Narra Jane:
Era la primera vez que me pasaba algo así. Fue tremendamente incómodo. Me quede apoyada en el árbol, cogiendo aire e intentando asimilar todo. ¿Era normal que en aquellos momentos me acordará de 50 sombras de Grey? Por qué yo creo que no. Me estremecí solo de pensar lo que podía haber pasado teniendo en cuenta el libro.
Me crucé de brazos, mire la laguna y volví con los demás.
Seguían dormidos. Era normal. ¿Que les importaba que Pan hubiera estado a medio pelo de violarme? No pienso contarlo, suficientes sorpresas me he llevado ya.
Me tumbé de nuevo en el mismo sitio donde estaba hace un rato y trate de olvidar todo aquello. Finalmente me dormí.
Soñé que estaba en un bosque, no era Neverland, pero tampoco el bosque encantado. Este era mucho más... diferente a ellos.
Camine por él relajada. No se, estaba tranquila. De repente vi a alguien tumbado a los lejos y cuando me acerque estuvo a punto de darme un infarto.
Era... Dani... con los ojos cerrados, y rodeado de un charco de sangre.
-¡DANI! ¡DANI!- Grité una y otra vez mientras le cogía en mis brazos.- ¡Dani por favor despierta!-
No reaccionaba, y yo ahora tenía las manos manchadas de sangre. Había mucha sangre, muchísima. Me estaba agobiando mucho y comencé a gritar en busca de ayuda. Al ver que nadie se acercaba, me limite a gritar a pleno pulmón mientras lloraba.
Acerque la cabeza de Dani a la mía e hice que nuestras frentes se juntaran cerrando los ojos. No podía dejar de llorar, simplemente no podía.
Entonces pude sentir que ya no tenía a Dani entre mis brazos. Cuando los abrí vi que estaba en mi cuarto. Espera. ¿Mi cuarto? ¿Había vuelto a casa?
Me levanté y di una vuelta por mi cuarto. Era el mio definitivamente, todo estaba en el mismo sitio que cuando me fui. Había vuelto a casa, pero había algo que no encajaba.
Salí de mi cuarto e incluso el pasillo se me hizo raro. Camine despacio hasta que escuche las llaves en la puerta.
-Ya estoy en casa.- Dijo una voz masculina.
Me recordaba a la de Dani, pero mucho más grave. No veía quien era, pero lo que si vi fue a mi madre, saliendo de la cocina. Parecía cansada, falta de sueño y mucho más mayor.
-Hola cariño.- Dijo mi madre.
-Hola mamá.- Dijo un chico.
No puede ser. ¿Aquel chico... era Dani? Había llamado "mamá" a mi madre, así que supongo que era él. ¿Cuanto tiempo he estado fuera?
-¿Que tal en el trabajo?- Le pregunto mi madre después de abrazarlo. Espera. Alto el carro. ¿Dani trabaja?
-Ya sabes, en tu heladería favorita servimos los helados son una agradable sonrisa.- Sonrió falsamente. Aquello era lo que siempre nos decían en la heladería de la esquina. Así que Dani trabajaba allí...
-Ese es mi chico.- Dijo mi madre sonriente acariciando su mejilla.
-¿Que tal tu?-
-Sigue sin llamar nadie.- Se cruzó de brazos.
-Mama, ya te he dicho que no va a volver.- Dijo Dani cansado.- Ahora Jane tendrá unos 24 años, es libre de irse a donde le de la gana.-
-Tu hermana no se fue voluntariamente, Daniel.- Dijo mi madre al borde del llanto.- Solo tenemos que confiar en que volverá.-
-Perdí la esperanza hace ocho años...- Se encaminó hacia su cuarto.
Quise hacerme notar que había vuelto, pero cuando Dani se encaminó a su cuarto, me atravesó como si fuera un fantasma.
-¿Que...?- Susurre.
-No pueden verte.-
Me di la vuelta y vi a Pan al final del pasillo apoyado en la pared.
-Tu...- Susurre.- ¿Que es lo que has hecho?- Grité acercándome.
-Yo no he echo nada. Has sido tú.-
-¿Que?-
-Mírate las manos, están llenas de sangre.- Me mire las manos asustada.- Hace ocho años, como ha dicho tu hermano, perdió la esperanza. Tu acabaste con ella, por eso viste el "cadáver" de tu hermano. Mataste su infancia.-
-No...-
-Si Jane. Daniel ha crecido.-
-¡Se llama Dani!- Grité.
-Se llamaba. Dejo de llamarse Dani cuando te marchaste. Tu le llamabas así, y ya que le recordaba a ti, dejo de llamarse Dani y comenzó ha llamarse por su verdadero nombre. Daniel Parker.-
-No... yo no pude hacer eso.- Dije al borde del llanto.
Pan alargo su mano y la introdujo en mi pecho. Dolía mucho, y entonces saco mi corazón.
-¿Que es esa cosa negra?- Pregunté asustada y asqueada a la vez.
-Es la maldad que hay en tu corazón. Se creó cuando acabaste con la infancia de tu hermano.-
-No...-
-Hazte a la idea.- Me miro muy serio.
Después sentí un dolor punzante en mi pecho y después sentí que dejaba de soñar.
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Believe in Neverland
FantasíaHe luchado contra reinas malvadas, dragones gigantes e incluso con el ser oscuro. Pero ahora, tengo que lidiar con un niñato que se cree el rey de la isla. Gracias a dios, he tenido que poner a varios chicos a raya en mi vida, este no sera una excep...