El Malo Del Cuento [HunHan] *EN EDICIÓN*

27. Mamá

Nos leemos abajo, les conviene.

Luhan no había notado que los días y los meses podían pasar tan rápido antes de rodearse de amigos y tener planes con ellos todos los días. Tampoco había conocido hasta ahora la felicidad de pasar el tiempo con sus hermanos. Desde que la verdad sobre su origen fue revelada, pasaba mucho tiempo con Jimin. Salían de compras, iban al cine, al teatro o también al parque de diversiones. Con Yixing, algo muy similar ocurría casi a diario. Luhan había estrechado sus lazos con quienes más apreciaba y quería.

A pesar de todo, para el chino no todo era color de rosa actualmente (sentimentalmente hablando), puesto que, aún no lograba salir de la zona de amigos con Sehun gracias a una castaña de gesto inocente y dulzura sobreactuada. Gracias a Irene, más de una cita entre Sehun y Luhan se había visto interrumpida o incluso, no realizada. La princesa estaba monopolizando la atención y los mimos de Sehun poco a poco y Luhan no sabía cómo actuar al respecto. Lo desesperaba la idea de estar apartado de Sehun o acabar en la friendzone por siempre.

***

ーDeberías visitarnos a papá, a mamá y a míーdijo un día Jimin.

Luhan recuerda el adorable puchero que hacía su hermana, y también lo terriblemente insistente que había sido con ello. Aunque él le expresara sus miedos e inseguridades, Jimin no dio el brazo a torcer, y, justo ahora, Luhan iba en un tren rumbo a la dirección que Jimin le envió por mensajes junto a muchos "te amo, oppa" y emojis afectuosos que solo hicieron a Luhan fruncir el ceño y resoplar, Jimin era una manipuladora de primera. Sehun lo acompañaba en su viaje.

ーY... ¿por qué visitaremos a esa chica? ーpreguntó Sehun mientras veía a Luhan morderse una uña en signo de ansiedad.

ーConocer a su madreーrespondió el mayor, ahora limpiándose el sudor de las manos en el pantalón.

ーY... ¿por qué te altera tanto? ー hizo otra pregunta el menor. A decir verdad, él no tenía ni idea sobre el parentesco entre Jimin y Luhan, y el que el chico estuviera tan nervioso por conocer a la familia de la chica, lo inquietaba a él. Últimamente Luhan pasaba demasiado tiempo con esa niña, y a pesar de saber que ella era la novia de Minseok, Sehun se sentía amenazado por su presencia cuando estaba con Luhan, porque el mayor dejaba de brillar sólo para él y se encerraba en una burbuja de ternura y afecto con la chica. Sehun no quería admitirlo, pero él sabía, muy en el fondo, que estaba celoso de esa niña. Aunque no tenía idea de cómo solucionarlo.

ーPorque es algo importante para mí ーsonrió Luhan tras haberlo meditado un poco.

El camino en el tren fue tranquilo y muy silencioso. En algún momento, Sehun acabó dormido en el hombro del mayor, y Luhan se deleitó revolviendole el cabello un rato y acariciando su rostro con la yema de los dedos. Luhan había notado que desde que habló de por qué visitarían a Jimin, Sehun había fruncido un poco el ceño y abultado sus labios de forma casi imperceptible en un mohín de disgusto.

ー¿Puedo tomar eso como celos?ーle sonrió al rostro durmiente del menor mientras acercaba su mano a la del otro y entrelazaba sus dedos dirigiendo su mirada al paisaje a través de la ventanaー porque quiero creer que lo son, Hunnie... a ver si me empiezas a querer un poquito. Porque... esperar a que en algún momento me ames es medio aburrido, niño.

Los ojos de Sehun, ocultos a la vista de Luhan, se abrieron como platos y sin su permiso, sus mejillas enrojecieron por vergüenza. Sabía que el único motivo por el que Luhan diría algo así, sería porque él no lo oiría. Con sus mejillas aún calientes, prefirió cerrar los ojos y fingir que aún dormía. Aunque lo único que quería en este momento era levantarse, mirar a Luhan a los ojos y preguntarle a qué se refería. Él ya quería a Luhan, era una persona importantísima para él, y, además, luego de haberlo conocido, sentía que era imposible no encariñarse con él. Las sonrisas cálidas de Luhan; las risas que anonadaban a Sehun cuando salían de aquellos finos labios; los sonrojos inocentes del mayor cuando él lo elogiaba; aquellos dulces gestos iniciados por el mayor y continuados por él, como tomarle de la mano o acariciarle el rostro como si fuera lo más preciado para él. Sehun adoraba a Luhan.