—Trata de calmarte, por favor, respira —Lena me abrazó como si fuera una niña pequeña pero ni eso funcionaba.
Mis nervios estaban más que alocados. Todo lo que había pasado en tan poco tiempo me tenía atrapada y en cualquier momento explotaría.
—Lena, sé que son ellos —dije casi en un sollozo—, esos rostros, son tan, tan...
Ni siquiera terminé la frase y lloré de nuevo. Esto era algo horrible.
—Escucha, ven, siéntate —me senté en la cama y Lena limpió mi cara con la manga de su vestido—. Sé que estás alterada y mucho pero es que todo esto es tan raro quiero decir, yo estuve ahí, los sacamos del auto, estuve en el funeral, en el entierro. Vi como los metían al maldito agujero.
—Yo visité sus tumbas y ahora, Dios, esto es tan confuso.
Era una maldita pesadilla. Había presenciado como Daniel llevaba flores cada semana al cementerio, como lloraba ante una tumba vacía, al igual que Carlos y John. ¿Cómo demonios pasó?
—Necesito que te relajes, si alguien te ve así, pensarán que estás loca —¿acaso no lo estaba?
—Lena, Cara dijo que llegaran en casi un mes, y no creo poder seguir con el compromiso...
—No puedes romperlo —interrumpió—, te pedirán razones, y no las tienes, tenemos que mantener esto en secreto.
—¡No puedo Lena!
—¡Pues ni modo! —gritó mientras se levantaba—, no puedes decirle a nadie.
Fue hacia la ventana y la abrió. Fue como si tuviera que respirar más aire del necesario. Se giró hacia mí y sus ojos reflejaban un brillo que no había visto en mucho tiempo. Me recordaba cuando ella era Helena Tornander.
—Ya tienes mala reputación Alex —esta vez trató de sonar más tranquila—, enloquecerán si se enteran que estas interesada en unos terranos y lo que es peor, si de verdad están aquí, irán por ellos, y créeme cuando te digo que no existe la amabilidad cuando eso pasa.
Su consejo era lo más estúpido que había escuchado en todo el día. No iba a recurrir a ellos, ni Adrián, o Robert y mucho menos Cedric. Él en especial ya había conseguido matarlos una vez, si se enteraba que estaban vivos, iría tras ellos sin dudar.
—Además, ¿quién nos asegura que son ellos?
Es una maldita broma, ¿cierto? Pudo ser un dibujo, pero los rostros eran demasiado claros y exactos, eran ellos, no tenía ninguna duda. Lo que ella quería, era que dejara el tema por la paz, igual que con Daniela. No lo haría. Jamás.
—Vete por favor, tengo que ir al cuarto de Cara a dejar esto —tomé el cuadro y me dispuse a salir de la habitación.
Lena se cruzó de brazos y me miró fijamente.
—Alexia.
—Eleanor —jamás usaba ese nombre con ella—, quiero estar sola.
Salió de la habitación y me empujó a su paso sin decir nada más. Miré el cuadro por última vez y fui al cuarto de Cara.
Ellos estan vivos, lo se.
...
Cuando me desperté en la mañana, esperaba tener a Lena plantada afuera de mi puerta, pero no. Vaya milagro. Terminé de arreglarme y bajé al comedor, todos estaban ahí, hasta Jillian y Carl. Ya tenía un buen rato sin verlos.
—Alex, ven —Luvia vino corriendo hacia mi y me tomó de la mano—. Siéntate con la tía Daniela.
Tomé asiento y ella me miró con una gran sonrisa.
—Me alegra que ya te sientas mejor, se te echó de menos ayer durante la cena.
—Estaba un poco indispuesta —respondí mientras me tomaba el jugo frente a mí.
—¿Nervios de novia? —preguntó Daniela en tono bromista—, aún falta mucho, trata de disfrutar un poco, quizá podemos tener un momento tía-sobrina.
La idea sonaba muy bien de hecho. Era la oportunidad perfecta para sacarle información a Daniela. Algo interesante podria decir.
—Ella tiene cosas que hacer hoy —Katrina la miró muy seria—, hay que planear la fiesta, Victoria, ¿lo olvidas?
Auch. Victoria. Eso si lo recordaba. Ese nombre sólo era utilizado cuando me encontraba en problemas. Mamá estaba molesta. Y mucho.
—Yo puedo hacerlo —Lena interrumpió—, le daré los detalles más tarde, vete con ella, Alex.
Me sonrió un poco. Últimamente Lena y yo peleábamos mucho, y cuando eso pasaba, yo era la más dura, dándole a saber lo mucho que odiaba que para ella todo fuera tan fácil. Absolutamente todo.
—Gracias Lenn —quería estar bien con ella, de verdad que si, pero su apoyo hacia mi era muy poco.
—Muy bien, termina tu desayuno entonces —Daniela parecía muy animada con esto.
El desayuno transcurrió con calma. Pláticas leves sin ningún tema en específico. Lena y Jillian platicaban acerca de la fiesta y todo lo que harían. Al parecer, Jill se había unido al equipo de planeación. Y entonces capté algo muy raro. Carl y Daniela compartían miradas y sonrisas en todo momento. Sonreí por dentro, no quería interrumpir el momento. Pero Adrián sí.
—Carl —éste volteó rápidamente—, necesito que vayamos a mi despacho, ahora.
Adrián dejó el plato a medio terminar y se levantó de la silla sin decirle nada a nadie. Carl fue detrás de él y la cara de Daniela cambió completamente.
—Majestad —Greta apareció en la entrada del comedor—, buscan a la señora Daniela en la entrada.
Ésta dejó el tenedor a medio camino, parecía confundida.
—¿A mí? —preguntó mientras se levantaba.
Se fue con Greta y de repente se escuchó un grito horrible. Todos fuimos a donde ella estaba. Abrazaba a un hombre. Era alto, muy alto a decir verdad. Ambos reían y decían cosas que no alcanzaba a escuchar.
—Oh dios mío —Katrina susurró.
Me giré a ella. Estaba más pálida de lo usual.
—¿Quién es él? —le pregunté.
—Parece que hay una reunión de la que no sabíamos —respondió Lena—. El hermano mayor ha vuelto.
Damon.
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"El Elemento Perdido #2: Agua" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️
FantasyTodo ha vuelto a la normalidad en Caudentry. La familia Vasilith esta más fuerte que nunca con el regreso de las princesas Eleanor y Alexia. Todos viven de nuevo en paz y con tranquilidad. Pero no es suficiente. Viviendo bajo la sombra de su herman...