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"No permitas que la soledad te dirija a los brazos de alguien que sabes que no perteneces"

Nate

Como todos los días, la nota pegada sobre mi taza de café estaba presente.

"Un viaje de mil millas empieza por un paso"
                             Benjamin Franklin

Mamá pensaba que dejarme frases inspiradoras sobre mis cosas me levantaría el ánimo y me ayudaría a comenzar el día con optimismo.

Hurra.

Algunas madres te despiertan a los gritos o abriendo tus cortinas para que el sol te pegue en la cara como un boxeador. La mía lo hacía de ésta manera y la amaba por eso.

Amo a mi familia en general. Papá es mecánico, mamá es enfermera y mi hermana Sam está a punto de graduarse de la escuela de chefs. Sam es cuatro años mayor que yo, pero ya hizo un curso de maquillaje, piano, pintura y ahora se graduará como jefe de cocina y planea trabajar en el restaurante más lujoso de la ciudad.

A diferencia de muchos hermanos siempre nos llevamos bien, sin importar las bromas pesadas que nos hacíamos el uno al otro cuando eramos niños. Sam practicaba sus estilos de maquillaje en mí, y eso ya es mucho decir. Haría cualquier cosa por ella.

En mi habitación cargué los libros para las clases de hoy. Sería un largo día, tenía clases hasta la tarde. Pero no podía quejarme, iba y venía en mi propio auto, no tenía que tomar el autobús y llegar a casa tan tarde que comería mi cena fría. Recuerdo lo mucho que me costó conseguirlo, pero todo esfuerzo tiene su recompensa, como dice mi madre.

Treinta minutos y una parada en la gasolinera más tarde, pude ver la calle que me llevaría a la entrada de la Universidad Bridge.

Estaba empezando mi tercer año de ciencias económicas y me encantaba. Cada vez estaba más convencido de que había escogido la carrera correcta. Me siento bendecido, pues no muchos tienen la suerte de decir que están en el camino indicado.

El aparcamiento está repleto como siempre. La mayoría de la población estudiantil tiene auto. Ésta universidad es una de las más costosas, los hijos de millonarios estudian aquí, por lo tanto no pueden faltar los BMW y los Range Rover estacionados. Mi auto resalta entre los demás lujos, pero me gusta resaltar de ésta manera, para mí significaba que mi esfuerzo y el de mis padres estaba dando sus frutos.

La primera hora de clase se acercaba, por consecuencia, los estudiantes caminaban apurados por los pasillos, y yo no era una excepción.

No podía atrasarme, ya lo había hecho la última vez y me perdí la mitad de la explicación de un tema importante. Iba tan enfrascado en mis cosas que accidentalmente choqué con una persona haciendo que ésta perdiera el equilibrio.

—Lo lamen...

Comencé a disculparme. Pero la chica de largo cabello castaño, con la que había chocado accidentalmente, no me dio tiempo. Simplemente se levantó más rápido que un flash y siguió su camino sin siquiera voltear.

—Hey Nate, ¿qué haces ahí parado como un tonto? —esa era la peculiar forma que tiene mi mejor amigo TJ de saludarme.

—Hola, ¿cómo estás? —le di nuestro saludo de golpe de puños.

Silencio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora