Capítulo 5

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- Tomas no es Gay – le dije cuando le abría la puerta de entrada al edificio para que se fuese de una vez. – Y vos sos lesbiana.

- Si queres subimos y te muestro que no – dijo Fiora – Total si de ultima vos sos bisexual, no deberías tener problemas.

- Yo no soy bisexual, Tomas no es gay y vos sos lesbiana – le respondí enojado, con la mezcla de seguridad e ironía que había adquirido al rendir ciertos exámenes orales – Y lo que hicieron es muy cruel – agregué con un poco de sinceridad.

La chica de cabello rubio y azul se quedó mirándome un buen rato, me dio una caricia y me despidió con un beso en la boca al que no respondí.

Entré a mi departamento y encontré dos medias que, entre el apuro por sus charlas con Dios, Tomás había perdido y olvidado. Sin pensarlo dos veces, las arroje por la ventana. Amenacé con tirar el mate con el que ellos habían estado desayunando, pero me frené recordando que era el único que tenía. A los pocos segundos: sonó otra vez el timbre.

- ¡No deberías perderte esto! ¡Vamos! – me gritó Fiora, - ¡Baja ya mismo!

"Tomás no es Gay. Fiora es Lesbiana. O yo soy el peor cornudo de la historia de la humanidad que ni siquiera tiene la chance de hacerle un escándalo a una chica que lo trato como a un idiota desde que la conoció. Y encima está muerta.", pensé alrededor de setenta y ocho veces mientras bajaba los tres pisos por el ascensor.

Al salir a la calle, tras la efusiva orden de Fiora, sólo me alcanzo con dar un paso al aire libre y sentir el sol en la cara para que comience a tener la misma pesadilla de siempre: la de un tren pasándome por enfrente, tan cerca que mis odios se quedaban en completísimo y armonioso color negro, las luces relampagueaban y mi mirada se transformaba en un paisaje reiterativo de escenas de flores que no eran rosas. Fiora me despabiló con una cachetada y me dijo que la siguiera unos metros hasta la esquina y yo, ya casi sin siquiera tambalearme sobre aquel sueño de un segundo, la complací.

Llegamos y Tomas no había logrado siquiera tomar el primero de sus dos colectivo. En la parada misma estaba en el suelo sobre un hombre a quien no dejaba de golpear en la cara. Inmediatamente corrimos hacia ellos e intenté separarlos. El hombre se recuperó bastante rápido pero no dudo ni un segundo en golpearme a mí también, a la pasada, mientras Tomas a su lado seguía insultándolo desde los brazos de Fiora.

- Ese es – me dijo Tomas – el hombre mayor y mal vestido, que también dice ser novio de Devina.


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