"El Elemento Perdido #2: Agua" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️

"CAPÍTULO 37"

—Cara, ¿cómo pudiste? —Henrietta la tomó del brazo— ¡Roderick es un traidor!

—¡Es tu hijo! —le gritó Cara— Perdí a mis hermanos por culpa de esta maldita familia, no pensaba dejarlo ir a él también.

Maldita desgraciada. Todo este tiempo, fingiendo la terrible decepción que la traición de Roderick le había causado, haciéndose la fuerte por Henrietta. ¡Puras patrañas!

—Guardias —los llamé—. ¡Guardias!

Dos de ellos aparecieron y Cara trató de salir de la habitación, pero Cedric la detuvo.

—¡Mamá, no dejes que me hagan nada!

—Llévenla a una celda —ordené— Y tengan mucho cuidado con ella.

Los guardias tomaron a Cara y se la llevaron de ahí.

—¡Mamá por favor, no la dejes!

Pude escuchar sus gritos, pero era lo mínimo que se merecía la maldita. Roderick me había entregado a Lena cuando regresé a este lugar, pero al parecer logró salirse con la suya.

—Alexia —Henrietta me miró, parecía muy angustiada—, te juro que yo...

—No creas que he olvidado lo que hiciste Henrietta, si eres lista, te irás. Ahora, tenemos que concentrarnos en Luvia. Hay que ir al despacho de Adrián.

—Yo iré con tu hermana —Katrina apenas y me miraba—, creo que necesita...

—No me importa lo que Helena necesite.

Y era cierto, en esos momentos había cosas más importantes que estar soportando los estúpidos cambios de humor de Lena. Salí de la habitación y escuché pasos detrás de mí. Bueno, al menos me habían hecho caso. Cuando llegamos ahí me di cuenta de que solo faltaba Damon. Y eso me hacía pensar si Katrina realmente estaría con Lena o con él. Como sea. Teníamos que concentrarnos y al menos algo ya se me había ocurrido: ser la estúpida carnada.

—Tienen que irse con los Tornander —tomé un lienzo de papel—. Le explicaré la situación a Iván, él aceptará. Por Lena.

Mandaría un mensaje de fuego a Iván. Él apenas y sabía algo o eso esperaba. Era una buena idea mandarlos ahí, teniendo en cuenta que las cosas con los Tornander ya no estaban tan mal. Y me aprovecharía un poco de él; después de todo, daría su vida por Lena.

—¿Es necesario? —preguntó Cedric.

—Si no quieres, puedes irte con tu familia —respondí—. Me da lo mismo.

Robert nos miró a los dos. No tenía idea de lo que él pensaba. Cedric ya no era mi problema, lo mejor era mantenerlo fuera de mi radar.

—Pero no solo ustedes —Dëni siguió—, todos, váyanse de aquí. Eric no dudará en atacar y no podemos darnos el lujo de sacrificar a más personas. El palacio debe quedar vacío a más tardar mañana.

—¿Incluso a los sirvientes y la corte? —Carl parecía sorprendido— Alexia, muchos de ellos perdieron ya a sus familias, no hay ninguna aldea a donde puedan ir.

—Supongo que podríamos ayudarlos —dijo Daniela—. Llevarlos a un lugar que sea seguro.

—No hay ni un maldito lugar seguro aquí Daniela —respondió Carl—, y no creo que las demás familias accedan a ayudarnos, mucho menos si se enteran que ella encerró a Adrián.

—No me importa —dije ante el comentario de Carl—. Muy pronto todos sabrán la clase de porquería que es Adrián.

—¿Y crees que te harán caso? —dijo Cedric— No tienes poder aquí Alexia.