Él chico me llevo con los otros que antes había visto, estos se carcajeaban como nunca al ver mi fracaso en él intenso de huir corriendo.
En 5 minutos llego una camioneta a alta velocidad, casualmente la misma que usaron ese día que me arrebataron de otros secuestradores, no quiero subir ahí, eso implica dos cosas, una, recordar todo lo que paso y regresar con mi trauma psicológico, y dos, él final de mi vida.Nuevamente él mismo chico me subió a empujones, subió de mi lado y serró la puerta, del otro lado estaba por lo que dice ser él padre de los hombres que yo...es decir él padre de los secuestradores.
— ¿A donde me van a llevar?—pregunto con un poco de nerviosismo en mis palabras, aunque ya se lo que me espera no lo puedo evitar, o mas bien ese es el motivo por el cual estoy así.
— No comas ansías, tranquila, solo te llevaremos a un lugar de tu altura, y no me refiero a tu tamaño, si no que te llevaremos a trabajar, a trabajar a un lugar de donde nunca debiste haber salido.— lo del trabajo si lo entendí, pero, como que nunca debí salir, si nunca he estado en lugar de esos, no he llegado a tanto.
— ¡¿Que le hiciste a mi primo?!— al recordar todo lo que paso con mis primos todo ese miedo que sentía se convierte en odio, desesperación, rencor, dolor, y mil cosas más, pero de lo que estoy segura es que dentro de todas esa cosas, ni una sola es positiva.
— Lo dejamos para después, uno nunca sabe cuando se puede necesitar una ayuda extra o una motivación, "estrella de otro"—contesta con sinismo sonriendo ampliamente, veo como disfruta hacerme sentir mal, hacerme creer que no valgo nada, que no tengo a nadie en este mundo que realmente me quiera.
— ¿En dónde está? ¡Quiero verlo! ¿Qué le van a hacer?—el saber que aún está con vida me tranquiliza un poco, pero me aterra la idea de pensar que si no lo mataron hoy fue por que le tenían una peor muerte como la de Francisco, sufrió hasta en sus últimos segundos de vida, no quiero que le pase nada.
— Por ahora no, no hay necesidad todo tiene su momento.—Estoy segura de que lo va a utilizar para sobornarme en algún momento.—Sabes qué... Ya me aburriste, pensaba hacerlo después, pero en vista que no te para la boca voy a tener que hacerlo de una vez por todas.
— ¿Me vas a tapar la boca? Porque no sabes como me asusta eso, no vaya a ser que me calla a haber del baño del susto. —digo sarcásticamente.
— No, tengo un mejor plan para mantener quieta esa boquita.—saca algo de su saco que parece ser una jeringa.
— Como, ¿ahora te dio por jugar al doctorcito?— digo intentando esconder él miedo mientras él añade un dentro de la jeringa.
—¡No!- pasa la jeringa al otro tipo —inyectala para que duerma como los angelitos.
—¡NO! ¡ESTAS LOCO! ¡ESO NO!— no quiero que me duerman, porque entonces no sabré a donde me llevan, tengo miedo de lo que me puedan hacer estando dormida, y peor con la rabia que me tienen estos tipos.
—¡Oh si!¡HAZLO!— él tipo que esta a mi lado me toma fuertemente del brazo para intentar inyectarme,primer intento y no lo logra, me hago hacia un lado y lo único que logra es poner la jeringa al aire, me toma aun mas fuerte y veo en sus ojos que decea hacerlo con todas sus fuerzas, haré lo posible porque no lo logre mientras yo pueda, segundo intento fallido, esta vez lo único que logra es quebrar la punta de la jeringa contra él sillón del auto.
—Veo que eres bastante persistente, no quería pero me obligaste— suelta un fuerte y doloroso golpe sobre mi cara haciendo que me vaya hacia él lado contrario, provocando un fuerte dolor de cabeza y un gran mareo.—¡Hazlo!
El otro tipo que traía la jeringa logra sostenerme con mas facilidad estando en sus brazos, jala mi blazo izquierdo y me inserta la geringa con gran rudeza para después proseguir con él sedante en líquido.
Poco a poco siento como todo se nubla, siento una gran pesadez en mis parpados, me siento agotadicima.— Avisenle a Raúl Murray que tenemos a su sobrina y lo queremos a él, traiganlo a mi con vida.— pero yo no tengo tios, es lo ultimo que escucho, ya que mis ojos se han serrado por completo.
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— Hola hija, ¿cómo estas?— dice aquel hombre con esos ojos tan hermosos que lo único que transmiten es paz, amor y tranquilidad,me es un poco familiar, pero a la vez como si nunca lo hubiese visto en mi vida.
— Bien, te extrañe todo este tiempo padre— ¿porque digo eso? yo no lo conozco, además mi padre nunca transmitiría todo eso, mas bien todo lo contrario.
—Yo mas hija, y todo por culpa de ese hombre, pero no te preocupes, que acá en donde estamos nadie nos va a volver a separa, anda vamos para que veas a tu madre, te hemos esperado durante mucho tiempo, que ella esta que se come las uñas— me toma de la mano, avanzo a su paso, pero se detiene sin mas— que nunca se te olvide que tu madre y yo te amamos con todo nuestro corazón mi vida.
— Ya lo se, y yo a ustedes— continuamos con nuestro camino, pero lo mas extraño es que mis padres nunca me dirían eso, y menos que mi madre me estuviese esperando con tantas ansias.
Nunca antes había estado en un lugar como este, es muy hermoso, pero a la vez hay algo que me da un poco de miedo, es un lugar lo bastante mente grande como para compararlo con él mar, no se ve donde empieza ni donde termina, es azul con algo que parece ser neblina o nubes en color blanco, sin duda me gusta, pero no es mi lugar favorito en donde quisiera estar.
—¡¡¡HIJA!!!— me giro al escuchar esa voz tan dulce de una mujer.
—¡¡¡MADRE!!!
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Me despierto rápidamente al escuchar unos pasos que se aproximan a mi, pero no logro ver nada, todo esta oscuro, al contrario de mi sueño, veo que él sedante termino su efecto, pero lo malo es que no logro ver la cara de esa mujer que en mi sueño parece ser mi...mi madre. Tengo miedo de lo que pueda pasar, los pasos se escuchan cada vez más fuerte.
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Cuando El Amor Se Acaba...
Roman pour AdolescentsEra una niña normal... era, porque ya no, y todo por su culpa, Raúl y mi hermanita Elizabeth, mi familia me quería mucho, pero después ese amor se convirtió en odio, nadie me quería hasta que conocí a un hombre mejor que cualquier otro. -Por que no...