《 4. Mi reino por su amor

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- POV KARLA-

Mi primera reacción fue empujar a la preciosa ojiverde, haciendo que cayera con todo y el banquillo. Este era el puto presentimiento que llevaba desde la cena. ¡Vaya sorpresa!

La ojiverde y yo buscamos escondernos detrás de la barra, todo fue tan rápido y sorpresivo; que se me bajó un poco la borrachera.

-¡Corre! ¡Váyanse!- Gritó mi hermano, solo alcancé a ver que tenía una herida en el brazo.

- ¡No te voy a dejar!. - grité buscando refugio, al igual que todos los que estaban en el suelo.

-¡¿Qué mierda está pasando?! - Alcancé a escuchar a la ojiverde.

-Sácala de aquí, morenita. - señaló a la ojiverde. Volteé a mirarla, estaba asustada, borracha, pero asustada, cubriéndose la cabeza con sus brazos.

《Puta madre》

La quería y estaba enamorada de ella, pero no iba a dejar a mi hermano, así que debía actuar, debía proteger a mi hermano y a mi Lauren.
Saqué el arma de mi bolso, comenzando a respirar hondo.

Vamos Karlita, eres valiente, eres la hermana de acero....tú puedes, güey. Tú puedes

Solté un respiro, y tragué saliva.

《'Diosito, ayúdame'》

Volteé a ver a la ojiverde, que no dejaba de temblar.

-Oye, quédate aquí- Pedí mirándome a los ojos, y seguido, dejé un beso en su frente.

Me levanté un poco, para poder ver desde la barra. A lo lejos, miré dos hijos de la chingada, con ametralladoras. Disparaban a dónde estaba mi hermano; quién estaba detrás de una columna, mientras que Arturo se cubría desde los pasillos del baño.

Miré nuevamente a esos cabrones, y sentí mi adrenalina aumentar. Siempre veía todo en camara lenta cuando estas cosas pasaban, era como si el tiempo fuera mucho más lento de lo normal, cada acción, cada detonación,cada movimiento.

Respiré hondo de nuevo, cargué mi arma y comencé a disparar; dándole a uno en la pierna.
No mataría a alguien delante de mi guapa ojiverde.

Dale Arturo, mueve el culo papá!. ¡Es todo tuyo! -grité señalando. Él solo asintió, y yo diparé de nuevo aquellos tipos, para llamar su atención. Seguido, volví a cubrirme, escuchando un par de disparos más, solo me quedé recargada contra la pared, mirando a la ojiverde.
¿En qué coño la estaba metiendo? Ella era una mujer diferente a las demás, no era cualquier mujer, y estaba segura que después de esto me mandaría a la chingada.

-¡Vámonos!- Gritó Arturo, después de que todo quedó en silencio, volví a levantarme y miré aquellos tipos en el suelo.

Vámonos ya! -gritó una vez más, pues comenzamos a escuchar las patrullas.

Puta madre! -gritó mi hermano, tenía un agujero en el hombro derecho, no dejaba de sangrar.

-Vámonos -señalé la puerta de emergencia. Miré a Lauren, estaba totalmente pálida, estaba más que asustada. - Hey, hey tranquila. Vámonos -Le ayudé a ponerse de pie, sin decir nada y comenzamos a correr a la salida de emergencia.

-¡Ve por el auto, Saldivar! -señaló mi hermano. El castaño asintió, dio vuelta comenzando a correr hacia la calle dónde había dejado el auto.

-¿Qu-que mierda fue eso? - preguntó con dificultad la ojiverde.

-No lo sé, nena, no lo sé. -mentí, mirando a mi hermano.

-No mames, Karla. Estos cabrones me estaban cazando, y tú...¡Chingada madre! Te hubieras ido, está claro que también estás sentenciada por esos hijos de puta - dijo con preocupación mientras presionaba su hombro. Él estaba asustado, y no por lo que acababa de pasar, sino por lo que pasaría después.

BAD DECISIONS; CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora