La Salida

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No estaba realmente convencida que eso fuera una buena idea, pero él parecía muy seguro de sí mismo, así que decidió dejar la formalidad a un lado y confiar el erizo azul. Amelia le dejó una nota a Percival por si llegase a buscarla y salieron a hurtadillas esperando que Lancelot no arruinara su idea de fuga. Utilizaron una vieja entrada trasera en la parte de atrás del castillo y salieron de aquel mundo de oscuridad para adentrarse a otro diferente. Una vez ella puso su pie afuera vio con asombro todo lo que el castillo delimitaba con sus muros de roca.

–No había salido en muchos años– dijo la princesa para admirar el panorama helado.

–Ese es el punto– habló el erizo azul –Vamos, y recuerda, mantén un perfil bajo.

–No hay nada más bajo que esto– dijo molesta para enseñar sus ropas.

Sonic había insistido en que debería de cambiarse por algo más simple, pues el ostentoso vestido que ella usaba llamaría la atención. Amelia se cambió con una de las prendas de la servidumbre; un vestido marrón sobre una blusa blanca y una capa del mismo color. Sonic había tomado aquella capa vieja y había dejado la que Lady Cream le había dado para no llamar la atención por igual, ya que las telas seguían siendo muy finas.

–No querrás llamar la atención de los ladrones ¿o sí?

–Bueno... no.

–Entonces, como primera instrucción, tu nombre es Amy, no Amelia y no eres una princesa.

–De acuerdo– asintió para acomodarse la capucha sobre su cabeza.

–Y como segunda, deja tanta formalidad, o te verán raro– ordenó –Habla como.... mmm... como una empleada sin educación.

–¿Cómo tú?– preguntó divertida.

–Vas captando– respondió Sonic con una sonrisa –Si preguntan, eres un pariente lejano mío o algo así.

–Como una prima ¿quizás?

–Perfecto– sonrió satisfecho para colocarse la capucha sobre su cabeza por igual –Muy bien Amy– dijo para tomar su mano y encaminarla a la aldea –Es hora de divertirnos.

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Se dirigía a la habitación de la princesa cuando vio al erizo plateado entrar por la puerta principal. Percival vio de reojo el pasillo que la dirigiría hacia la princesa y de nuevo fijó su vista en el erizo plateado quien se percató de su presencia para sonreírle amenamente.

–¿Irás a almorzar?– le preguntó él

–A bueno, yo...– calló Percival para ver el corredor de reojo nuevamente.

–¿Me acompañas?

–Supongo que no hay problema– respondió con una sonrisa para descender de las escaleras –¿Dónde se encuentra Sir Sonic?– preguntó la felina al no verlo por las cercanías.

–Es un erizo perezoso– respondió Silver indiferente –Descansa en la habitación que su majestad le otorgó.

–Oh entiendo.

–Pensé que estarías con la princesa.

–Sí bueno, estaba en algunos asuntos y no quise molestarla.

–Ya veo– dijo pensativo el erizo plateado

–¿Y tú?– preguntó la felina –¿De dónde vienes?

–Fui a agradecerle a Lancelot el haber rescatado a mi testarudo amigo.

–Oh– exclamó con sorpresa.

A Cursed RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora