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"El amor propio no es egoísta, es importante"

Allyson

Sus manos y besos me apretujaban la cara, era tan incomodo fingir que te gustaba, que la estabas pasando bien.

Apenas se enteró que había hora libre, vino a buscarme. Era fácil adivinar por quién se enteró, su amigo Luke.

En medio de uno de sus arrumacos divisé por el rabillo del ojo a Nate saliendo en su auto. Lo último que me faltaba, hacer demostraciones públicas ante el chico que me vio vomitando mi alma en una fiesta.

—¿Qué estás mirando? —preguntó Blake, tomándone de la barbilla.

—Nada, ese chico hizo una mala maniobra con su auto.

—Hay cada inútil que no sabe como agarrar un volante.

—Eso creo...

—¿Vamos debajo de las gradas? O en el asiento trasero, como prefieras.

—No Blake, no tengo ganas de eso ahora.

—¿Te has dado cuenta de algo? —negué —. Me estás evitando, pones excusas, ¿qué te pasa?

—Nada, no me pasa nada.

—Estás rara, bueno, más de lo que eres —se burló —. Dime la verdad ¡ahora!

—Ya te he dicho, estás haciéndote la cabeza con tonterías.

—A mí me hablas como corresponde, si no quieres algo peor —masculló tomándome fuertemente del cabello.

—¡Blake, sueltame por favor! —solloce.

—¡Deja de hacer escándalo!

—¡Te ha dicho que la sueltes! —dijo una voz detrás de Blake.

Nate estaba parado con sus manos en forma de puño a sus costados. Parecía que en cualquier momento se lanzaría sobre Blake y lo apartaría de mí.

Blake nunca era confrontado, nadie le daba su merecido, todo el mundo, incluyendo a sus amigos, le seguían la corriente. En su mente él era el señor universo, un campeón de las carreras, nadie le decía que hacer ni mucho menos un desconocido y aún más si se trataba sobre mí.

Vi a los ojos que tenía encima de mí, al principio se sorprendió de alguien exigiéndole algo, pero luego ese sentimiento dio paso a la furia.

Me soltó bruscamente y se giró para ver quién se atrevía a detenerlo.

—¡Y tú quién eres para decirme que hacer imbécil!

—Nadie, pero no voy a dejar que la lastimes.

—Es mi novia, y hago lo que quiero con ella.

—Estás mal amigo, ella no es un objeto.

—¡Por qué no te largas de aquí si no quieres que te rompa la cara!

Blake caminó furioso hacia Nate, cuando lo detuve sujetándole del brazo.

—¡Blake para, dejalo!

—Tranquila, es mejor que se la agarre conmigo —dijo Nate tranquilamente.

Estaba dispuesto a ser golpeado para que no me lastimaran a mí. No iba a permitirlo, él no tenía nada que ver con esto.

—Blake vámonos ¡ya! —lo arrastré de vuelta. Era inútil, él era mucho más fuerte que yo y permanecía dispuesto para una pelea —. Por favor, ¡haré lo que quieras!

Silencio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora