Capítulo 01.

744 26 0
                                    

Jane Smith abrió los ojos al darse cuenta que el cielo había oscurecido, la luna estaba en lo más alto del cielo y algunas estrellas lograban divisarse.

Salió de su ataúd y abrió las cortinas para que la luz de la luna iluminara su habitación. El suelo de madera chillo ante las pisadas de la chica que buscaba algo de ropa para ir de caza.

Se coloco una falda extremadamente pequeña y ajustada con un pequeño top.

La noche era fría así que se coloco un abrigo para pasar desapercibida. Salió del departamento oscuro y bajo las escaleras encontrándose a un señor de edad con sobrepeso.

-          Oye, Jane - dijo aquel hombre con un claro estado de haber tomado alcohol todo el día -. Ya era hora que salieras, necesitaba hablar contigo.

Jane ignoro rotundamente a ese hombre y siguió su camino, empezaba a tener hambre y necesitaba salir en ese momento.

El señor aparentemente no se iba a dar por vencido, quería hablar con ella. Hace seis meses que no pagaba la renta y necesitaba más dinero para su bebida.

-          ¡Oye!  - grito poniéndose frente a ella, colocando su sucio dedo en el pecho de Jane -. Necesito que me pagues, me estoy quedando sin suministros. Tu aire de superioridad e indiferencia me están empezando a hartar.

El señor estaba empezando a acercarse a la chica, cosa que le enojo y, sin rodeos, le dijo:

-          ¿Cuántas veces, Bill, tengo que decirte que no me toques? - acto seguido doblo el dedo sucio del señor haciéndolo retroceder de dolor - Yo sabré cuando te pago, ahora no me vuelvas a fastidiar. Estoy muy apurada.

No espero que respondiera, solo siguió su camino por la oscura calle hasta llegar a una esquina rosa  donde muchas chicas peleaban por la atención de algún conductor necesitado.

Jane estaba parada en un poste donde alumbraba la pequeña esquina donde se encontraba, se había abierto el saco dejando a ver su provocador atuendo.

-          Hola - dijo un hombre de aproximadamente cuarenta años.

-          ¿Qué tal? - dijo Jane acercándose a su auto dando pasos firmes.

El cuarentero abrió la ventana del copiloto de su auto, Jane coloco sus brazos en aquella ventana dejando haciendo que sus pechos estén en la vista.

-          Veras, preciosa - dijo el hombre tratando de sonar caballeroso - estoy algo apurado y te necesito ahora.

-          Claro - dijo ella sonriente pensando que también necesitaba que fuera rápido, empezaba a tener hambre.

-          Bueno ¿Cuánto cobras por la hora? - dijo abriendo la puerta dejando pasar a Jane. Ella no dudo en entrar.

-          Normalmente cobro 100 dólares, querido. Pero como veo que estas bien guapo - mintió - tan solo te cobrare 90.

-          Excelente - dijo alegre y poniéndose en marcha a, seguramente, un callejón oscuro donde pudrieran disfrutar tranquilos.

Y así fue, aquel hombre estaba ansioso por llegar a ese callejón donde él pensaba disfrutar.

Cuando encontraron un lugar adecuado, donde nadie pudriera oírlos y mucho menos mirarlos, el hombre desabrocho su cinturón para que la joven monte sobre él. El señor se estaba excitando y Jane lo sabía así que avanzo al siguiente paso. Quitarle los pantalones.

El señor dejo que Jane lo haga mientras besaba sus senos. Fue ahí cuando Jane actuó, en vez de quitarle por completo los pantalones se encargo de su cuello, repartió besos en este para luego, con todo el hambre que contenía, separar los labios lo mas que pudo para luego incrustar sus caninos en el. 

Tu PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora