Siete malditos calmantes y píldoras para dormir. Todas las noches la misma rutina, me preguntaba cómo es que no había muerto de sobredosis aún. Eso me hubiese resultado mejor que continuar encerrada en aquel lugar. Era como si cada día resultase peor.
Los doctores aseguraban que estaba mejorando, pero yo no me encontraba ni un poco cerca de la estabilidad mental. Todas las noches tomaba aquellas píldoras que me hacían confundir la realidad, más que mantenerme cuerda. Y cuando me negaba a ellas, era severamente castigada con inyectables que me adormecían durante horas, sin poder controlar mi cuerpo, sin poder actuar por mí misma.
Aquel lugar era mi infierno personal, pero me encontraba pagando penas que no eran mías.
-Adios Maggie, descansa-Se despidió Julie tras comprobar que había consumido todas y cada una de las píldoras que me había entregado en un pequeño vaso plástico.
No respondí.
Julie se marchó cerrando la puerta tras de sí, pero no escuché el sonido de la llave al marcharse. Me recosté ignorando aquel hecho, me resultaba estúpido el desesperarme por salir de aquella habitación, de todos modos no tenía a donde huir.
Sin poder asegurar en qué momento, un profundo sueño se apoderó de mí, y el efecto de aquellas píldoras se hizo presente.Aquellas suaves caricias sobre mi mejilla eran como un abrazo al alma, y la sensación de unos labios posarse sobre mi frente había sido como el abrigo que necesitaba aquella helada noche.
Abrí mis ojos despacio, logré divisar una sombra que se alejaba poco a poco de mí. No era Julie, no podía ser Julie, ella era demasiado baja como para siquiera ser comparada con aquella sombra.
Comencé a moverme despacio, quien estaba en mi habitación notó que estaba despierta y sin siquiera voltear, salió disparando de allí.
Mis latidos parecían el sonido del bombo de una orquesta municipal, mi respiración era acelerada y tenía los nervios a flor de piel ¿Quién iba a colarse en mi habitación durante la noche? Estaba espantada. Rápidamente me puse de píe y corrí descalza hacia las afueras de la habitación chocando con un estrecho pasillo iluminado solo por una muy tenue luz, y aquella sombra de pié, al final del pasillo.
-Solo un sueño, esto es solo un sueño-Susurré a medida que avanzaba por aquel pasillo, sintiendo que las paredes iban a asfixiarme-¡Es solo un sueño!-Exclamé, tratando de convencerme.
Corrí hacia el final del pasillo, aquella sombra se apresuró por escapar y yo sin dudar seguí sus pasos, sintiendo como cada vez que lograba acercarme, se alejaba aún más y más.
¿A qué estaba jugando? Quien quiera que sea conocía aquel lugar a la perfección, se escabullía de lado a otro entre pasillos oscuros y libres de guardias, mientras yo me sorprendía cada vez más de aquello que era capaz de fabricar mi imaginación bajo la influencia de las píldoras.
-¡Vamos Maggie, tu no perteneces aquí!-Habló aquella sombra de píe junto a una amplia puerta que lo dirigiría hacía el siguiente pabellón del manicomio sacado de una película de horror.
Aquella voz tan grave como áspera, y mi nombre pronunciado de aquella manera tan pausada... Mi corazón iba a escaparse de mi pecho, mis manos temblaban y había perdido todas mis fuerzas. Había pasado tanto tiempo sin escuchar aquella voz, la nostalgia se apoderó de mí y dejó atrás sentimientos como el odio y el temor ¿Cómo podía siquiera extrañarlo luego de todo lo que había hecho? Después de haber acabado con mi vida, después de haberla arruinado por completo...
-Eddie-Hablé caminando hacia él, en el sueño más real que había tenido jamás.
-No me llames Eddie-Respondió, como de costumbre-Sabes mi nombre.
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FOUND | H.S |
Fiksi Penggemar-Bebé, nunca me iré si continuas sosteniéndome de esa forma... Portada by @nellyandharry