FOUND | H.S |

ANTES - XXXII ; Crazy Little Thing Called LOVE.

-Eddie ¿Conoces algún Harry Styles?-Preguntó atravesando la sala de mi apartamento.

Mi piel se erizó y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Prácticamente corrí hacia donde se encontraba.

-Llegó esta carta desde Holmes Chapel, Cheshire. Está dirigida hacia un tal Harry Styles.

Arranqué aquella carta de sus manos, crucé la sala en dirección a mi habitación y cuando regresé ya no llevaba el sobre conmigo.

-¿Sucede algo malo?-Cuestionó ante mi raro comportamiento.

-No preciosa, claro que no-Tomé su mano y la acerqué hacia mí-Harry Styles solía vivir aquí... es un muchacho con muchos problemas y algo peligroso, pero no hay de qué preocuparse-Mentí.

-¿De verdad?-Preguntó acariciando mi rostro mientras enrollaba mis brazos en su cintura.

-¡Oh, no! Harry Styles soy yo y debo destruirse, pero no te preocupes-Pensé, pero no lo dije.

Por lo contrario solté:

-Jamás te mentiría-Antes de unir nuestros labios.

Mentirle a Margot era tarea fácil, se encontraba bruta e irreparablemente enamorada de mí y creía absolutamente cada cosa que salía de mi puta boca.

Así también, obedecía todas y cada una de mis ordenes.

Para aquella ocasión, la había convencido de fugarse de la boda de su padre y venir conmigo.

Lo cierto que a lo largo del tiempo que llevaba fingiendo ser su novio, me encontraba atrasando el momento de romper su corazón. Cada vez que estaba a punto de hacerlo, algo me lo impedía.

En varias ocasiones me encontré disfrutando la vida junto a Margot, reía al escuchar sus carcajadas, inconscientemente acariciaba sus mejillas o besaba sus labios sin necesidad de hacerlo.
Jamás comprendí el porqué, pero aquello hacía de mi labor algo más creíble.

Como casi la mayoría, en aquella ocasión no había necesidad alguna de vernos. Kara me había dejado claro que tenía que ver a Margot sólo cuando la castaña o ella lo dispusieran. Pero casi siempre, era yo quien tenía la iniciativa.

Aunque en aquel beso, Margot me llevaba ventaja.

Ser encargó de prolongarlo y aumentar la intensidad, me tomó unos segundo seguir su ritmo mientras paseaba mis manos por su cuerpo.

Margot se quitó los zapatos y emití una queja al encontrarla repentinamente a bastantes centímetros de distancia de mi boca.

-¿Cuándo fue que creciste tanto?-Bromeó mientras la cargaba en mis brazos.

-¿Cuándo fue que aprendiste a besar así?-Pregunté mientras enrollaba sus piernas en mis caderas.

Retrocedí con cuidado mientras continuaba besándola, tropecé torpemente con demasiadas cosas hasta que llegar a mi habitación. Al hacerlo recosté a Margot sobre la cama y me acomodé entre sus piernas.

La presión en la zona de mi entrepierna me estaba matando, y los besos de Margot me hacían querer llegar cada vez más y más lejos.

Sabía que aquello estaba mal, lo mío con Margot era una farsa y Kara me había prohibido llegar hasta cierto punto, pero la verdad era que deseaba a la castaña con cada centímetro de mi cuerpo.

La besé con mucha más intensidad, me encontraba desesperado por sentir su cuerpo. Margot se apresuró a desabotonar mi camisa y arrojarla lejos.

Sus labios recorrían mi abdomen, pecho y cuello para finalmente regresar a mi boca. Sus manos se encontraban casi igual de inquietas que las mías, se paseaban por todo mi cuerpo y se detuvieron en la cremallera de mis jeans.