6 (Editado 2023)

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Narra Jaehyun

Caminábamos en silencio y yo de vez en cuando me reía muy bajo. Soyul seguía con su bata puesta y caminaba con dificultad por las zapatillas que le había pasado. Me daba ternura. En ocasiones pensaba en que estaba cuidando de una chica muy joven por su baja estatura y su cara con rasgos muy delicados ¿Qué edad tenía esta chica? ¿Por qué una adolescente trataría de quitarse la vida?

—Soyul ¿Qué edad tienes? —Me atreví a preguntarle después de pensarlo toda la noche. Tuve que inclinarme un poco para oír su respuesta, porque a veces hablaba con voz baja, muy tímida.

—Soy del 97, osea que tengo 19 —Respondió de forma cortante. Ahí me reí otra vez, no podía tener esa edad. Se veía menor.

—Oh, yo también soy del 97, pero hace poco que cumplí los 20. Soy mayor que tú por unos meses, así que luego debes invitarme a tu cumpleaños —Quería seguir hablando y conocerla un poco más, ya que me daba muchísima curiosidad. Necesitaba saber sobre ella, e intentar agradarle, algo que me estaba costando—. ¿Estudias algo? ¿Trabajas?

—No hago nada, me gusta estar encerrada en casa —Seguía con esa actitud que tanto me irritaba. Me ponía las cosas complicadas y no pude evitar suspirar.

—Yo trabajo en una tienda, ordenando productos. A veces el dueño me pone en el mostrador para vender cosas porque piensa que atraigo clientes —Fui diciéndole, pero no estaba seguro de que ella estuviera prestando atención.

—¿Dónde queda? —Me preguntó y por fin pude sentir algo de alivio. Estaba escuchándome.

—No queda lejos. Está como a 15 minutos del departamento, cerca de un parque. Si vas, solo debes ir derecho por la calle, hacia arriba -No sabía explicar como llegar por no aprender los nombres de las calles, solo me aprendía los caminos a medida que iba conociendo el lugar. Igual siempre fui muy despistado—. ¿Irías a verme?

—No lo sé, nunca salgo.

—Con razón estás así de pálida —Me burlé respecto a su tono de piel, y me pareció escucharle reír—. Te falta vitamina D.

No dijo nada más y yo también me quedé callado. A veces parecía que yo la molestaba, cuando en realidad mi intención era solo darle apoyo tras lo que pasó en la noche. Quizás mi interés por ella era por puro morbo, porque nunca antes había estado cerca de alguien así, que atentara contra su propia vida, y a la vez necesitaba protegerla. Era algo muy extraño. Además no podía mentir, me parecía físicamente atractiva.

Tenía que admitir que durante la noche estuve muy asustado por tenerla en mi departamento. No sabía qué hacer, me imaginaba que ella en cualquier momento se haría daño o algo por el estilo, pero también me sentí como un héroe, como alguien bueno, un buen ciudadano. Había salvado a alguien por primera vez en mi vida.

—Oye... —Soyul dejó de caminar de repente y alzó su rostro para mirarme. Se veía muy avergonzada, con sus mejillas sonrojadas—. Me duele mucho caminar ahora, estoy cansada —Fue lo único que me dijo. Con eso me dio a entender que quería que la cargara.

—Ven, sube —Me arrodille un poco para que ella subiera a mi espalda. Eso me recordó a cuando iba al colegio de pequeño. Siempre hacíamos carreras de esta forma, llevando a otros compañeros sobre nuestras espaldas.

Ella se subió, me rodeó con sus brazos y yo la sostuve de las piernas. Así volví a ponerme de pie y continúe caminando hacia la misma dirección. Podía sentir la tensión que tenía la chica gracias a la forma en la que se agarraba a mi, estaba nerviosa. Me dio la impresión de que ella pensara que yo podía dejarla caer.

—Relájate un poco, no te soltaré —Dije, porque su agarre me estaba doliendo y estaba casi ahorcándome—. Soy fuerte y no pesas nada.

—Lo siento... —Se relajó, rodeándome con sus brazos suavemente, casi como si me estuviera abrazando, y luego soltó una risa—. Me da algo de miedo estar así, pero lo necesitaba... Mis pies empezaron a doler muchísimo.

