Tuve miedo una vez más. Después de tantos desengaños y todo lo que aquello implicaba, lo entendía perfectamente, el amor es destrucción. Un viaje del que jamás sabes si volverás entero.
Bastaba una mirada, unas palabras dulces y una brillante sonrisa para que el miedo helara mi piel. Luego estaba ese manojo de recuerdos que en mi mente comenzaba a guardar y aquellos pequeños detalles que me prometí jamás olvidar, como el color café de sus ojos o la forma tan particular de su andar.
—Júrame que no me dejarás nunca. —suplicaron mis labios temblorosos.
Intenté convencerme que todo tenía una excepción, que él era aquella que prometía demostrarme que mi teoría sobre el amor era errónea, que tan solo era cuestión de mala suerte.
—Te lo juro.
Y allí estaba de nuevo, esa sensación de alivio, esa pequeña mentira reconfortante que se sentía tan bien y a su vez hacía tanto daño.
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Pedazos de alma ©
PoetryMis escritos son tan sólo un manojo de sentimientos que quisiera guardar para siempre.