"CAPITULO 5"

11.9K 1.2K 238
                                    

Después de la extensa plática que mantuve con Lena, decidimos que lo mejor era dejar a un lado el tema de Daniela. O eso le dije. Si ella quería dejar el asunto por la paz, era su problema, pero yo tenía que hablar con nuestra recién llegada. Si ella había podido entrar de nuevo a Caudentry sin ser notada, yo tenía la oportunidad de salir sin ser notada también. Mi querida tía era mi pase de salida de este maldito lugar.

...

Me desperté muy temprano. Luvia saltaba sin cesar en mi cama. Estaba más emocionada de lo normal.

—¡Alex, Cara me hará un bonito cuadro!

¡Cara!

Me levanté de golpe y quité a Luvia con mucho cuidado. Fui al baño para lavar mi cara y mis dientes, me puse la ropa rápidamente y recogí mi cabello. Cuando salí Luvia estaba revisando mis aretes y collares.

—Ve a ver a mami, por favor, iré en un momento.

—¿Me lo prestas? —levantó un collar muy grande para su pequeño cuellito, pero no podía decirle que no.

—Claro, pero cuídalo mucho.

Bajó de un salto y salió corriendo de mi habitación, gritando el nombre de Lena a la vez.

Arreglaría el "problema" de Cara de una vez por todas, pues Cedric vendría en la tarde a verme. Necesitábamos hablar y dejar muy en claro lo que significaría nuestro compromiso. Y eso requería bastante tiempo, estaba segura. Compromiso. Se sentía muy raro pensar en esa palabra.

Salí de mi habitación y fui al tercer piso. Adrián había sido muy generoso con Cara cuando descubrió que poseía una excelente habilidad para pintar. Había hecho varios cuadros ya de todos nosotros. Necesitaría toda la suerte del mundo para que Luvia se quedara quieta. Adrián le asignó una habitación en donde podía realizar su trabajo y dejar sus cosas. Prácticamente se le dio la oportunidad de vivir aquí, igual que a Henrietta, pero la rechazó. A Cara le encantaba vivir en la pequeña aldea, no estar encerrada entre las paredes de este enorme palacio.

Cuando llegué a su cuarto ella ya estaba ahí. Tarareaba en voz baja mientras sacaba varios frascos y pinceles de un pequeño mueble.

—Toc, toc —al verme hizo una pequeña reverencia.

—Felicidades, Alteza.

Maldita. Le lancé el primer cojín que encontré.

—No seas tonta —reí—, pero gracias.

Dejó las cosas en una pequeña mesa y se cruzó de brazos.

—Bueno, controla tu euforia, sé que vas a casarte pero relájate —bromeó.

Me senté en el silloncito y la miré sin decir nada. ¿Qué podía hacer?, era demasiado obvio.

—Está bien —dijo al ver mi expresión—, lo entiendo.

Siguió buscando lo que necesitaría para su pintura. Parecía muy concentrada, pero al menos debía sospechar un poco el porqué de mi visita.

—No me malentiendas pero...

—Vine por tu madre—interrumpí antes de que me corriera.

Dio un largo suspiro pero no se detuvo con lo que hacía. Aunque ahora parecía más nerviosa, tomaba cosas al azar y las volvía a dejar en su sitio hasta que se rindió. Se giró hacia mí, sonrió un poco y se sentó en el suelo.

—No hay nada que decir Alex.

—Créeme no quiero meterme en esto, es asunto tuyo —aclaré—, pero al parecer Lena se preocupó por tu madre.

"El Elemento Perdido #2: Agua" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora