Remedio

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La miró mientras temblaba por el frío aunque tenía la cabeza caliente y apenas podía mantenerse de pie. La abrazó.
– No tenés que venir a verme si estás con fiebre y te sentís mal.
Entonces lo miró con la mirada un poco perdida y recostó su cabeza en su pecho.
– Ahora estoy bien, vos me haces bien.

Pedazos de alma ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora