10 (Editado 2024)

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Recién era viernes y los nervios que tenía eran sobrehumanos, me sentía demasiado estúpida por estar así. Era una simple cita, ¿No? No era algo del otro mundo. Nada malo pasaría, ¿Verdad? De todos modos yo llegaba a temblar.

Pensaba en eso todo el tiempo, acostada en mi cama con los audífonos puestos escuchando Deftones y otros grupos similares de la época. Luego probablemente pondría a System of a Down. Según mi madre escuchar metal no era bueno, "Es muy fuerte para los oídos", decía cada vez que los escuchaba en la computadora a todo volumen. Según yo, esa música era lo más relajante que había cuando los nervios estaban a punto de asesinarme.

Ahora, la pregunta del millón, esa que siempre estaba metida en mi cabeza, ¿Por qué alguien como Jaehyun me estaba invitando a salir? Apenas habíamos hablado, y yo me consideraba una persona aburrida, bastante corriente. No lograba entenderlo, ¿Ese chico tan guapo y agradable quería pasar unas horas a mi lado? Obviamente era sospechoso. Bastante para una chica tan desconfiada como yo.

Miré hacia mi escritorio, y ahí estaba, la caja mágica con el maquillaje que me ayudaría a lucir mejor. Todos esos productos que no sabía usar a pesar de divertirme viendo videos de chicas usando bases, sombras de ojos y muchas cosas las cuales yo nunca podría poner en práctica. Mamá podía ayudarme, pero no, la vergüenza era mucho mayor y el miedo a hacer el ridículo me atacaba.

La puerta de mi habitación estaba como siempre abierta, y al no escuchar ningún ruido supuse que nadie estaba cerca. Me levanté de la cama, ya ni sintiendo dolor al caminar, y con cuidado, muy silenciosa, agarré la caja de maquillaje, la cual me llevé a la cama.
Volví a acostarme, abriendo la pesada caja, llevándome una sorpresa al ver tantas cosas. Todo ese maquillaje eran regalos de mi madre, y yo obviamente nunca llegué a usarlos. O quizás si, solo que muy poco, estando sola en casa. Era entretenido jugar con esas cosas.

Ahí agarré un pequeño tubo, el cuál era corrector para las ojeras. Pensé que me serviría un montón, ya que a causa de dormir tenía unas ojeras moradas bajo mis ojos. También encontré la infaltable base para la piel, junto también polvos compactos. Si, suena raro que sepa cada nombre de los productos que ahí habían, y por dentro le di las gracias a YouTube.
Primero debía limpiar mi rostro, lo sabía muy bien, y a continuación empecé a aplicarme crema hidratante. Debo admitir que daba bastante flojera.

Luego, tomé la base de maquillaje, o como muchos le dicen, poniendo un poco de esta en la mano. De a poco, con ayuda de mis dedos la fui aplicando en cada zona de mi rostro. Era tan clara que me asusté. No quería lucir como un fantasma. Eso sería horrible. Un fracaso.

Con una pequeña esponja fui retirando el exceso, esparciendo bien el producto hasta que mi piel quedó de un tono natural. Casi ni se notaba que había usado algo para cubrir las imperfecciones. Ya casi finalizando, utilicé una sombra de ojos color durazno en los párpados de mis ojos. Tenía brillo y sentí que se veía bastante bonito. Mi ojos ahora no mostraban tanta tristeza. Terminé todo este proceso usando un rubor rosa muy claro en mis mejillas, para tampoco verme tan pálida como siempre, y con un labial maquillé mis labios, quedando estos de un tono medio rojizo.

Quién lo diría, no me veía tan mal pero tampoco parecía una modelo de esas que muestran en televisión con una piel y maquillaje perfecto. Pensé que este maquillaje sencillo, casi natural, no era tan malo como para salir. Deseé hacer nacido con estos colores en mi rostro, y pensé en que no era mala idea empezar a tomar algo de sol.

Pegué un salto, casi tirando todo el maquillaje al suelo cuando mi madre apareció, pillándome en este tan incómodo e inusual momento. Me sonrojé y bajé la cabeza para que no me mirara. La vergüenza me estaba a punto de matar.

—¿Alguien acá está maquillándose? —Estaba tan avergonzada que mis mejillas se sonrojaron de inmediato. No quería que me mirara, pero aún así ella se sentó en la cama frente a mi, intentando mirarme—. A ver, levanta tu rostro. 

—No.

—Hazlo, no seas mala conmigo —Insistió, hasta que levanté un poco mi rostro, para que por lo menos quedara feliz por verme los ojos maquillados—. ¡Oh! te ves preciosa. A ver, muéstrame más.

—No, te vas a burlar de mi.

—Soy tu mamá, no podría burlarme de ti, ¿Podrías confiar en mi al menos una sola vez? —Esto último me dejó pensando, y si, tenía razón. Era mi madre, la persona que más cuidaba de mi, y si, la persona que más apoyo me entregaba. Terminé alzando mi rostro para que me mirara mejor, y ella me sonrió de inmediato. La había hecho sentir feliz—. Te ves hermosa, muy natural. Perfecta para una cita u otra ocasión.

—¿De verdad lo crees? ¿No lo hice mal?

—Pequeña, créeme, te ha quedado muy lindo. No te ves tan pálida y cansada como siempre—. Bromeó al final, haciéndome reír un poco, y si, también llegué a sonrojarme un poco por su extraño cumplido—. Jaehyun quedará encantado cuando te vea.

—¡No digas eso! —Exclamé sintiendo tanta vergüenza que esperé que no se notara demasiado en mi rostro—. No me maquillo para él, lo hago por mi. No vuelvas a decir eso.

—¿Soyul? ¿Me acabas de levantar la voz? Señorita, recuerde que está hablando con su madre —Noté que estaba evitando sonreír. Era obvio que había notado mi vergüenza tan ridícula e infantil—. Como sea, ahora solo nos falta algo. Algo bastante importante. La ropa.

Tragué saliva, evitando mirar mi ropero que apenas podía cerrar por la gran cantidad de ropa desordenada que ahí había. Y la mayoría de prendas que tenía eran de color negro u otros colores oscuros. Yo sabía bien que a mi madre no le agradaba. Según ella, atraían malas energías o algo así, qué se yo. 

—¿Tienes alguna blusa? ¿Algo blanco o de un tono claro? Eso es algo que no puede faltar en un armario —Vi cómo se acercaba a mi ropero, y cerré mis ojos, soltando un suspiro— Soyul, tienes todo tan desordenado, ¿Cuándo piensas ordenar este desastre?

Y ahí yo sabía lo que vendría. Los minutos más largos de la historia, en donde ella criticaba mi desorden. Era una verdadera tortura.

¡He vuelto! Les hice esperar mucho y me puse a escribir por la gran culpa que sentí por dejarles esta historia en una pausa casi eterna. Agradezcan a mi hermana por traerles este capítulo nuevo, ya que me insistía a cada rato para que continuara.

Espero disfruten este capítulo, y ojalá poder seguir teniendo su apoyo.

¡Saludos y un fuerte abrazo!

( @Jinspanda, te amo. Eres la mejor hermana de la historia. )

. . .

Capítulo no tan bien editado. Recordar que esto lo escribí hace 7 años ;(

𝙎𝙖𝙫𝙚 𝙈𝙚 ❦ [𝙅𝙖𝙚𝙝𝙮𝙪𝙣]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora