𝙎𝙖𝙫𝙚 𝙈𝙚 ❦ [𝙅𝙖𝙚𝙝𝙮𝙪𝙣]

14

Otra vez había dormido mal, recordando a aquel chico que alguna vez fue casi igual de encantador que Jaehyun. No sabía si eran casi igual de populares, pero Hyunbin tenía esa fama de rompecorazones que al final yo terminé lamentando. Fue casi como una película de terror.

Eran aproximadamente las 4 de la madrugada cuando prendí la lámpara y tuve que secar mi frente con un pañuelo que tenía en mi velador, bebiendo también un poco de agua. Estaba temblando y me sentí como una cobarde por aún sentir miedo. Miedo de verlo en mis sueños.

–Soy una ridícula –Murmuré sentándome en mi cama, respirando profundamente en un intento de calmarme–

Hyunbin era tan guapo que obviamente había caído a sus encantos y a sus palabras bonitas. Me sentía protegida con su cuerpo tan alto, con cada abrazo que me daba. Quizás mi inocencia no me ayudó a abrir los ojos.
Tenía 17 años y salir de esa escuela fue una bendición, porque no vería más a Hyunbin. Lamentablemente no fue así.

No sabría si decir que todo fue acoso, un simple juego para el o si de verdad el llegó a sentir algo amoroso por mi.
Por todo eso aún sentía algo de temor por Jaehyun, y por algunas de sus acciones. Me sentía culpable por eso porque no parecía ser un mal chico, pero quién sabe, podría estar usando una máscara de chico bueno.

Mi móvil vibró. Estaba bajo mi almohada ya que me había dormido leyendo las biografías de unos grupos de Grunge. Tomé el aparato, lo desbloquee y ahí vi un mensaje de mi mayor pesadilla.

–Mierda, mierda.

Solté el móvil, dejándolo caer al piso y yo también salí disparada de la cama. De pronto el móvil se había convertido en algo maldito.

–¿Acaso lo he invocado? –Dije a punto de llorar, arrodillandome mientras miraba a lo lejos como mi móvil volvía a encenderse por recibir otro mensaje.

¿Qué podía hacer si el chico que me ocasionaba pesadillas le mandaba un mensaje a las 4 de la madrugada? ¿Cómo no sentirme estúpida por no haber bloqueado su número?
No lo había hecho porque en ese tiempo sentí algo de tristeza, o quizás no podía meterme en la cabeza todo lo sucedido durante esa cita con los padres del chico que terminó en la habitación de mi tan amistoso amigo.

Por pura curiosidad me acerqué gateando al móvil, recordando aquella frase. La curiosidad mató al gato.

"Hola Soyul, soy Hyunbin. Sé que ya han pasado años y como sabes, me gusta ser directo... Aún no puedo sacarte de mi cabeza. Lo he intentado de mil formas y nada, eres como una droga para mi y..."

No pude continuar leyendo, sintiendo entre asco, vergüenza ajena y miedo. Quité el chat y miré el de Jaehyun ¿Estaría conectado? ¿Me contestaría? Me sonrojé con tan solo imaginar eso, que el chico viera mi mensaje. Sentí algo de desesperación y necesitaba algo que me desconcentrara de Hyunbin. No podía quitarme de la cabeza lo ocurrido.

¿Y si le contaba a Jaehyun lo que ese tipo me hizo tiempo atrás? ¿Me creería o pensaría que intento llamar su atención?

En mi cabeza mil cosas pasaban, mil cosas se me ocurrían y nuevamente, sin darme cuenta, había empezado a rasguñar mis brazos. La ansiedad otra vez me ganó. De mis ojos caían lágrimas, y recordé como Hyunbin intentaba quitarme la ropa, diciéndome que le debía el favor después de las muchas veces que me defendió de personas que me hacían daño.

Jaehyun estaba conectado, y estuve a punto de hablarle, de preguntarle más cosas sobre él. Sobre sus amigos, sobre qué se sentía ser popular. Cualquier cosa me ayudaría en ese momento, pero fui cobarde y cerré el chat del chico. Volví a mirar el de Hyunbin, leyendo como me pedía otra oportunidad para que yo volviera a confiar en él, de cómo me pedía perdón por lo ocurrido.

"¿Por qué no respondes? ¿Por qué me ignoras?"

Lo ignoraba porque me había dañado de tal forma que después de tantas terapias aún le temía a las personas. Aún me cuesta confiar cuando alguien dice que quiere cuidar de mi, o que quiere ser mi amigo. Todavía tengo pegado en mi cabeza en que cada vez que pasa eso volverían a pedirme devolver el favor de la forma menos agradable.
¿Acaso es normal? ¿Merecía que Hyunbin me tocara de la forma en la que lo hizo?

–¿Soyul? –Era mi madre. Camino hacia mi e intentó ponerme de pie para que volviera a la cama. Yo intenté ocultar mis brazos un tanto dañados– ¿Ocurre algo, cariño? ¿Alguien te está molestando?

Había visto como apagué el móvil en cuanto escuché su voz. Yo negué con la cabeza, sintiéndome como una mierda por haberle mentido.

–No, solo no podía dormir y me puse a leer.

–¿Segura? –Acarició mi cabello, mirándome insegura. Ella sabía que ocultaba algo.

–Si, mamá. No te preocupes.

–Es tarde, ¿Tomaste tus medicamentos? –Revisó mi pastillero que estaba en la mesita y pudo ver que ya lo había hecho.

–Solo desperté, nada más. A veces me pasa, no te preocupes.

–Saliste como yo en ese caso –Rió bajo, intentando no hacer mucho ruido– A veces, como ahora, también despierto de la nada. Quizás sea por un presentimiento.

–¿Tu crees? –Otra vez Hyunbin había aparecido en mi cabeza, dándome escalofríos.

–Una vez desperté cinco minutos antes de que tu tía me llamara para avisarme que estaba a punto de tener a tu primo. Es como un, sexto sentido.

–Entiendo... Quizás si tenga ese sexto sentido a veces –Estuve a punto de contarle sobre mi pesadilla, pero no pude. Mi cobardía me ganó– Una vez soñé que alguien moría, y supe horas después que Chris Cornell se había suicidado.

–Ah, Soyul –Pasó su mano derecha por sobre su rostro– Evita recordar cosas tan negativas, por favor...

–No sé si sea algo negativo.

–Soyul, no te hace bien pensar en esas cosas. Lo sabes –Mi madre había ahora tomado una de mis manos– No lo hagas, por favor. Te hace más daño.

No pude responder nada, porque en mi interior pensaba que el suicidio a veces era la solución a todo.

–No lo haré, mamá.