9

34 8 0
                                    


¿Qué me había llevado a tomar tan terrible decisión? Sabía que lo que estaba haciendo no era correcto, sin embargo, ¿qué excusa podría dar una explicación obvia para llevar a cabo algo tan horrible?
Desde el día en que supe la aterradora verdad sobre mi madre me sentía completamente frágil, teniendo la fotografía destruida, los pedazos estaban regados por todo el suelo. Me quitaron a la persona a quien más cariño le tenía y me ocultaron la verdad de una forma cruel, siendo libres luego de convertirme en el arma más letal que existía en nuestra familia, siendo yo la que se encargaría de la basura y el trabajo sucio, un trabajo que jamás uno se imaginaría que se le podría haber encargado a uno de sus hijos, despiadado al igual que desalmado. Nunca tuve arrepentimiento alguno de las atrocidades que cometía, a través de los años era cada vez más consiente.



Dos semanas desde lo ocurrido, dos largas e interminables semanas ya habían pasado, me mantenía despierta casi cada noche debido al insomnio que me poseía, no encontraba nada que pudiera callar mis pensamientos en aquel entonces. Todo era monótono, en ocasiones se me cruzaba por la mente que sería de Yuu... el haberlo dejado y desaparecido de tal forma... al hombre que llegó a enamorarme, lo boté como si fuera una basura, sin sentimientos. En eso decidí ir al baño que estaba contiguo a mi cuarto, encendí la luz las cuales llegaron a cegarme levemente, refregué mis ojos y me dirigí al lavado para mojar mi rostro. Volviéndome a incorporar vi mi reflejo en el espejo, mi rostro demacrado y más pálido que de costumbre, la falta de sueño empezó a notarse en el, con notorias ojeras, tenían un tono violeta con una mezcla de azulado. El no haber comido por un par de días hizo que perdiera masa muscular, estaba cada vez más delgada de lo que solía ser. Tenía la piel reseca al igual que mis labios, podía sentirlo cuando pasaba las yemas de mis dedos por las mejillas. En lo que descubría mi apariencia demacrada escuché que golpeaban la puerta de mi alcoba, volviendo mojar mi cara y secarme con una toalla antes de salir a ver de quien se trataba.



Para mi grata sorpresa era nada más que uno de los matones de mi padre, pidiéndome que vaya a verlo en donde siempre se encontraba. No me tarde mucho pues en pocos minutos ya me encontraba girando la perilla de la habitación.
- ¿Qué quieres? - Pregunté con total desgano, no deseaba charlar en ese preciso momento.
- Vaya... que aspecto horrible tienes, ¿eh? - Dijo riéndose de forma ronca, por supuesto se estaba burlando de mi.
- ¿Para eso pides que venga aquí?
- No exactamente, sabes lo que diré, ¿no es cierto? Quiero que vayas a terminar tu trabajo pendiente.- Arrojó una carpeta que contenía el informe usual de la persona a quien debía encargarme. Con una mano temblorosa, me acerqué para tomarlo y ver de quien trataba.
Al segundo de verlo, un nudo en mi garganta se había formado, enseguida mis ojos se humedecieron al ver la foto de Yuu. Durante todo este tiempo pensaba que olvidó completamente aquello.
- No lo haré... - Tragué grueso, con la esperanza de que aquel nudo desapareciera.
- Hazlo, a cambio te diré la verdad sobre el asesinato de tu madre, ¿no quieres eso, Yumi?- Una sonrisa ladina se dibujó en los labios de mi padre, sabía muy bien como manipularme. En ese entonces sentía que algo en el pecho me punzaba, era cierto, quería saber que sucedió con mi madre, quien había cometido semejante atrocidad, al instante de pensarlo la imagen apareció automáticamente, tan solo de visualizar en mi cabeza toda la sangre al lado de su cuerpo me daba escalofríos.

¿Era lo correcto?







- Yuu... Lo lamento, lo lamento tanto... - Estaba al borde de quebrarme, cuando me detuve supe en ese entonces lo que estaba tratando de hacer. Llevé mis manos para cubrir mi boca al ver lo que causé, la sangre le brotaba desde el puente de la nariz hasta su boca, tenía la mitad de su rostro cubierto de sangre.
- Dime porqué... ¡¿Por qué estás haciendo esto?! - Dijo con desesperación, arrojando su arma a un costado, esperando una respuesta.
- Yo... escúchame, no soy lo que tú crees.- Traté de acercarme a la vez que explicaba, pero lo único que conseguí fue que terminara de alejarme.
- Ya me he dado cuenta de eso, Yumi.
- Tengo órdenes directas de asesinarte, desde hace bastante tiempo, pero todo fue diferente porque te conocí y vi lo maravilloso que eres, me enamoré de ti. Todo cambio y cuando pensaba que mi vida estaba a punto de cambiar descubro... lo que eres en realidad, un detective. Si, yo asesiné a todas esas personas, pero hay algo que necesito descubrir y es la muerte de mi madre... por eso mismo me enviaron a matarte... - Alivio, sentí alivio en mi. Me había confesado frente a él, pero no solo lo que sentía por el hombre de cabellos oscuros, sino que revelé quien era verdaderamente, una cruel y despiadada asesina.

BlemishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora