del mundo, y que en realidad lo era, nuestros labios se fundieron en un beso profundo que disfruté al máximo, Dom rodeó mi cuello con sus brazos y yo con los míos rodee su cintura.

Estaba encantado con la calidad del cuerpo de Dom, pero pronto no fue suficiente.

Yo suspiré tomando una bocarada de aire tan pronto me separé un poco del chico, tomando todo el valor que tenía, por fin hable.