No sentía el agua que caía con fuerza sobre su piel desnuda. No sentía las lágrimas silenciosas que corrían por sus mejillas. No sentía nada.
Sus delgados brazos rodeaban sus piernas, su cabeza apoyada en sus rodillas viento a un punto fijo. La puerta sonó, mas ella no hizo caso. El vampiro del otro lado llamo su nombre mas ella seguía sin contestar. Su ceño se frunció y abrazo con más fuerza sus piernas.
Se paró de repente, haciendo que sus tensos músculos se tensen más a tan dramática acción. Agarro el shampoo para su cabello y lo masajeo lentamente. Cerró los ojos e intento tranquilizarse. Su amigo volvió a llamar.
- Ya voy – respondió.
No sabía cuánto tiempo había pasado en la ducha. Se encargo de la limpieza del resto de su cuerpo rápido y una toalla envolvió su delgado cuerpo. Su mano se apoyo en la perilla caliente y se apresuro en abrir la puerta. Un Josh con brazos cruzados se encontraba al otro lado.
- ¿Qué? – dijo Jane –. Solo tomaba una ducha.
- Una ducha muy larga – respondió el.
- Pudiste haberte ido sin mí.
- Preferí quedarme.
- Tendrás que esperar que me ponga algo encima – dijo mientras su barbilla señalaba su mojado tronco.
- Ya tienes algo encima – dijo con una sonrisa juguetona.
- ¿Estás intentando coquetear conmigo? – lo señalo con un dedo sin quitar la otra mano de su toalla. El encogió sus hombros.
- Estas desnuda. Y soy un hombre.
- Eras.
- Era un hombre – corrigió él con un revoloteo de ojos. Jane sonrió.
- Sera mejor que controles tus hormonas mientras yo me cambio – bromeo ella, el vampiro rio.
Ella se dirigió hacia la cama donde había una pequeña maleta llena de ropa. Inexplicablemente una risita quería salir de su boca. Miro hacia atrás para ver si su amigo inmortal seguía mirándola. Y así era.
- Intento cambiarme.
- Lo sé.
- Pues vete.
- Ok.
Josh se voltio mirando fijamente a la puerta del baño. Jane se quito el gran paño que la cubría y se dispuso a cambiarse.
- La puerta es aburrida.
- No puedes voltear.
- No lo hare.
La vampiresa se sentía algo extraña por la conducta de su aliado. Nunca se había comportado de esa manera con ella, y que el empezara así le intrigaba un poco. Empezaba a preguntarse sobre los sentimientos que los unían. Obviamente se querían, pero nunca se había puesto a pensar si él la veía como más que una amiga. Nunca se había puesto a pensar si ella lo veía a él cómo más que un amigo.
- Ya puedes voltear – dijo Jane y él lo hizo.
- ¿Ya nos vamos?
La inmortal asintió
***
Zephir no había obligado a su hija hacer razonar al pobre humano. Pero él no sabía eso. Ella quería que ayudara a su padre, no porque quería ver la muerte de sus amigos, sino porque no quería ver la muerte de él. Sabía que si se negaba una vez más Zephir iba a ser capaz de acabar con su vida; y Amanda no quería sentirse sola de nuevo.
- No sé qué hacer – dijo Aidan moviendo desesperadamente la parte superior de su cabeza. Su cuerpo estaba sentado en una silla de su casa, intentaba razonar pero no podía.
- Debes obedecer a Zephir, Aidan. La respuesta está clara. – dijo Amanda colocando su mano sobre si hombro.
- ¡Claro que no la esta! Tu padre lo único que quiere ver es muerte. Y yo no quiero ser parte de eso, Amanda. No sé como regresar a Bennet a casa y por supuesto no sé como regresar a Jane.
- Debes encontrar la manera de traerlos de vuelta.
- ¿Para qué? ¿Para ver como matan a mí mejor amigo? Si piensas eso, claramente estás loca.
- Eso es lo que Zephir quiere – respondió con dureza enderezándose – Debes cumplir sus mandatos, es lo mejor.
- No es lo mejor. Muertes de vidas inocentes ¿A eso llamas algo mejor?
- Si no piensas contribuir con esto, entonces tu vida no nos es necesaria.
- ¡Bien! – dijo el parándose de la silla con los brazos extendidos – Dile que me mate ¿Qué esperas?
- No puedo hacer eso.
- ¡¿Por qué no?!
- Porque no.
Aidan bufo por la respuesta y volvió a sentarse. Su vida se había complicado grandemente con el pasar de las semanas. Estar muerto seria más sencillo.
Amanda se sentó de rodillas frente a su exhausto jefe. Y obligo a que sus pupilas miren a las suyas.
- Es la única opción – dijo ella – Si estas contra él, estas contra todos.
- Eso no es verdad.
- La es.
- No, no la es Amanda. Tu vida sería mucho más fácil sin el ¿Es que no te das cuenta? Puedes huir, es tu elección quedarte o no con él.
- Huir no servirá. Me encontrara de todos modos.
- ¿Lo has intentado?
Asintió.
- Pues debemos encontrar otra manera para destruirlo.
- ¿Qué? – dijo abriendo los ojos y parándose –, debes estar bromeando. No podemos destruirlo, el es inmortal.
- Hay que tratar.
- Estás loco – se había alejado de él unos cuantos metros. Su cabeza se movía de izquierda a derecha repetidamente mientras veía horrorizada al hombre que tenia al frente.
McAdams suspiro y luego dijo “Ya no importa, olvida lo que te dije”.
Nunca había visto esa parte de ella. Parecía enferma. No sabía donde había quedado la señorita Hendricks, aquella fuerte y decidida. Lo único que sus ojos miraban era a una mujer llena de miedo. Sintió pena por ella.
Y luego se acordó de su posición.
Y le dio pena ser el también.
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Tu Perdición
Misterio / SuspensoJane Smith es una vampira poco ordinaria. Seduce a los hombres y los lleva hasta un lugar poco prometedor donde les arranca la vida sin ningún sentimiento de culpa. Pero, un día, cuando salió para darse uno de sus banquetes se encontró a un joven ex...