Believe in Neverland

Capítulo 21: Campanilla vuela demasiado lejos

Narra Pan:

Después de hablar con Garfio y sufrir... lo que sea que me haya pasado, dormí un poco. Me sentó bien. Al menos hasta que me desperté en plena noche. Me sentí muy cansado y me dolió mucho la cabeza por un momento, pero enseguida se me pasó. Decidí salir a tomar el aire un poco, y entonces se me ocurrió como podía entretenerme.

Salí de mi cabaña y mis ojos brillaron poniéndose verdes muy intensamente. Cuando dejaron de hacerlo, sabía perfectamente a donde tenía que ir, y allí es donde me transporte.

Apareció en medio del bosque, y en medio minuto, Campanilla paso volando, pero yo la pare agarrándola de las alas.

-¿Tienes prisa?- Le pregunté poniéndola a la altura de mis ojos.

-Suéltame Pan.- Dijo seria.

-¿No vas ha hacerte de mi tamaño?-

-No pienso malgastar mi poder en alguien que no haría nada por mi.-

-Hice un montón de cosas por ti.-

-"Hiciste" en pasado.- Remarcó.

-Solo quiero hablar.-

-Pues yo no quiero ni verte.-

-Vamos Campanilla, ¿Ni siquiera por los viejos tiempos?- Sonreí levantando una ceja.

-¿Los tiempos en los que no pensabas en matar a chicas?-

-Eso mismos.- La solté.

-¿A donde quieres llegar?-

-Campanilla, vuelve a mi lado.-

-¿Estas loco?- Levanto la voz.-No volvería contigo ni muerta.-

-¿Por que no?-

-¡Por que eres malvado! Y yo jamás haré nada para hacer daño a nadie, en este caso a Jane.-

-Ese tema también me interesa, pero primero me gustaría saber si hay algo que puedo hacer para que vuelvas.-

-Deja de ser malo.-

-Sabes que no puedo.-

-Entonces hemos terminado.- Dijo a punto de marcharse pero la volví a sujetar.

-Hay algo más...-

-¿Que demonios quieres ahora?-

-¿Por que ayudas a Jane?- Pregunté serio.

-Por que quieres hacerle daño. Y no pienso dejar que ninguna más chica sufra por tu culpa.-

-Si ya, lo que tu digas... Se que sabes donde esta.-

-Tu puedes localizarla sin ningún problema.-

-Quiero que tú me lleves hasta ella.-

-¡No pienso traicionarla!-

-No voy ha hacerle daño.-

-Mientes. Te conozco demasiado como para saber cuándo mientes y cuando no. Y ahora estás mintiendo.-

-¿Entonces no confías en mí?-

-Perdí la confianza en ti hace mucho tiempo.-

Suspire y aparte la mirada ardiente de furia, y cuando volví a mirar a Campanilla vi que me miraba preocupada.

-¿Que te pasa ahora?- Pregunté serio.

-No finjas que no pasa nada.-

-¿Que?-

-Pan, se lo del hechizo en la isla.-

-¿Como...?-

-Soy un hada, percibo la magia.- Me interrumpió.

-Vale. ¿Y que pasa?-

-¿Como que que pasa? Peter, te estás muriendo.-

Me costaba reconocerlo, pero era cierto. Alguien, seguramente Rumple, había intentado romper el hechizo de tal forma que me está afectando seriamente, pero mientas yo siga bien, la isla también lo estará.

-Vale, si. Me estoy muriendo.-

-¿Se lo has dicho a los chicos?-

-No, por qué pienso hacer algo al respecto.-

-¿Y por qué me lo cuentas?- Pregunto desconfiada.- Podía contárselo a Jane y a los chicos.-

-No lo harás.-

-¿Como estás tan seguro?- Me reí.

-Sabes Campanilla. Hay una cosa que siempre quise decirte.- Me miro desconfiada.- Las hadas no existen.-

En ese momento Campanilla palideció. Sus alas desaparecieron y calló en mis manos delicadamente. Cada vez que se decía esa frase, un hada moría, pero Campanilla no estaba muerta. Si yo no lo decía completamente convencido, simplemente se quedaban en este estado hasta que otra hada las despertara. Pero no lo harán con ella, ya que la envíe al bosque encantado, donde la cantidad de hadas es realmente escasa, y en el caso de que llegara a despertar, ya no podría volver.