"CAPITULO 22"

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—¡Tienes que calmarte! —Dëni me sentó de golpe en la cama.

Había estado dando vueltas por todo el cuarto. El malestar desapareció, pero estaba casi segura de que, si me sentaba de nuevo, me sentiría mal otra vez.

—Vamos Alex, has bien tus cuentas —dijo Vanessa—, estoy segura que algo te cayó mal en la cena y por eso te sientes así.

Vanessa como siempre tratando de ver el lado positivo de las cosas sólo que en estos momentos nada era positivo ¡Nada!

—¡Ya las hice, tuve que haber menstruado este estúpido mes, y no pasó!

—Una cosa más —Dëni me apuntó con el dedo —¡Maldita, no nos habías contado nada!

—Creo que iré por algo de té —Greta fue hacía la puerta, pero Dëni la detuvo antes de que siquiera pusiera la mano en la perilla de la puerta.

—Tú también debes decirle algo Greta —ésta me miró preocupada.

A pesar de que habíamos forjado un lazo muy fuerte de amistad, ella jamás había perdido el "respeto". No se atrevería a decirme nada y menos en el estado en el que me encontraba.

—Lo que menos necesito es que me digas algo que probablemente ya sé —ahora si estaba alterada—. Sí, tuve sexo con Cedric, estaba molesta por Nathan, porque me dijo que jamás me amó, que todo fue un juego, así que decidí acostarme con Cedric.

Las tres me observaron fijamente. Se habían quedado sin palabras y al parecer yo también. Por fin saqué todo lo que estaba contenido en mi ser.

—No sabíamos lo de Nathan —Dëni parecía avergonzada—. Lo siento.

—Vanessa dijo que no tenía que decirles, y seguí el consejo.

Lo evité a toda costa. Desde que ellas llegaron, moría por decirles todo, pero no lo hice. No quería sentirme peor. Aquella noche tenía pensado decirles acerca de lo que había pasado con Cedric pero lo olvidé por completo. He ahí las consecuencias de no haberlo hecho.

—Creo que debería esperar señorita — Greta fue a mi lado—. Tal vez estamos confundiendo los síntomas y Vanessa tenga razón, la cena de anoche pudo caerle muy mal.

—Exacto —siguió Dëni—, no saques conclusiones tan rápidas, además, tú no eres regular.

—¿Recuerdas cuando Selma te fastidiaba por eso? —preguntó Vanessa.

Cómo olvidarlo. Pero no. Necesitaba un médico para estar segura de ello.

La puerta se abrió y todas nos quedamos calladas. La rizada cabellera de Daniela se asomó. Esperaba que no hubiera oído nada.

—Hola chicas —cerró la puerta y puso el seguro—, pasaba por aquí y vengo a darles un excelente consejo acerca de las reuniones femeninas.

—¿Qué ocurre? —pregunté como si nada.

—Si hablarán sobre el periodo de Alexia, procuren no gritar.

¡Trágame tierra! Ahora Daniela también sabía este asunto. Aunque no la creía capaz de decirle nada a Katrina.

—¿Quieres contarle algo a tu tía poco conocida?

—Quizás ella pueda ayudar —sugirió Dëni.

—Creo que sé de qué va esto cielo, Greta, ¿linda podrías decirle a Clara que venga?

—De inmediato señora.

Greta salió como bala de la habitación. Maldición, ahora alguien más se iba a enterar. Esto no podía ser peor.

—¿Para qué necesitamos a Clara señora? —preguntó Vanessa.

"El Elemento Perdido #2: Agua" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora