𝙎𝙖𝙫𝙚 𝙈𝙚 ❦ [𝙅𝙖𝙚𝙝𝙮𝙪𝙣]

4 (Editado 2023)

Ojalá hubiera despertado tan bien como dormí. En cuanto abrí mis ojos sentí como mi cabeza parecía palpitar, dándome un dolor demasiado molesto. Por lo menos recordaba en donde estaba y me evité cualquier susto, fue un problema menos. 

Me senté y moví mis pies suavemente, aún dolían como si me estuvieran enterrando cosas, pero las heridas ya debían estar un poco más secas. No me quedó de otra que levantarme de la cama, comenzando a dar pequeños pasos hasta la puerta de la habitación. La abrí con miedo, porque no sabía que estaba pasando ahí afuera, y solo lograba escuchar ruidos.

—Ah... ¿Jaehyun? —Dije en voz alta y temblorosa, para que pudiera escucharme. Unos pasos fueron acercándose.

—Soyul, despertaste... —Me miró preocupado, y me tomó del brazo con mucha suavidad sin decirme nada más, haciéndome caminar lento por el pasillo. Me llevó hasta la sala, donde había una mesa con varias cosas para comer sobre ella. En realidad lo único sano que había ahí era el jugo, el resto eran pedazos de pizza y papas fritas—. Come algo, por favor —Hizo que me sentara en una de las sillas como si yo fuera una niña.

—Gracias... —Murmuré viendo la enorme rebanada de pizza que tenía en frente. Jaehyun comía como si estuviera muriendo de hambre, mirándome de vez en cuando—. Creo que te gusta la pizza —Comenté bebiendo un poco del jugo de durazno que estaba ahí. Al parecer le gustaba bastante esa fruta.

—Me gusta mucho. Es bueno que hayan dejado algo rico para comer, pensé que dejarían el lugar sin nada de comida —Se limpió la boca y se me quedó viendo al notar que yo lo único que hacía era beber jugo—. ¿No vas a comer?

—No tengo mucha hambre —Le contesté, aunque en realidad si deseaba comer un poco—. Quizás después. 

—Tienes que comer, Soyul —Sonaba serio, así como cuando mi padre se enojaba conmigo. Tomó mi pedazo de pizza y fue partiendola con un tenedor y un cuchillo, dejando pequeños bocados repartidos en el plato. 

—¿Por qué haces eso? 

—Así te será más fácil de comer —Dijo con calma, dejando el plato nuevamente frente a mí, sin quitar su mirada de la mía. 

—Quiero irme —Lo que menos quería era que sintiera lástima por mi o algo por el estilo, además ya no era necesario seguir cuidándome de esa manera—. Gracias por prestarme tu cama. 

Vi que quedó atónito cuando me puse de pie, dejando la pizza que llevaba a su boca nuevamente sobre el plato. Di media vuelta y busqué la puerta del departamento con mi mirada para ya largarme de ahí, y al encontrarla caminé cojeando hacia esa dirección. Quería despedirme, y al mismo tiempo no, porque no quería formar ningún lazo con ese chico. Igual estaba muy agradecida por su ayuda.  

Giré la perilla de la puerta y salí de ahí rápidamente, forzando más de la cuenta a mis pies. Ya casi llegaba al ascensor mientras jadeaba del dolor, y al igual como pasó horas atrás, Jaehyun, quien salió disparado detrás de mí, me agarró y fue mucho más brusco esta vez, haciendo que mi brazo derecho doliera.

—Tú no irás a ningún lado, corres peligro —Sonaba enojado, volviendo a meterme dentro del departamento mientras cerraba la puerta con llave— Estoy seguro de que tú —Me señaló con un dedo—. Te matarás en cuanto estés ahí afuera. 

—¿Y eso qué? —Si hubiese tenido fuerza lo hubiera empujado, aunque no serviría de nada. El chico era mucho más grande que yo y se veía fuerte—. Ese es problema mío, no tuyo. 

—Mira Soyul, piensa en tus padres y en tus amigos ¿Crees que sería lindo para ellos verte morir? ¿Has pensado en eso?

—Lo pienso todos los días, y solo por mis padres —Había comenzado a llorar en cuanto los mencioné. Eso me rompía por dentro, me destrozaba por completo—. Pero les estaría haciendo un favor. Están cansados de mí, de todos los problemas que he ocasionado. Les hago gastar dinero en medicamentos y en doctores carísimos. Ellos no se merecen eso, merecen tener una hija mejor que yo.

Jaehyun enmudeció y me observó llorar, mientras mis manos ocultaban mi rostro repleto de lágrimas. No podía detener mi llanto, ahora las imágenes de los rostros de mis padres abundaban en mi cabeza. Iba a colapsar, estaba muy mareada, pero sus fuertes brazos me sostuvieron. 

—Los padres suelen amar a sus hijos incluso si son unos estúpidos, drogadictos o asesinos. Obviamente también pueden llegar a odiarlos, pero ya son por otros motivos. Motivos los cuáles tu no tienes —Me dijo muy suavemente en el oído sin dejar de abrazarme. Así me contenía—. Ellos te deben de amar muchísimo... Sólo quieren ayudarte. 

No quise responder. Quizás estaba diciendo la verdad, o quizás se lo estaba inventando para que yo dejara de temblar. No estaba segura de nada, y en ese instante tenía ganas de esfumarme para dejar de sentir. Dejar de pensar en toda la mierda que había en mi cabeza.

—Soyul... Yo no te conozco, lo sé, pero quisiera ayudarte incluso con lo más mínimo —Ahí su abrazo fue un tanto más fuerte que antes. Me daba la impresión de que enserio quería ayudarme, algo que se me hacía demasiado extraño y hasta imposible de creer.  

—No entiendo —Me sentía insegura, era todo tan confuso que hasta dejé de llorar. El ahí dejó de abrazarme así de fuerte, alejándose un poco solo para mirarme—. ¿Qué ganas tú con ayudarme? 

—Bueno, sería lindo poder ayudar a alguien, servir de apoyo... —Pasó una de sus manos por mi espalda, dándome una pequeña caricia. Estaba sonrojado tras decir todo eso, y también por el contacto físico.

—Jaehyun, si quieres aprovecharte de mí pensando en que estoy demasiado inestable para notarlo, te equivocas —Dije con mucha seriedad. Antes ya había pasado y no quería que volviera a ocurrir.

—Ah, ¿Crees que yo haría algo así? —Volvió a sonreír dejándome ver aquellos hoyuelos tan lindos. Por dentro sentí que me moría con esa bella sonrisa—. Confía en mí, solo deseo ayudar, nada más. No tengo intenciones de hacerte nada malo. 

—Está bien... —Me di por vencida, el chico estaba siendo demasiado dulce conmigo—. Ahora, ¿Puedes... Dejar de abrazarme? No estoy acostumbrada a que me toquen. Solo mis padres lo hacen.

Me soltó de forma muy lenta y pausada. No pareció molesto con el rechazo que hice ante su amistoso abrazo, de hecho creo que me entendió muy bien. Ahora solo me jaló de la bata para que volviera a la mesa. Creo que desde ahora tendría que acostumbrarme a ser tratada así por el. 

—Tienes que comer o te dará fatiga –No se sentó hasta que yo lo hice, y dando un suspiro comencé a llevar los pedacitos de pizza hasta mi boca— Perfecto, me has hecho feliz... Ah, Soyul —Me llamó la atención para que lo mirara—. Solo dime "Jae" ¿Ok? La verdad es que me gustaría que me llames así... Es algo más cercano.

—Está bien, "Jae" —Murmuré logrando que este me volviera a regalar una sonrisa. Eso ya me subía el ánimo, pero no me quitaba el temor del todo. Odiaba ser tan desconfiada.