25. Pillow talk and goodbyes.

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25. Pillow talk and goodbyes.

-¿Puedo pasar la noche acá?

Levantó la mirada, buscando la mía y suspiré, llevando una de mis manos a su mejilla. Acaricié su rostro con ternura, atento a esos ojos que lograban derretirme por completo.

-Te acabo de hacer el amor–Susurré y se sonrojó-, la única manera de que te vayas de acá sería sobre mi cadáver–Una pequeña risa se escapó de sus labios, tan contagiosa que me había hecho reír a mí también-. Te amo.

-Yo también, Normie.

________ soltó suaves besos y mordiscos en mi cuello, luego de corresponder mis sentimientos. Cerré los ojos, deslizando mis manos por toda su espalda desnuda, hasta que ella volvió a acomodarse sobre mi pecho.

-Entonces, ¿qué pasó con Tom?–Pregunté, curioso.

-Le he contado todo–Confesó y alcé las cejas, horrorizado y sorprendido-. Él también me ha contado un par de cosas, así que... ahora debe estar volando a Londres, a ver al amor de su vida.

Fruncí el ceño, sin entender de qué estaba hablando, pero al ver que ella lucía tan tranquila como siempre, supuse que todo estaba bien.

Nos mantuvimos unos minutos en silencio, sólo disfrutando la compañía del otro, hasta que sus pensamientos nos interrumpieron.

-Qué miserable–Musitó, de repente-. Dos personas que no se aman obligadas a casarse.

Sentí mi corazón quebrarse un poco más al oír el dolor con el que habló.

-¿No hay manera de cancela...?–Quise preguntar pero me interrumpió.

-No, no puedo, Norman–Balbuceó y, aunque intentaba sonar tranquila, sus ojos cristalizados demostraban cualquier cosa menos tranquilidad-No puedo hacerle esto a mis padres, menos a mi mamá. Si fuera por Eleanor, yo me hubiera largado hace un buen tiempo... pero mi papá, diablos, no puedo hacerle esto. La empresa es su vida, tanto para él como para mi mamá, y si no me caso sería como matarlo.

-Debe haber otra forma–Murmuré, desesperándome cada instante un poco más-Yo-yo podría casarme contigo–Sugerí-, podría aportar todo mi dinero a tu empresa y...

-No es tan fácil–Dijo-. Y sé que no estás listo para un compromiso así de grande–La miré sintiéndome con culpa y ella sonrió, acariciando los mechones de cabello que caían por mi rostro-. Tranquilo, lo entiendo.

-Yo quiero casarme contigo, nena–Insistí, pero ella negó nuevamente.

-Es más que eso, Norman. Tom tiene las empresas de su familia, el apellido... yo... no tengo opción.

La estrujé fuerte contra mí, sintiendo que, ahora que ya había sido completamente mía, más difícil me sería mantenerme lejos de ella. Era tan doloroso, como si me estuviesen arrancando el alma.

-Estoy feliz de poder ayudar a mi papá–Volvió a hablar, insegura-y de honrar a mi mamá, ella se lo merece. Me casaré en una semana y... todo estará bien–Susurró, intentando hallar consuelo en sus palabras-Todo estará bien–Repitió, con la voz quebrajándose al final.

Un respiro tembloroso se escapó de sus labios antes de sollozar, fuerte y destrozada. Busqué su boca, intentando ahogar en ella la gran tristeza y agonía que ambos sentíamos en ese momento. Sus brazos me apretaron fuerte, como si no quisiera separase de mí nunca más y, probablemente, era porque sabíamos que después de esto, era el fin.

Limpiaba sus lágrimas, pero como su llanto no cesaba no me servía de nada hacerlo. Mantuve su rostro cerca del mío, en silencio, sin saber qué mierda decir. Siendo sincero, me encontraba en el mismo estado que ella.

-¿Por-por qué todo es tan injusto?–Hipeó y relamí mis labios-Te amo, Norman. Te amo tanto, tanto, tanto que me duele.

-También te amo, preciosa–Musité, rozando mi nariz con la de ella, de manera accidental-No lo dudes ni por un segundo, por favor. Te amo con cada parte de mi cuerpo, a cada segundo, a cada respiro.

La mantuve acurrucada hasta que se quedó dormida, susurrando cosas dulces en su oído, intentando ahuyentar todo el tormento que azotaba su cabeza.

Me levanté de la cama y me vestí, intentando no despertarla. Miré la hora en mi reloj y, gracias a dios, aún tenía tiempo.

Caminé hasta la sala de estar, recogiendo las prendas de ropa que aparecían en mi camino y sonriendo al recordar esos instantes, cuando ella llegó por sorpresa a mi departamento.

Coloqué una hoja de papel sobre la mesa y me acomodé en mi asiento antes de comenzar a escribir. Intenté mantenerme tranquilo, pero la situación me lo hacía imposible.

Dejé que mis sentimientos se desbordaran en aquella carta que estaba redactando, explicándole las razones por las que no asistiría a su matrimonio y deseándole, de corazón que fuera feliz o que al menos lo intentara.

"Nunca voy a dejar de amarte, ________. Y dormiré con una sonrisa en mis labios cada noche, soñando en que tú y yo, en alguna vida, estamos juntos." –finalicé, firmando con mi nombre al final del trozo de papel.

Dejé la carta junto a la cama, al lado de sus prendas, dobladas. Saqué mi pasaporte y el boleto de avión a Austin, Texas, del velador y la maleta que ya tenía hecha, del closet. La miré por última vez, dormida, tranquila y serena, y besé su frente lo más suave que pude para no despertarla.

Después de eso, finalmente, no sólo salía de la habitación, sino que también de su vida.

Debía alejarme de ella, era lo mejor. Era lo que, al fin y al cabo, correspondía. Sabía que conmigo dentro de la fotografía ella nunca estaría bien.

Pero aún no lograba entenderlo, ¿si esto era lo correcto, por qué me sentía tan mal?

______________


Quedan sólo tres capítulossssssss jajaja

The Exception - Norman ReedusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora