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Apoyé la palma de mi mano contra los azulejos húmedos por culpa del agua de lluvia que brotaba de la canilla. Tenía mi mirada fijada en un rincón de el cuarto de baño, mientras dejaba que el agua empapara por completo mi cuerpo, no había nada que una buena ducha arreglara, o eso creía hasta este cierto punto. 

Tenía la mente totalmente en blanco, al final la única pregunta que rondaba en mi cabeza era... <<No es así... lo presiento.>> era como si mi mente tratara de convencerme de los hechos y creer quizás en una ilusión que trataba de convencerme a cada minuto. Cerré la perilla de la ducha, tan solo podía oír el sonido de pequeñas gotas chocar contra el suelo. Tomé la toalla entre mis manos para secar mi cabello tanto como mi cuerpo luego, con algo de vagancia me acerqué a limpiar con el dorso de la mano, el espejo empañado por culpa del vapor, habiéndome encontrado con mi reflejo, mi rostro se encontraba abatido, como si me hubieran dado una paliza, agregándole que no me había rasurado por algunos días. Una vaga y débil sonrisa se dibujo en mis labios. 

Pasaron dos semanas desde la última vez que llegue a verla, no pasaba un día o quizás horas, minutos o segundo que no pensara en cada una de sus facciones. No tenía respuesta alguna, de ninguno de los mensajes que he alcanzado a enviarle, las pocas veces que he podido llamarle todas me dirigían a su buzón de voz.
Estaba hecho un desastre, no tenía ánimos en absoluto, ni siquiera de ensayar o de encargarme de los casos que cada vez se iban acumulando sobre la mesa de la cocina. Mi estado emocional se iba reflejando en algunas botellas de cerveza que se podían hallar hasta en el pasillo camino a el cuarto. Era como si ella hubiera desaparecido, como un fantasma, la constante tortura de mis recuerdos sobre ella me afectaban de mal en peor. Pero de que algo estaba convencido era de que en algún momento la hallaría como la primera vez cuando choqué con esa chica de cabello oscuro accidentalmente, o verla asomada por la ventana de la casa de Té, viendo como de apoco se asomaba el sol en una esquina, jamás podría olvidarme esa mirada perdida en un paisaje, siendo esos ojos iluminados por la luz que atravesaba por el vidrio. Aún guardaba esperanza, no faltaba a mi cita de todas las mañanas, sentarme frente a ella, esperándola con un trozo de pastel y compartirle la mitad, pero esta vez cargaba siempre con el presente que debía de darle ese mismo día. 



— ¿Con qué... aquí te ocultas, Shiroyama? — Me tomó por sorpresa el comentario al oír que me nombraba. Me volteé enseguida y suspiré aliviado al ver de quién se trataba. 
— ¿Reita? ¿qué diablos haces aquí? — Estaba asombrado por su repentina aparición en un lugar como este. 
—  ¿Tu qué crees? Tuve que seguirte para saber a donde ibas.— Hablaba mientras caminaba hacía mi lugar, así sentarse en los asientos que se encontraban frente a mi.— Mírate... ¿qué es lo que te sucede? Estamos preocupados por tu estado... — Apoyó ambos brazos sobre la mesa, juntando sus manos entre si y enredó sus dedos. 
<< Una mujer acaba de dejarme y me siento como un jodido cachorro abandonado en la calle, vagando todas las noches. ¿Eso debía responder? >> Entendía que estuvieran preocupados por mi ánimo, ninguna palabra brotaba de mi boca, no quería que nadie sintiera pena por mi, quería resolver las cosas por mi propia cuenta, pero de la manera en que me encontraba no era una forma correcta de hacerlo, me hundía yo solo. 
—  Descuida, volveré a ser el mismo de antes, lo prometo.— No estaba seguro, era una promesa hecha al viento, que no sería capaz de cumplir a menos de que sucediera lo contrario. Respiré hondo, un pequeño piquete se hizo presente en mi pecho, era extraño. Apreté mi puño con gran fuerza y salí de allí dejando a Reita atrás, sentado en la misma mesa en que estaba yo anteriormente.
Convencido en que me toparía con ella como la primera vez, en eso una mujer paso a un costado de mi, tenía el cabello oscuro corto al igual que Yumi. Seguí mi instinto y la tomé del brazo en espera de volver a ver nuevamente esos ojos azules... 

BlemishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora