Epílogo

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5 meses después

Allyson

Esa mañana radiaba el sol y yo iba por mi segundo vaso de café de la universidad.

Estudiaba para mis exámenes y a la vez llevaba a cabo mis proyectos.
Últimamente había estado yendo de un lado a otro. Todo lo ocurrido ya era de público conocimiento, pero ahora aún más, mi caso había alcanzado fama debido a los diferentes canales de noticias de América que lo habían publicado como una exclusiva. Además conllevaba la vida personal de un famoso corredor de carreras y su trágico desenlace.

Pero ésta vez había sido diferente, no me había escondido en casa, no había privado a los demás de conocer mi historia y ayudarlos.

Después de un tiempo prudente de recuperación, asistí a cada entrevista radial o de televisión que me invitaron.
Ellos fueron cuidadosos, me hicieron preguntas pero sin cavar en lo profundo para hacerme romper en pedazos en vivo que era lo que más temía, al contrario, me hicieron sentir cómoda y me dejaron expresar lo que sentía libremente.

Luego de tanta exposición, millones de mensajes llegaron a mi casilla de correo de mujeres de distintas edades que habían pasado por lo mismo o aún seguían en una relación complicada, pidiendo consejos y ayuda para salir de eso.

En la universidad era todo un hito, el rector me había pedido realizar una pequeña asamblea, pero sin tantas formalidades, para hablarle a los estudiantes sobre la importancia del amor propio y del coraje que se requiere para acabar con eso, y en cuánto a los hombres, lo importante de respetar a sus compañeras, profesoras, amigas y a cualquier mujer, porque somos más fuertes de lo que piensan.

En cada uno de esos acontecimientos, había mencionado a todas las personas que me apoyaron desde el inicio, principalmente a Nate, remarcando lo hermosa persona que es y de espíritu valiente, siempre ocupado en que los demás estén bien.

Mi vida cambió completamente, y para bien.
No me sentía especial, para nada. No era la única que había pasado por eso, y lamentablemente, tampoco la última. Pero ayudar en movimientos y fundaciones me hizo sentir útil, saber que algo bueno puede salir de toda esa desgracia.

Y es que ahora me doy cuenta, si me hubiera quedado en silencio, con la cabeza gacha, esperando que Blake se cansara de golpearme, nunca hubiera vivido realmente.

Sólo estaría sobreviviendo.

Silencio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora