2 (Editado 2023)

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—¡Oye, cuidado! -Escuché a alguien gritar a mis espaldas, y no pude evitar voltear a ver quién me estaba molestando—. Podrías caer.

Se trataba de un chico, quien se acercó rápidamente hasta el lugar en donde yo estaba posicionada. Se encontraba bastante más abrigado que yo, y era un completo desconocido, su rostro no me resultó para nada familiar.

—Déjame tranquila —Le dije algo molesta por la interrupción.

El ignoró completamente lo que dije y me agarró de la cintura con fuerza, levantándome con bastante facilidad para sacarme de ahí. Fue todo tan rápido que por unos segundos no supe cómo reaccionar.

—¡Déjame idiota! ¡Suéltame! —Comencé a gritar y a mover mis pies por los aires, intentando también golpearlo con mis débiles brazos. Estaba más que frustrada por su presencia.

—No, te vas a caer, es peligroso -Sin soltarme me llevó hasta el medio de la azotea. Mi intento de escape fue un total fracaso—. Además estás herida, seguí las huellas de sangre hasta aquí.

—¿Ahora que me encontraste quieres un premio? —Este soltó una pequeña risita nerviosa.

—¿Por qué estabas ahí? ¿Te gustan las alturas? —Preguntó irónicamente, y ahí por fin lo miré. Me costó distinguir sus facciones porque la luna era lo único que otorgaba cierta luz en esa fría noche. Se trataba de un chico jóven y alto.

—Si, me gustan las alturas, ¿Ahora podrías dejarme tranquila? —Le respondí cruzando mis brazos, esperando a que se fuera—. Ahora vete y déjame en paz.

—No, debo curar las heridas de tus pies —Me tomó del brazo y comenzó a tirar de él mientras caminaba hacia la entrada del edificio. Traté de resistirme, pero fue en vano, ya que el chico era mucho más fuerte que yo.

Me quedé callada y tuve que caminar junto a él, dejando atrás la azotea. Me guió hasta uno de los departamentos, el cual tenía la puerta abierta y era de donde provenía la música tan fuerte. El lugar estaba prácticamente lleno de personas, y por suerte nadie notó mi triste presencia. El chico no demoró en meterme en una de las habitaciones y cerró la puerta en cuanto me tuvo dentro de esta.

—Siéntate en la cama, yo ya vengo —Me ordenó. Entró en un habitación que había en frente de su cama, la cuál al parecer era su baño.

Me senté como él me pidió y observé el lugar con atención, porque ¿Qué más podía hacer? Me sentí incómoda y avergonzada de estar ahí. La habitación era amplia y estaba pintada con un color beige, dando un aspecto acogedor y era estéticamente agradable a la vista. La cama era grande, perfecta para la altura que el chico tenía, y al lado de esta había un escritorio, acompañado de un estante lleno de libros. Las cortinas se encontraban cerradas, por lo que no pude observar hacia fuera, pero tampoco me importaba mirar. No quería moverme.

No demoró mucho en salir del baño junto a una maleta que parecía ser de primeros auxilios por la cruz roja que tenía afuera. Ahora si pude mirar las facciones de mi "Héroe" y me sonrojé al percatarme de que se trataba de un chico bastante atractivo. No estaba acostumbrada a conocer chicos así y solo bajé el rostro mirando a mis piernas cuando él se sentó a mi lado. Quería que la tierra me tragara.

—Coloca tus pies acá —Me dijo golpeando sus muslos con ambas manos. Yo negué con la cabeza.

—No, yo puedo hacerlo sola —Rápidamente levanté mi mirada para desafiarlo. Quería lucir fuerte por algún motivo, intentando ocultar mi evidente nerviosismo.

El chico suspiró al notar lo testaruda que me puse y asintió. Aún así no parecía estar molesto conmigo, algo que me sorprendió. Cualquier otra persona se hubiera cansado de mi, e incluso me habría tirado por la ventana.

𝙎𝙖𝙫𝙚 𝙈𝙚 ❦ [𝙅𝙖𝙚𝙝𝙮𝙪𝙣]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora