- ¿Qué cojones estás diciendo? Tu... todo este tiempo, ¿sabías quien era, hasta mis secretos? No puedo creerlo. Entonces... tu, ¿tu asesinaste a Takamasa?
- Si, yo lo hice.- Confesé sin vacilar en ningún momento, sentía mi pulso acelerado por el momento, jamás se me hubiera cruzado por la cabeza el confesarme ante una persona, pero él no era cualquiera o un desconocido.
De forma incrédula lo oí suspirar, creí que lo mejor que podía haber hecho en ese instante era contarle la verdad de quien soy en verdad. No sabía como reaccionaría Yuu, que pensaría de mi, después de esto estaba más que convencida de que él desaparecería de mi vida. Aún me mantenía de pie frente a él, debía hacer algo, el golpe que le llegué a causar justo en el puente de la nariz continuaba sangrando, pero Yuu estaba conmocionado y tenía la mirada fija en el suelo, no quería verme. De una forma u otra buscaba enmendar las cosas, tenía que admitir que tomé una decisión muy idiota todo a cambio de información por parte de mi padre, sabía lo manipulador que podía llegar a ser, << ¿qué hubiera pasado si en realidad llegaba a asesinar a Yuu? >> me pregunté a mi misma y al segundo mis ojos se humedecieron por culpa de las lágrimas, ahora pensaba con más claridad lo que quería.- Yuu... - Me acerqué finalmente sin que tuviera oportunidad de alejarme nuevamente, aún el pelinegro tenía su mirada cabizbaja, aproveché en ese entonces en tomarlo de la muñeca, buscando una forma de que viera a los ojos.- Al menos déjame curar el daño que acabo de causarte.
Por más poca luz que existiera en ese momento, la tenue luz de la luna llegaba a iluminar la mitad del cuarto. Sujetaba con firmeza la muñeca del moreno, a los pocos segundos lentamente elevó su rostro hasta llegar a toparse con mi mirada, tragué grueso, noté su desilusionado rostro, al verle de aquella forma terminó por quebrarme completamente, dañé a la persona que tanto cariño le había ganado en tan poco tiempo. Me observaba de manera fija, tan solo se apreciaba el silencio en donde nos encontrábamos, en la sala donde todo comenzó, trozos de vidrio crujían debajo de mis zapatos cada vez que daba un paso. No objetó palabra alguna y terminó por guiarme hasta otra habitación, el cuarto de baño que se encontraba en la planta baja del hogar de el guitarrista, era algo chico pero acogedor, muy bien iluminado, desde las baldosas del suelo, inclusive los azulejos eran blancos. Solté su muñeca una vez allí, enseguida pasó a abrir un estante donde se hallaba un pequeño botiquín el cual luego me entregó. En lo que husmeaba lo que podía servir para llegar a vendar si esto era necesario, en eso me detuve para ver al moreno, viendo como abría el grifo y dejaba correr el agua para lavar parte de su rostro cubierto de la sangre que ya se encontraba seca, mientras se aseaba el agua comenzaba a teñirse de color rojizo claro, hasta que finalmente la pequeña cascada se detuvo al cerrar el grifo del lavado.
Me senté en las frías baldosas del cuarto de baño, con las piernas estiradas coloqué el botiquín delante de mi para sacar de este un gotero el cual contenía para desinfectar heridas. Esperé que el adverso hiciera lo mismo y se acercara para poder sanar la herida. Ahora se veía más claro ya que no tenía rastro alguno de sangre, tan solo era un tajo horizontal que abarcaba hasta llegar a ambos extremos del puente de la nariz, nada grave por suerte. Tomé un pedazo de gaza y la doblé formando un pequeño cuadrado así mojarlo con el desinfectante y pasarlo sobre el corte procurando ser cuidadosa al hacerlo, no acostumbraba a hacer este tipo de cosas pero tenía una idea clara de como.
En aquel entonces el silencio desapareció al instante en que oí quejarse a Yuu, me sentí aliviada al oírlo tanto que mis labios se curvaron en una sonrisa divertida. Una vez que terminé, aparté mi mano con el pequeño trozo de gaza que ahora se encontraba manchado con mínimas gotas de sangre. Estaba arrodillado frente a mi, sentía que tenía su mirada puesta en mi, lograba que me pusiera nerviosa y en eso torpemente dejé que el gotero cayera justo dentro del botiquín accidentalmente.
- Gracias... Yumi.- Murmuró de forma algo ronca. Me volteé a verlo a los ojos y suspiré.
- Creo que era lo único que podía hacer, luego de todo lo que te he hecho... - Respondí por igual en un murmuro, formando un puño con mi mano a la vez que clavé mis incisivos en mi labio inferior, con tan solo volver a retomar las cosas que le había causado, comenzaba a ganarme odio a mi misma.
Él solo se limito a sonreír de forma leve al escuchar mi respuesta, deslizando su mano a lo largo de mi mejilla hasta llegar a tomar un mechón de mi cabello y sujetarlo detrás de la oreja. En eso, bajó para tomarme del mentón delicadamente así atraerme lentamente hasta su boca y estampar un suave beso sobre mis labios.
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Blemish
FanfictionNombre: Yumi Fecha de nacimiento: 8 de junio de 1993 Nombre clave: Lucy Lucy, la más reconocida asesina de la mafia Vongola. Origen Italiano, por supuesto, nada más ni nada menos la hija de un gran mafioso en la...