Clases

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El viento insistente hacía un desmán de su cabello, no es que fuese algo realmente importante, pero su madre y su hermana le habían peinado y arreglado con tanto esmero, que algo dentro de él decía que debía comportarse y ser agradecido. Sin percatarse sus pasos lo guiaron a través de muchas calles y arboles mientras las hojas caían por la fuerte brisa, de a poco comenzó a ver más estudiantes, su nerviosismo no se hizo de rogar, la penetrante mirada que le comenzaban a dirigir le dejaban en evidencia "¿y si se acuerdan de mí? ¿Me volverán a molestar?" fueron unos cuantos segundos y la preocupación paso a ansiedad y la ansiedad de a poco se volvía pánico. Reunió el poco temple que le quedaba y apresuró su marcha.

La ceremonia de apertura concluyó sin mayores altercados, todos los estudiantes se dispersaron para llegar rápidamente a sus aulas, muchos se conocían, llevaban años siendo compañeros y ahí estaba él, cohibido y sin la suficiente convicción como para sacar seguridad, fue obligado a levantarse y presentarse frente a sus nuevos compañeros.

-Muy buenos días, mi nombre es Katsuki Yuuri, hace un par de años que no tenía clases con nuevos compañeros... Espero poder llevarme bien con ustedes. -Los cuchicheos no se hicieron de esperar y las palabras que nuestro protagonista más escuchaba eran "Omega, solo, aroma y cuerpo".

El receso llegó y dentro de todo lo tormentoso que puede ser un primer día de clases, Yuuri al menos tenía certeza de que los contenidos de clases no serían nada del otro mundo (no es como si el entrenamiento espartano de Yuuko obviara lo académico).
- Hola preciosura... ¿eres un Omega? -¿En serio? No podían ser un poco más respetuosos y no preguntar de manera tan derecha si era o no un Omega.
- ¿Uh?... Si lo soy.
-Así que un lindo Omega. Eres algo tímido lindura ¿quieres que conversemos?, tengo muchas ganas de hablar contigo a solas -de manera sigilosa y sin titubear, una mano toco la pierna de Yuuri, éste sorprendido por el toque ajeno pegó un salto llamando la atención de un compañero en específico- No dudes, pasarás un muy buen rato conmigo.

Los ojos café rojizos del Omega parpadearon un par de veces de manera incrédula mientras que en cámara lenta veía como de la nada una patada voladora le llegaba directamente a la cara del compañero Alpha que molestaba a Yuuri.
-¡DEJA DE FASTIDIAR A LOS OMEGAS, MALDITO HIJO DE PUTA! Si tantas ganas tienes, ve a masturbarte al baño asqueroso animal. -Impresionado sería decir poco para el precioso Omega, frente a él se encontraba uno de los seres más angelicales y bellos que podía haber visto, bajo y joven, quizás demasiado para esta en la misma clase, rasgos hermosos, delicados indudablemente extranjero. Sus ojos verdes mostraban una mirada férrea enviando un mensaje interpretable como "acércate y te parto el culo a golpes", con una mano levantó parte de su flequillo rubio y escupió con desdén las siguientes palabras- ¡Estúpidos Alphas, me dan asco cuando se quieren aprovechar de su puto estatus!... ¡Hey! Cerdo, ¿estás bien? -Fue impresionante el cambio de actitud, si bien el apelativo "cerdo" más se escuchaba como insulto, el pequeño frente a Yuuri, no se veía para nada hostil frente a él, es más, se veía como un adorable cachorro al cual abrazar.

-Gracias a ti estoy bien. -dijo Katsuki con una dulce sonrisa que hizo sonrojar a más de alguno incluyendo al menor- ¿Eres el alumno que adelantaron 2 cursos por su excelencia académica? -si antes el rubio se había sonrojado ligeramente, ahora en su cara había estallado de la nada un furioso color rojo.

-N-No digas eso, idiota... Me llamo Yuri Plisetsky... mis amigos me dicen Yurio. -Yuuri miró las expresiones del menor y algo se removió dentro de él. "Pero si es una lindura... ¿será esto instinto maternal?" Se preguntó mientras le pedía al rubio que se sentase con él para charlar.

Cuando las clases iniciaron el profesor tomo lista de asistencia y casi al final de esta Yurio era llamado como Yuratchka y por fin entendía por qué todos le llamaban El Tigre De Rusia, si con el explosivo reaccionar que cayó sobre el sensei, apostaría que ningún alumno ni sensei le volvería a llamar de la misma manera.

Lo precioso de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora