—Creo que eso responde algunas de las preguntas –dijo Enrique recogiendo el sensor del piso.
—Pero no todas. ¿Que pasó con la atadura? –preguntó Thaly.
—No sé –dijo él rascándose la barba que no tenía—, quizás...
Todos seguían sus propios pensamientos y Samantha parecía estar inundada aún con la luz blanca que salió del sensor. No procesaba las consecuencias de lo que acababa de pasar. Hasta ese momento ella no había tenido idea de su poder, a pesar de que ya estaba acostumbrada a la naturalidad con la que su familia utilizaba sus poderes ella no los tenía o no los había presenciado. Cuando el sensor se encendió cayó la comprensión sobre ella, en efecto era una Energética.
—Pudo ser... —continuó Enriquesiguiendo sus propios pensamientos— Sami, ¿aún tienes el anillo que te di?
—Si —Samantha mostró su mano.
—¿Qué tiene que ver?... —Preguntó Thaly volteándose a mirar con detalle el anillo— ¡Papá, ¿que hiciste?! —dijo casi gritando con la misma mirada reprobatoria que en muchas ocasiones le daba Elia— ¡Dios! ¿Cómo no me di cuenta antes?, pero ¡¿en qué estabas pensando?!
—Yo...—Enrique empezó a balbucear bajando la cabeza con vergüenza y sus mejillas se tornaron de un rosa intenso.
—Ya hablaremos de esto más tarde tú y yo —dijo Thaly furiosa.
—¿Pueden explicarme lo que está pasando?— interrumpió Samantha.
Thaly soltó un respiro y volvió a dirigirle una mirada de reproche a su papá.
—Mi papá, tu abuelo, te regaló una piedra energética.
—Quería ser quien le regala su primera gema —respondió Enrique sonriéndole a Samantha.
Thaly apresó el puente de su nariz mientras cerraba los ojos y se concentraba en respiraciones profundas.
—¡¿Qué?! —gritó Elia pellizcando a Enrique en el brazo tan fuerte como era capaz—. Te juro viejo que si no fuese por tu edad, no volverías a comer un plato mío jamás —le dijo siseando de la rabia.
—¿Pero no pensaste en las consecuencias? Y si hubiese pasado en la calle o...— Thaly se llevo las manos a la boca y reveló— ¡Por eso se despertó durante el ritual!
Enrique esquivó su mirada. Thaly ahogó un grito, se levantó con ímpetu y lo apuntó con su dedo índice.
—¡Lo hiciste apropósito! Sabías que se despertaría.
—No, no, no... —respondia Enrique tratando de esquivar los golpes que Elia le daba con la almohada— yo no tenía forma de saber que esto ocurriría.
—¡Basta! —gritó Samantha— eso ahora no tiene importancia y con franqueza no me interesan las razones, ese día dejaron de mentirme y es lo único que me importa. Así que en vez de preocuparnos por lo que pasó, tenemos que ocuparnos de lo que está pasando. No debería tener poderes aún y sin embargo... —abrió los brazos para abarcar todo el cuarto, sin que hicieran falta más palabras.
—No consigo otra cosa que lo explique —señaló Enrique agradeciendo que reencausaran la discusión—. Su energía es muy fuerte —dijo mirando a Thaly—, el anillo la potenció y rompió antes de tiempo la atadura.
—Pero solo han pasado... ¿Dos meses? —dijo Elia más calmada.
—Mes y medio —corrigieron al unísono Samantha y Thaly.
—¿Qué haremos? —preguntó Elia.
—¿Una nueva atadura? —sugirió Thaly.
—No creo que funcione —Enrique meditó.
—No hablen como si yo no estuviese aquí —dijo Samantha—, creo que tengo derecho a opinar –impuso cruzando sus brazos—, tú lo prometiste mamá.
Todos guardaron silencio, y se dieron unas miradas que confirmaban que sí, que Samantha no solo tenía derecho a opinar, tenía derecho a decidir.
—Muy bien... —dijo Samantha con autoridad— no más ataduras. No podemos seguir ocultando esto de por vida. ¿Qué habría pasado si estaba en la calle o en el colegio? —les interrogó persuadiendo la duda de su madre y aumentando el orgullo en sus abuelos—. No más, yo odio las mentiras y me están haciendo vivir una con estas ataduras. Ahora partamos desde aquí.
—Pero André... —dijo Thaly.
—Le decimos que hoy di las muestras de energía, que fue sorpresa para todos. No estaremos mintiendo del todo y se hará más fácil para mí.
—De ninguna manera, le diremos en cuanto aprendas a engañar al sensor... Sami escucha –insistió Thaly para que Samantha no refunfuñara—, cuando avisemos que tienes energía André querrá venir de inmediato a medirte y el sensor puede enloquecer como ahora. Tu energía es muy alta para tu edad, estoy segura de que podrías hacer flotar la casa completa.
—¿Pero como engañaré al sensor? Sé que siempre lo hemos dicho pero, ¿eso es en realidad posible? —preguntó Samantha asustada con la posibilidad de hacer flotar sin intención la casa completa.
—Claro que es posible —sonrióEnrique—. Solo hay que saber muy bien como funcionan los sensores y con unos trucos aquí, otros allá y práctica, se puede lograr. Suerte que sé muy bien su funcionamiento. En una semana creo que podrías dominarlo.
—Un mes —concedió Thaly.
—Si engaña al sensor tres veces llamamos a André.
—Bien —aceptó Thaly sin victoria en su voz.
—Y... ¿cuándo empezamos? —preguntó Samantha
—Pues no será hoy, éste sensor lo rompiste –dijo Enrique un tanto divertido.
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Gemas de Poder: Sobrevivir Con Poderes
Fantasi¿Qué pasaría si despertaras de una espantosa pesadilla recurrente, en medio de un ritual de atadura de poder que te está haciendo tu familia? Samantha siempre se había creído a lo largo de su vida, una adolescente corriente, estándar e incluso este...