—No te preocupes, ya llegarás a descansar.

—No sé si me dejen descansar ahora. Mis padres deben de estar preocupados, y de seguro me llevarán con el psiquiatra —Sonó triste y cansada. Me aguanté las ganas de preguntarle si ya había intentado esto otras veces, pero por respeto no dije nada al respecto.

—Hablaré con ellos, ¿De acuerdo?

—¿Les contarás todo? -Su voz sonó temblorosa. Me pareció que iba a llorar.

—Si me prometes que te cuidarás omitiré algunas cosas —No quería que llorara, y tampoco deseaba que sus padres se enojaran con ella—. También quiero que estés en contacto conmigo.

—Bueno —Suspiró apoyando su cabeza contra la mía. Eso me hizo sonreír, y también me causó cierta ternura porque me hizo creer que no me detestaba tanto después de todo.

—Soyul, cuando estemos cerca de tu casa debes avisarme, ¿Bueno? Para estar algo presentable. No quiero que piensen que estuviste toda la noche con un loco que no cuidó de ti como debería.

—Lo haré, no te preocupes, además ya falta poco —Se separó un poco de mi cabeza para observar y me dio unas palmaditas en el hombro—. Ya deberías bajarme, estamos muy cerca. A la vuelta de esa esquina —Señaló con un dedo- Por ahí está mi hogar.

Asentí lentamente. Por dentro estaba temeroso, porque tendría que hablar con sus padres y no tenía ni idea de cómo iban a reaccionar al verme con su hija tras todo lo que pasó anoche, ¿Ellos sabían que escapó? ¿Qué podía decirles? Traté de ser positivo pensando en que todo saldría bien, porque si no, estaría metido en un lío.

Al llegar a la esquina me agaché para que la chica pudiera bajarse de mi espalda y así lo hizo, colocándose el calzado que le había pasado antes. Luego pasó por mi lado y fue caminando a paso lento para que yo la siguiera. Así lo hice, y tras unos pocos metros Soyul dejó de caminar quedando fuera del jardín de una bonita casa. Yo de inmediato comencé a ordenar mi ropa, pasando después mis manos sobre mi cabello para no lucir muy desordenado. Había dormido terrible y se me hizo difícil mejorar el aspecto cansado de mi cara por la mañana.

La puerta se abrió a los segundos y de inmediato salió corriendo una mujer, la que claramente era su madre. Fue hasta Soyul y le dio un gran abrazo, y pude escuchar como esta empezaba a llorar. Mi corazón se detuvo e incluso tuve ganas de ponerme a llorar por lo intenso que estaba siendo todo esto. Otro hombre llegó a donde ellas y las abrazó a ambas. Era su padre, que también estaba llorando.

—Pequeña, ¿Dónde estuviste? Hemos estado muy asustados y... —La madre se quedó callada, porque se notaba que se le estaba haciendo difícil hablar y solo continuó llorando mientras la abrazaba con fuerza.

—Mamá, he estado bien -Dijo Soyul con voz estable, como si quisiera calmar a su madre, aunque su rostro delataba su verdadero estado. Se veía triste.

Su padre observaba la escena hasta que me vio. Su rostro cambió, y de estar entristecido pasó a estar bastante confundido. Se me hizo normal que este me mirara así, porque yo era un completo desconocido.

—Perdón, ¿Quién es usted? —Me preguntó sin separarse de Soyul y su esposa. Estaba tenso y a la defensiva.

—El es mi amigo, su nombre es Jaehyun —Respondió rápidamente Soyul al ver como yo tragaba saliva de los puros nervios. Ni siquiera me había movido.

—M-Mucho gusto en conocerlo, señor —Lo saludé haciendo una reverencia. Quería que tuviera una buena primera impresión mía, y que pudiera confiar en mí. También intenté sonreír, sabiendo que mi sonrisa solía gustarle a los demás.

Hubo un silencio que se me hizo eterno. Mis nervios me hicieron temblar un poco y apreté mis manos, esperando que nada malo pasara. Luego, inesperadamente, su padre me devolvió la sonrisa. La tranquilidad volvió a mi cuerpo.

𝙎𝙖𝙫𝙚 𝙈𝙚 ❦ [𝙅𝙖𝙚𝙝𝙮𝙪𝙣]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora