Capítulo 8: Tengo una visita especial una noche

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Narra Jane:

Aunque esta isla sea diferente a como me la imaginé de pequeña, se duerme muy bien. Es eso o hay una especie de hechizo del sueño que hace que me quedé dormida nada más meterme a la cama.

Normalmente, los sueños que tengo por las noches suelen ser largos o los suelo terminar, pero el de aquella noche no.

Estaba en la selva de Neverland, completamente sola. Comencé a caminar apartando hojas que me nublaban la vista. La cosa era que caminaba hacia... no lo tenía muy claro, alguien me llamaba y entonces comencé a correr hacia aquella persona. Pero entonces me desperté de golpe.

Me incorpore de golpe en la cama. Me di cuenta de que estaba sudando y no entendía por qué, en el sueño no aparecía nada malo, pero... aquella voz... sin darme cuenta se me cayo una lágrima al darme cuenta de que aquella voz era de Dani.

Me levanté de la cama y volví a mirar por enésima vez en la alforja. El dichoso libro seguía sin estar. Estaba harta de no poder volver a casa.

-Quiero volver a casa...- Dije apoyándome en la pared y sentándome en el suelo para luego apoyar la cabeza en las rodillas.

-¿Y que te lo impide?- Escuché de repente.

Levante la cabeza de golpe al escuchar la voz de una chica. Era dulce y melodiosa. ¿Me estoy volviendo esquizofrénica?

-¿Quien ha dicho eso?- Pregunté confusa.

-Mira hacia arriba.-

Me levanté e hice lo que me dijo, entonces apareció ante mi quien menos me lo esperaba en ese momento.

Me levanté e hice lo que me dijo, entonces apareció ante mi quien menos me lo esperaba en ese momento

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-¿Ca... campanilla?- Pregunté confusa.

-¿Me conoces?- Preguntó sorprendida.

-Pues claro, al igual todos los niños del mundo.-

-Me alegra que lo hagas entonces.- Sonrió.

-¿Que haces aquí?- Pregunté pasándome una mano por el pelo.

-Vengo a ayudarte, Jane.-

-¿Ha pasado algo?-

-No, pero va a pasar.- Dijo seria.- Pan quiere matarte.-

-¡Yo tenía razón! ¡Pan es malo!- Dije emocionada.- Espera, ¿Que has dicho?- Me asusté.

-Pan quiere tu libro.-

-No te fastidia. Él y todo el mundo.-

-Jane esto es serio.-

-Ya lo sé. ¿Que te crees? Me he enfrentado a dos reinas malvadas, dos veces al ser oscuro y sigo viva de milagro.-

-¿Y que?- Dijo encogiéndose en hombros.- Pan es peor que todos ellos.-

-Mira quien fue ha hablar.-

-¿Que?-

-En la historia que yo conozco sobre él, tu eres su mano derecha.-

-Lo fuí. Hace mucho tiempo, pero la gente cambia.-

-¿Que os pasó?-

-Él poder es lo que le pasó. Cada vez quería más y más.-

-Al igual que mucha gente, pero no te preocupes, en cuanto los demás sepan esto, le pararemos los pies.-

-Tus amigos no van a creerte.-

-¿Que? ¿Por que?-

-Pan siempre va a comportarse como ahora ante ellos.-

-¿Y como le detengo?-

-Tienes que desenmascararle.-

-Vale, solo me queda una pregunta: ¿Por que me cuentas esto? Según Pan las hadas no sois de fiar y si no creo en la magia no me ayudaríais.-

-Eso es mentira. Te ha dicho eso para que no te ayude.-

-Pero yo no creo en...-

-¡Para!- Me interrumpió.- Cada vez que alguien pronuncia esa frase cerca de un hada, esta muere.-

-Lo siento.- Dije asustada.

-Tranquila.-

-Aun así, ¿Por que me ayudas?

-Por que no quiero que Pan gane.-

-Ah...-

-Tengo que irme, pero descuida, volveremos a vernos.- Dijo antes de irse por la ventana.

Vale, esto es de las cosas más raras que me ha pasado en mi vida, pero después de hablar con Campanilla, volví a la cama y como por arte de magia, me quedé dormida otra vez.

Believe in NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora