La misma rutina de siempre. Despertar, salir a comer, regresar y dormir. No se había dado cuenta cuan aburrida su vida era hasta que se puso a pensar muy bien. Quería divertirse, quería sentirse bien después de tanto tiempo. Quería salir de la rutina.
Pero era algo imposible, no podían salir los dos juntos por ahí tranquilamente sin la necesidad de mirar sus espaldas constantemente.
Aunque podían ir a cualquier pare, sentía como si estuviera en una jaula.
Josh, abrió los ojos más temprano de lo normal. Encontró el delgado, pero no delicado, cuerpo de Jane a su derecha enroscada a la almohada. Cuán pacífica se veía, pensó. Deseaba no despertarla jamás y poder admirarla, los sentimientos que sentía hacia ella se habían engrandecido cubriendo todo su ser. La sensación lo embargaba, y giro la cabeza mientras se sentaba sobre la cama.
Que ironía. Se había enamorado de él ser que había destrozado su vida por completo. Y, como si este vampiro estuviera completamente loco, se sentía agradecido por ello. Nunca se había sentido tan bien y tan a gusto con alguien. Pero, sabía que lo que sentía se quedaría con el ya que no sospechaba que aquella hermosa vampiresa logre sentir la mitad de lo que él sentía por ella.
Voltio su rostro hacia el de ella y se le encontró mirándole. Él le dedico una triste sonrisa.
- ¿Qué sucede? – dijo Jane somnolienta.
- Nada – contesto él desviando la mirada.
- No te creo.
Un suspiro que salió de los labios del espectro se oyó en toda la habitación y la joven se levanto para sentarse a su lado y apoyar su cabeza sobre el hombro del inmortal. Volvió a suspirar.
- No te gusta vivir así – comento ella después de un largo tiempo. Bennet negó con la cabeza – ¿Entonces?
- Estoy aburrido – contesto el – ¿Por qué no hacemos algo diferente de lo que siempre hacemos?
Ella pareció realmente pensarlo y la esperanza le invadió. Luego respondió:
- Está bien.
Josh sonrió. Sonrió de verdad. El gesto hizo que Jane sonría también. Jane pensó en lo estúpidos que posiblemente se veían así que dejo de hacerlo pero aparentemente Josh no podía.
- ¿A dónde iremos? – pregunto ella recobrando la sonrisa.
- A donde quieras.
- Esa no es una buena respuesta.
- Hare que se convierta en una.
Bennet salió de la cama y jalo a la siguiente de ahí. Se alistaron muy rápido y salieron como si les persiguiera el diablo.
Demonio. Demonio descontrolado. La lluvia caía con fuerza hacia sus cuerpos pero parecía no importarle. Una risa incontrolable salió de la boca de la demoniza y él le siguió.
- ¿Qué? – dijo el deteniéndola sin dejar de reír.
- Estoy empapada – alzo sus brazos y los movió de tal manera que toda el agua acumulada cayó con fuerza.
- Yo también - gotas se resbalaban por su pálida cara. Jane rio.
El hambre no llegaba. Habían pasado ya varias horas en las que estaban jugando bajo el torrencial y aun no sentían la necesidad de alimentarse. La ducha natural había cesado y ambos estaban sentados en una deshabitada calle.
- Eso fue divertido – comento ella – gracias.
- Te dije que sería una buena respuesta.
- Si lo fue – dijo la vampira con una sonrisa.
El sonrió también y coloco su brazo alrededor de ella. En ese momento no le importaba si Jane no estuviera enamorada de él. Se contentaba con aquel momento.
- Pero que tierno – la voz de Zephir retumbo en los tímpanos de los dos. Inmediatamente ellos se pararon y miraron por todas las direcciones que sus ojos le permitían.
No había nadie.
- Tenemos que huir – susurro el joven inmortal.
- No quiero – las manos de esta estaban hechas puño – prometiste que no huiremos mas.
- Jane…
- Buena elección, querida –. Una figura se diviso por fin entre la oscura noche y un pálido rostro sobresalió al instante.
- Zephir…
Entendía su odio. Vaya que lo hacía. Pero no podía creer lo cegada que estaba, no cegada, quizá rebosante de esperanza. Pero tenían el mismo resultado.
Miro sus ojos. No había miedo en ellos. Hizo lo mismo con los de su contrincante. Estaban vacios. Un vacio terrorífico lleno de rencor.
El frio golpeo con fuerza su cabello haciendo que Jane impidiera ver lo que pasaba por un instante ¿A caso ese fue el tiempo suficiente?
Ya no estaba.
Conmocionada busco a Josh. Había desaparecido. Como maldita sea, como. Frustrada aplasto con sus manos su cráneo. No lograba tranquilizarse.
Maldijo todas las veces que podía ¿Por qué le hizo esto? Sabía que si llegaba el, llegaría a ella. Y lo más lógico era tomarlo a él para poder tomarla a ella.
No perdió el tiempo. Su paso ágil pero inestable emprendió intentar alcanzar el paso del vil ser.
Paso un cierto tiempo cuando no pudo más. Su desfallecido organismo se desplomo contra la pista uniforme.
Necesitaba sangre. La misma exigencia de plasma le fortaleció para divagar por algo.
No había nada.
Sentía entonces como su fin llegaba. Pero no podía ser así, necesitaba ponerse de pie. Necesitaba salvar a Josh de aquella sanguijuela; por lo tanto siguió. Se arrastro hasta ver un par de vagabundos dormidos en pleno frio. Pobres. Pero los necesitaba así que rápidamente llego a su cuello donde los mato rápidamente y se alimento sin desperdiciar el tiempo.
Ahora tenía las fuerzas. Pero lo que no tenia era tiempo.
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Tu Perdición
Mistério / SuspenseJane Smith es una vampira poco ordinaria. Seduce a los hombres y los lleva hasta un lugar poco prometedor donde les arranca la vida sin ningún sentimiento de culpa. Pero, un día, cuando salió para darse uno de sus banquetes se encontró a un joven ex...