7

3.3K 263 8
                                    

"Nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo y ser feliz"

Allyson

—Mi amor —dijo una voz susurrando, despertándome de mi sueño.

—¿Blake?

—Perdóname mi amor, te amo, lamento todo lo que te hice.

—¿Qué pasa? —pregunté incorporándome.

—Nada, solo quiero que me perdones. Te traje el desayuno, como toda una princesa, te lo mereces amor.

Estaba confundida, mi cara debió ser un poema, quién era éste chico y dónde estaba Blake.

Miré hacia la bandeja que tendía en mi regazo, había todo lo que me gustaba, me sorprendía que se acordara de mis gustos.

—Mmm gracias, todo se ve delicioso —dije confundida con su actitud.

—No más que tú —reí un poco incómoda.

—Blake ¿qué pasó anoche?

—¿Acaso no lo recuerdas? Me engañaste con ese chico, Nate.

Mis ojos se abrieron como platos, ¿cómo podría Blake saber acerca de Nate y por qué estaba tan tranquilo con ello?

—Yo...no es así —comencé a titubear.

—Tranquila, no me importa. Tú me amas a mí —comenzó a repartir besos por toda mi cara —. Eres mía —susurró —. Estarás conmigo para siempre, eternamente mi amor.

En ese momento mi despertador sonó, trayéndome devuelta a la realidad. Una realidad donde me encontraba sola en la cama, helada y temiendo encontrarme a mi novio que había dejado solo en la fiesta.

Había sido un sueño...o una pesadilla. No estaba segura.

Debí suponerlo en el momento en que vi a Blake entrar con una sonrisa y hablándome cariñosamente sin buscar algo a cambio.

Mi cabeza daba vueltas y mi estómago se moría por arrojar lo poco que le quedaba dentro.

Caminé hasta el baño y me observé en el espejo. Mi piel estaba más que pálida, se veía enferma, unos moretones marcados en mi antebrazo, mi pelo era una jungla de nudos y lo peor era que apestaba a alcohol y a otras cosas. Podría haber vuelto peor, como otras veces.

No era raro verme así después de esas fiestas y todo gracias a Blake...y a Nate.

Me acordaba. Si él no hubiera aparecido quién sabe como hubiera terminado.

Fue tan amable conmigo y yo era un desastre. Me moría de vergüenza, jamás pensé encontrar a alguien conocido en esa fiesta y que me viera así, era el peor escenario.

Había llorado frente a Nate, cosa que nunca había pasado antes. Yo era muy fuerte en el exterior, mis defensas no caían, hasta que me encontraban completamente rota, como anoche.

No sé cómo haría para verlo a la cara. Tal vez, esto es lo mejor que me podía pasar, que a Nate le diera asco mi actitud y se aleje de mí, antes de que se involucre más en toda mi mierda.

Bajé silenciosamente las escaleras hasta la sala. Allí estaba Blake dormitando en el sofá, aún tenía la ropa de anoche apenas sí había logrado quitarse sus zapatos y tenía una lata de cerveza colgando de su mano.

Verlo en ese estado era deprimente. Me dolía un poco mirarlo. No era tonta, pero es difícil ver a la persona que conociste y amaste tanto tiempo hecha un desastre por los vicios.

Silencio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora