𝙎𝙖𝙫𝙚 𝙈𝙚 ❦ [𝙅𝙖𝙚𝙝𝙮𝙪𝙣]

11

Estaba frente al espejo junto a mi madre con una enorme sonrisa en sus labios, y atrás, cerca de la puerta de mi habitación se encontraba mi padre observandome feliz, sólo que algo a él no le agradaba de mi salida con Jaehyun, y yo lo notaba aunque el se hiciera el contento.
Por otro lado, mi madre ordenaba mi falda a cuadros, quitándole algunos pelos de gatos que tenía en ella y en mis medias oscuras. Por suerte no tuvo que linpiar mi blusa con vuelitos blanca. Mi madre me la regaló ayer, para que hoy la estrenara en la gran y maravilosa cita, que ella imaginaba sería así.

—No olvides tu postura, después te saldrá joroba y no. Ya te diré yo los dolores de espalda que tendrás.

—Preciosa, no le digas eso a nuestra hija ahora. Debe estar nerviosa, deja que se calme un poco.

—Es que quiero que te veas muy hermosa —Ella tenía sus ojos brillantes y era obvio que estaba entusiasmada. Lo que ella no sabía era que yo ya había salido con otros chicos tiempo atrás... Pero Jaehyun parecía un ángel comparado a ellos... Aún no se sabía.

—Hija, ¿A qué hora vendrá a buscarte? —Preguntó mi padre mirando el reloj que tenía en mi mesita de noche, frunciendo el ceño al notar que ya no tenía batería— Hay que arreglar eso...

—Creo que llegará en unos veinte minutos —Mi voz tan calmada hizo que mi madre saliera caminando bien rápido hasta el baño. Con mi padre quedamos sin habla ya que volvío en tan solo segundos, acompañada de mi maletín con maquillaje— En tu bolso no puede faltar un bálsamo labial y esta tinta roja para darles un color más intenso.

—Mamá, calma. Al final siempre olvido usarlos... —No sirvió de nada decir eso, ya que igualmente los metió en mi bolsito negro un tanto elegante para la ocasión—

—Soyul, repito, son cosas que no puedes olvidar al ir a una cita. Sobre todo con un chico tan guapo como Jaehyun.

—Ah, me quiero morir —Solté en broma, o quizás ni tan así. Oculté mi rostro con ambas manos para que no notaran lo tan sonrojada que estaba. De la nada sonó mi móvil. Había mandado un mensaje.

—Debe ser él. 

Miré a mi madre antes de ir a buscar el teléfono y mi corazón de pronto latió a mil. Era Jaehyun. Venía en camino y yo a pesar de estar ya casi lista no me sentía preparada. 

"Voy en camino. Te aviso que iré a uno de mis lugares favoritos en la ciudad"

"Estoy lista, te esperaré fuera"

"Tranquila, te paso a buscar a tu casa"

Por dentro me negué, no quería que viera la emoción de mi madre por verlo.

"No, no. Quiero respirar un poquito, así nos vamos pronto"

Tras responder eso metí mi móvil dentro del bolso, el cuál dejé en mi hombro.

—Ya... Voy saliendo —Le dije a mis padres intentando sonreír un poco para que no notaran mis nervios.

—Tienes que llamarme si no te sientes cómoda con el. Y también envíanos un mensaje para avisarnos si estás bien —Mi padre se esforzaba en no verse tenso. Su desconfianza se notaba a kilómetros.

—Yo sé que el chico la cuidará mucho —Soltó mi madre mirándolo sin sonreír. Estaba quizás algo molesta con su actitud.

A continuación los abracé a ambos besando sus mejillas como siempre solía hacer, y luego algo asustada fui hasta la puerta de casa acompañada de ellos y dando un suspiro salí.
Mi madre tomó la mano de mi padre mientras se despedía de mi. Yo me voltee para despedirme alzando una mano y caminé por la calle para poder encontrarme con Jaehyun.
Estaba tan nerviosa que en ciertos momentos ya tenía en mi cabeza la idea de escapar y no ver a Jaehyun. Tenía miedo, un susto tan grande de ser un simple juguete... un chiste, una broma.

Recordé a Hyun Bin y me detuve de inmediato, mirando hacia atrás en dirección a mi casa, pero mis padres ya no estaban. Empecé a temblar y tuve esa sensación tan incómoda, esa que de pronto podría convertirme en una hormiga en esa calle tan grande, totalmente frágil y lista para ser pisoteada.
Mi móvil vibró dentro del pequeño bolso que traía, pero no quise ni mirarlo. No sabía si eran mis padres, o Jaehyun, yo en ese instante solo quería ponerme a correr.

Las palabras de mi médico aparecieron en mi cabeza "Soyul, estas pastillas te ayudarán en casos de emergencia, no dudes en tomar una y disolverla bajo tu lengua". Abrir mi bolso intentando buscar mi pastillero hasta que vi a Jaehyun no muy lejos de donde yo me encontraba. Volví a cerrar mi bolso, esperando no lucir como una trastornada en medio de la calle y solo pude sonreírle hasta que este se encontró finalmente al frente mío.

— Hola, Soyu —Dijo de pronto, alzando su mano. Noté que no agregó la última letra de mi nombre pero eso no tenía importancia ahora— ¿Te encuentras bien? Te vi un tanto...

— Hola, Jaehyun. Si, estoy muy bien, solo intentaba encontrar mi móvil, pero te vi y no fue necesario tenerlo en mis manos así que... —Hablé demasiado rápido, demostrando mis ridículos nervios y al finalizar solté una pequeñas risita entre inocente y aún más estúpida— ¿Qué haremos?

— Oh, eso... Tenía planeado ir de picnic contigo al parque, frente al lago, pero... El clima no nos ayudó mucho este día —Apuntó al cielo, el cual estaba totalmente nublado. No era muy agraciado, pero, un día de picnic es mucho mejor con algo más de ¿Luz?— Así que, te llevaré a mi cafetería favorita... Créeme, la comida ahí es fabulosa, al igual que las bebidas.

— Me encantaría ir pero... —Yo y mis peros. Aquella palabra apareció, según yo, en el momento menos indicado— ¿Crees que llueva?

Mi cabeza, algo estúpida, inventó esa pregunta a último momento solo para no arruinarlo todo. Al final, tampoco era algo tan idiota... O eso pensé yo.

— La verdad es que lo dudo, y si llega a ocurrir, puedo taparte con mi abrigo. Es bastaba grande y puede servirnos como paraguas — Jaehyun lo dijo riendo, mostrando esos hoyuelos tan llamativos que me hicieron sonrojar rápidamente. Me relajó saber que no fui la única sonrojada, ya que extrañamente, las orejas de Jaehyun también se formaron rosadas.

— Entonces me parece bien, ¿Vamos? Yo te sigo —Volví a hablar de forma estúpida, pero al final me sentí realizada al olvidar mis miedos y ese ataque de pánico que casi me hace volver a casa. No estaba segura si era yo la que estaba progresando o si los hoyuelos de mi nuevo amigo eran mágicos.