ANTES - 20 ; Sign of the Times: Second Part.

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ACLARACIÓN: Este capítulo narra un día (en el ANTES) pero con dos momentos diferentes. TODO lo que este escrito en CURSIVA habla de lo que sucedió SOLO HORAS MÁS TARDE, mientras que TODO lo escrito DE FORMA NORMAL, habla de lo que sucedió SOLO HORAS ANTES. Espero puedan entenderlo bien.

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Welcome to the final show, hope you're wearing your best chlotes.

Jugar con fuego, aunque el fuego queme no estaba ni cerca de mi  definición de valentía, y por eso jamás me había considerado valiente.

Jamás luché por una causa justa, no cumplí ninguno de mis sueños, no valoré lo que tuve hasta que lo perdí.

Jamás di el brazo a torcer, dejé que el orgullo guiara mi accionar, no pedí perdón.

Jamás acepté mis defectos, jamás me amé tal y como era, me sometí a una cirugía plástica a los dieciséis para corregir mi nariz.

Jamás me animé a probar con la música, temí por lo que las personas podían llegar a decir. Abandoné mis clases de teatro a los quince, al igual que mi curso de fotografía.

Jamás concluí con ninguna actividad artística.

Jamás pregunté sobre el homicidio de mi hermano, preferí esquivar la realidad.

Jamás le pedí a mi madre que se quedase cuando la vi marchar.

Jamás le confesé que la extrañaba.

Jamás doné cabello, nunca invertí en la bolsa, no salté desde un avión en paracaídas, jamás viajé a las Maldivas.

No aprendí alemán, ni lancé mi línea de ropa, falté a la última semana de la moda en Milán.

No lloré en el entierro de Maddox.

No conocí a mis abuelos maternos.

Jamás leí un libro de auto ayuda, tampoco la busqué.

Nunca memoricé los párrafos de mi película favorita.

Jamás teñí mi cabello.

Mi madre nunca me habló del sexo, jamás pregunté como se hacían los bebés.

Jamás hablé de amor.

Nunca experimenté el dolor de un corazón roto, ni pensé en la infinidad de cosas que nunca había realizado.

Hasta ese momento, en el que comprendí que no las realizaría jamás.

De rodillas en aquel espacio tan angosto, observando mi ropa ensangrentada y las marcas en mi cuerpo, no pude evitar pensar en los acontecimientos de los últimos días.

Me puse de pie a toda velocidad, mientras las lágrimas continuaban rodando por mis mejillas y los nervios provocaban que dañase mi brazos con mis uñas.

Un torbellino de emociones me tenía presa de sí. No podía procesar la realidad ni sabía como lidiar con el dolor. Aquello era demasiado y comenzaba a afectarme poco a poco.

-Tienes derecho a una llamada, Muttone-Habló el guardia de la celda luego de lanzar una patada hacia los barrotes.

No respondí, no porque no quisiera, sino porque las palabras no salían de mi boca.
Por el contrario, continué derramando lágrimas. Una tras otra y al compás del segundero del reloj colgado fuera de la celda.

-¿No llamarás a nadie? ¡Que va, seguro no tienes a quien!-Exclamó, y a pesar de que estaba equivocado, mi silencio le dio la razón.

*HORAS ANTES*

FOUND | H.S |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora