Capítulo 11.

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Estaba acomodando la corbata para que su traje quede perfecto. La casa parecía vacía, pero claro que no lo estaba. Camino hacia el baño y remojo sus manos para crear un buen peinado. Se quedo mirando el espejo y en el encontraba un hombre serio, trabajador pero sus ojos brillaban de algo distinto llamado desconfianza.

El sol estaba saliendo cuando Aidan McAdams salió de la casa para ir al trabajo. Entro en el auto y emprendió su viaje en un frio silencio. La mente del joven no estaba ahí, estaba muy lejos y realmente no sabía cómo salir de ahí. Se dio cuenta que ya había llegado al trabajo así que se dispuso a ser profesional. Dirigía una empresa llamaba con el apellido de su mejor amigo, debido a la extraña “desaparición” el tenía que hacerse cargo. Aquello le gustaba, de cierta manera. Pero no se quejaba así que ingreso al gran edificio con una gran sonrisa y empezó con su trabajo.

-          ¿Qué tal señor McAdams? – pregunto Amanda Hendricks dándole la bienvenida.

-          Muy bien, gracias – contesto con un asentimiento en la cabeza – ¿Algo nuevo?

-          Bueno, la compañía va en progreso y en un momento tendremos una reunión para ver los futuros proyectos aquí, señor.

-          Perfecto, a trabajar entonces.

***

Ambos se habían quedado dormidos en la cama de Jane. Josh abrió los ojos encontró a su amiga aferrada a su brazo. Sonrió. No sabía la hora que era pero no quería seguir durmiendo.

Con mucho cuidado intento soltar a Jane pero no funciono ya que ella se despertó.

-          ¿Qué haces? – pregunto ella.

-          Mh, nada.

-          Me despertaste – dijo soltándolo y sobándose los ojos.

-          No pretendía hacerlo… yo solo…

-          Ya no importa – bostezo – seguiré durmiendo.

-          Mh, ok.

Josh salió de su cama extrañado y se dirigió al baño a lavarse la cara. Se pregunto qué estaría haciendo en ese momento si su vida no hubiera cambiado tan repentinamente. Quizá estaría en el trabajo y no estar tirado en la cama.

Dirigió su mirada al espejo y vio un extraño cambio en su rostro. Su piel lucia mas tersa y sus ojos que eran verdes tenían más brillo como el de un gato.  Sonrió haciendo crecer su ego logrando que sus facciones realmente parecieran a la de un felino.

-          Sí que me ha ido bien – se dijo a sí mismo.

-          ¿Qué haces, idiota? – dijo Jane, Josh salto del susto.

-          N-nada – dijo algo avergonzado.

-          Claro – contesto ella con un bufido.

***

Y a era de noche y Aidan salía tranquilamente del trabajo cuando Amanda lo llamo para preguntarle si la podía llevar a su casa. El acepto ya que no quería llegar a su casa y emprendieron el pequeño viaje hasta el departamento de la joven.

-          Señor McAdams, una pregunta.

-          Dígame, señorita Hendricks.

-          ¿Por qué tomo esa decisión de venir aquí sin analizar la situación con el equipo?

Aquella pregunta le tomo por sorpresa. No sabía que responder así que dijo lo que le vino a la mente.

Tu PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora